Oficialmente tu guía

155 19 10
                                    

- Joe -

Estaba besándola, nuestros labios se movían en el mismo sentido poco a poco aparte mis labios de los suyos, ella tragó saliva, yo tome el aire, su mirada se mantuvo fija en mí unos eternos segundos hasta que se alejó y el aire volvió a mis pulmones.

- Wow, ese ha sido un buen beso - dijo Natalia detrás de Charlie

- Ve con ella, a qué esperas - dijo Charlie

Salí corriendo detrás de ella, la alcancé a punto de subirse a un taxi.

- No puedes irte sin antes darme tu número- dije tras ella

- Joe, yo no sé si debo - me respondió con cara de preocupación

- Que pierdes probándolo - le dije antes de que terminara su frase

Ella con mil dudas ante sus ojos agarró mi móvil y tecleó su número, acto seguido beso mis labios, acaricio mi mejilla y se fue.

- Danielle -

Eran las ocho y cuarto cuando por fin llegue a casa, agotada, por mi mente ni siquiera se había pasado la remota idea de volver tan tarde. Tenía la adrenalina disparada por todo mi cuerpo, el trabajo, la fiesta, Joe y aquel beso eran los culpables.

Me deshice del vestido según me acercaba más a la cama, por el camino deje las joyas, los zapatos y el bolso, mi adrenalina fue descendiendo dejando paso a mi cansancio, una vez me acurruque bajo el enorme edredón caí rendida.

Me desperté a eso de las seis y media de la tarde, una vez conseguí desperezarme y abrir los ojos, alcance mi móvil, mensajes de los chicos y de mi madre se agolpaban en la barra de inicio, entre en la aplicación para responderles y entonces lo vi, un número desconocido me había hablado, Joe me había hablado.

Quieres tener una cita conmigo?
08:00 A.M

El corazón me dio un vuelco nada más leer aquel mensaje, después de demasiadas horas le respondí

Creo que se me ha pasado
la hora para esa cita,
pero me encantaría
18:36 P.M

Nunca es tarde, a qué hora paso a por ti?
18:37 P.M

Nunca habría imaginado recibir una respuesta tan repentina y menos esa respuesta, por mi mente pasaron mil excusas a cada cual más absurda. ¿Quería salir con él? Sí, ¿Estaba aterrada por ello? También.

Podemos quedar en algún punto intermedio entre tu casa y la mía
o quedar otro día
18:49 P.M

Dime un lugar, un día, una hora y yo estaré allí
18:51 P.M

Sabes que no conozco
nada en la ciudad
18:53 P.M

Entonces seré oficialmente tu guía
18:53 P.M

Después de pensarlo un rato, acepte su propuesta. Le escribí la dirección de mi casa y prometió pasar en 45 minutos a por mí, le pregunté por nuestro destino, pero no quiso decírmelo.

Los nervios se apoderaron de mí, tras una ducha eterna de agua muy caliente, el eyeliner ni siquiera me salía y no tenía nidea de que vestirme, cambie de look al menos en cuatro o cinco ocasiones, llame a Álvaro por videollamada con la esperanza de recibir su ayuda, pero nada, probé con Vega.

- Mi amor, cuanto tiempo, ¿qué tal la gala? No has contestado al grupo - me reprocho sonriente

- No puedo hablar de eso ahora, tengo una cita - confesé

- ¿QUÉ? - gritó mi mejor amiga histérica

- Anoche conocí a un chico, probablemente uno de los más guapos que he conocido y ahora me estoy preparando para salir con él, Vega estoy demasiado nerviosa - confesé de nuevo, aunque esos nervios eran visibles por si solos

- Tranquila, ¿qué necesitas? - me preguntó ella

- ¿Qué me pongo? Hace demasiado tiempo que no tengo una cita

Juntas nos decantamos por algo sencillo, pantalón de cuero granate, top blanco y un abrigo del mismo tono, junto a unos botines y un sencillo maquillaje.

Joe sería mi primera cita después de demasiado tiempo y a mí nunca jamás se me habían dado bien esas cosas. 45 minutos justos después, mi telefonillo sonó.

- Hola, soy yo - escuché decirle al otro lado del teléfono al instante que mi corazón daba un vuelco por él

- Ahora mismo bajo

Colgué la llamada con Vega, chille de la emoción, agarre el abrigo, el bolso y baje. Ahí estaba apoyado en un coche mirándose las manos, los nervios eran visibles en él, supongo que tanto como lo eran en mí. Nada más abrí la puerta que nos separaba, él levantó su cabeza en mi dirección, nuestras miradas se encontraron y ambos sonreímos.

- ¿A dónde vamos? - me apresure a preguntar

- Es una sorpresa

- Pero, ¿voy bien? - dije mirándome, él sin duda iba mucho mejor que yo, llevaba unos vaqueros con una camisa blanca, zapatos y una americana en la mano, el pelo despeinado y sus gafas, estaba demasiado guapo

- Claro que vas bien, estás preciosa - dijo mirándome, yo me sonroje ante su respuesta

Joe se adelantó a mí para abrirme la puerta del coche, estaba claro que era todo un caballero. Aquellos detalles conquistaban cada vez más a mi corazón. Después de casi una hora de trayecto sin saber qué decirnos llegamos a un parking, estaba a punto de abrir la puerta cuando él me paro en seco.

- Si voy a conocerte quiero ser sincero contigo, no soy un simple chico queriendo ser actor, soy Joseph Keery, bueno, en verdad Joseph David Keery o más bien, Joe Keery - yo lo miraba sin entender absolutamente nada de aquella confesión - Perdón, cuando estoy nervioso doy muchas vueltas a todo y siempre termino sin decir nada. Soy - entonces caí

- Eres Joe Keery, ¿Steve Harrington? - abrí los ojos perpleja, de ahí que su cara se me hiciera tan conocida

- Sí - dijo agachando su cabeza, yo tardé unos segundos en asimilar su respuesta

- Oh, dios mío, pero tu pelo - solté sin siquiera pensarlo

- Lo sé, no se parece en nada, me lo corté - dijo en una risa vergonzosa

- Oh, dios, perdóname, no sé cómo reaccionar - respondí siendo completamente sincera

- No has reaccionado mal - dijo pasando su mano por la cara - Y bien, ¿quieres seguir conociéndome? - dijo con una leve sonrisa

Podía haber dudado durante horas, días e incluso meses, pero ya estaba ahí, junto a él y quería conocerlo.

- Quiero.

"QUÉ PUEDE SALIR MAL"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora