Te quiero eterno

184 21 6
                                    

- Joe -

- Qué has hecho? - me pregunto Caroline en cuanto Danielle nos dejó solos en la cocina

- No es nada, te lo prometo

Ella era el gran amor de mi vida, mi consejera, mi protectora, mi fiel amiga. Ella era mi hermana mayor, Caroline.

Caroline y yo siempre habíamos tenido una relaciona especial, era tan solo cuatro años mayor que yo y desde pequeños habíamos sido inseparables.

- Sabe que soy tu

- Ya estoy, podemos irnos? - interrumpió Danielle ante nosotros

El taxi nos esperaba abajo para ir directos al estreno de Severance. Rece por que Danielle se sentará de tras, a mi lado, pero se fue directa a la zona de delante junto al conductor.

Me pasé el trayecto observándola, nunca había visto a alguien tan triste. Recuerdo a Caroline hablarme, pero no escucharla. Todos mis sentidos estaban sobre ella.

Pose por un rato en la alfombra y respondí a varias de las preguntas que los medios de comunicación me hicieron. Una vez dentro disfrutamos del visionado de varios capítulos y de la fiesta posterior.

Me pasé la noche mirando a Danielle sola en una esquina de la sala, intente acercarme varias veces hasta ella y ella huía de mí. Podía ver su mirada de odio fija en mí y en Caroline.

A medida que la noche fue avanzando deje de prestarle tanta atención hasta que la vi salir. La seguí de inmediato.

- Danielle! Espera!

- Esperar a qué? - no respondí, mi cerebro pensaba con rapidez, pero mi boca no se movía - Olvídame Joe.

- No puedo. No puedo dejar de pensarte un solo segundo. Estás aquí a todas horas - dije tocando mi frente - Pero también estás aquí - continué tocando mi corazón

- Y Madison? Dónde está ella? - me quede de nuevo sin palabras - No puedo estar con alguien que no sabe lo que quiere y que sigue anclado en su pasado, me lo dejaste muy claro el día que me dejaste sola, en tu cama

- Pero sé lo que quiero, lo sabía ese día y lo sé hoy. Te quiero a ti. Te quiero a ti al otro lado de mi cama, quiero acostarme contigo y escuchar tu música en la mesilla. Quiero despertarme contigo a mi lado. - el silencio se hizo mella entre nosotros - Danielle, te quiero. - dije finalmente - Lo único que sé a día de hoy es que te quiero.

- Y qué hay de Caroline?

- Oh por favor - reí a carcajadas - Caroline es mi hermana

- Has estado dándome celos con tu hermana toda la noche? - rio - Estás loco Keery

- Sí - admití avergonzado - Tú lo hiciste primero - le reproché, ella me miro sin entenderme - Si, con ese chico perfecto de ojos azules

- ¿David?

- David - repetí celoso

- Oh dios - comenzó a reír de nuevo - No es lo que crees

- Pues cuéntamelo

- Es difícil de explicar

- Tengo todas las noches de mi vida para escucharte - sonreí - Pero antes hay otra cosa que tengo que hacer - me miro dubitativa, pero me acerque hasta ella y cuando la tuve en frente, la bese

Nuestros labios se fundieron entre un lo siento, un te he echado de menos y un te quiero eterno.

Y así, volver a sentir sus labios me hizo el hombre más feliz de la tierra.

El sonido de una puerta abriéndose tras de mí hizo que Danielle se separara de mis labios.

- Interrumpo? Oh perdón, no sabía que estabais, mejor me voy, lo siento - No podía ser, Caroline había interrumpido nuestro espectacular beso después de tanto tiempo

- No, espera. - se apresuró a decir mi chica, por qué era mi chica verdad? - Soy Danielle, encantada - dijo sonriente mientras estiraba su brazo, Caroline se rio ante aquel gesto tan serio y acorto distancia para abrazarla

- Encantada - dijo abrazándola, Danielle me miraba extraña ante ese gesto de cariño, mientras que yo reía observando como dos de las mujeres de mi vida se hacían amigas en ese mismo instante - Soy Caroline la hermana mayor de este idiota - dijo separándose de ella y refiriéndose a mi

- Perdóname, antes no sabía quien eras y

- Con qué no ocultabas nada eh - dijo Caroline interrumpiéndola, yo sonreí inocente - No te preocupes Danielle, está todo bien

- Entonces todo arreglado? - pregunte, ambas pusieron sus ojos en blanco prácticamente al instante para después reír

Volver a escuchar la risa de Danielle provocó en mi cuerpo un escalofrío agradable.

Esa noche me volví a sentir el hombre más afortunado que había pisado nunca la tierra, tenía a la chica perfecta a mi lado y esta vez, solo esta vez, nada saldría mal entre nosotros.

Desde ese día nuestros día a día fueron cada vez más conjuntos, yo me pasaba las mañanas en el estudio componiendo sobre ella, sobre lo que me hacía sentir, sobre los sentimientos que había tenido enterrados hasta que ella llegó y los saco a la superficie.

Ella mientras tanto se pasaba las mañanas con David haciendo papeleos para arreglar cosas de su herencia, sí, me lo contó todo y mis celos pasaron a ser risas. En medio de aquel drama de herencia, pisos y trastos como ella decía comenzó un nuevo proyecto, quería fundar su propia empresa de maquillaje. Yo no tenía ni idea de aquello, pero la miraba orgullosa cada vez que me contaba sobre aquello.

Reservamos prácticamente todas nuestras tardes para nosotros, salíamos a pasear con Sirio, a la playa o simplemente nos sentábamos en una cafetería a contarnos nuestro día, aquello se convirtió en una preciosa rutina.

Y cada noche terminábamos en una casa, a veces en la suya, a veces en la mía.

La primera vez no os voy a mentir, me costó despertar a su lado, no entendía por qué quería que ella estuviera ahí. La segunda vez fue mejor y a día de hoy no podría imaginarme despertarme solo de nuevo, en cuestión de semanas me había acostumbrado a ella, a su música en la mesilla, a su pierna inquieta o a sus pequeños ronquidos.

Me había acostumbrado a observar su cuerpo desnudo durante horas, conocía cada una de sus curvas, cada una de cicatrices y cada una de sus estrías, era perfecta a mi vista.

Una noche, mientras cocinaba se lo pregunte, sé que era demasiado pronto y que tal vez denegaría mi propuesta, pero estaba preparado para pasar el resto de mis noches con ella.

- Danielle, podemos hablar? Oh dios, no es nada malo - me reí - no me mires así - exploté de la risa

- Tengo miedo, pero dime - me sonrió medio asustada

- Quieres - no me salían las palabras

- No estarás pidiéndome matrimonio verdad Keery? - dijo asustada

- Qué? No, oh dios, no - su sonrisa se sintió entre aliviada y triste - Quería preguntarte si quieres vivir conmigo?

- Qué? Estás seguro? - levanto su ceja

- Sí, pero no quiero que sea aquí. Quiero vivir contigo en una nueva casa, en una casa que sea nuestra. Quieres?

- Estás loco, pero yo estoy loca por ti, así que sí

"QUÉ PUEDE SALIR MAL"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora