Hasta el amanecer

179 18 3
                                    

- Joe -

- Oh, perdona, ¿es tuyo? - dijo ella sacándome del lugar al que había volado

- Sí, perdón

- No pasa nada, estarías muy preocupado por él - dijo sonriéndome mientras acariciaba a Sirio

- Sí - respondí nuevamente

- Bueno, precioso - dijo agachándose para estar más cerca de él - Ha sido un placer hablar contigo - yo sonreí cómo un tonto ante aquellas palabras, por suerte ella no me vio - Me alegro mucho de que hayas encontrado a tu dueño, ¿sí? - dijo volviendo a acariciarle, Sirio le lamió la cara varias veces, este perro quería más a una completa desconocida que a mí

- Gracias por haberlo cuidado - dije - Nunca antes se había escapado - entones ella me miró

- Ha sido un placer, es un encanto - dijo poniéndose frente a mí - Oye, ¿nos conocemos? Siento que te conozco de antes, ¿puede ser? - pregunto observándome atentamente

- ¡¡Danielle!! ¡¡Dani!! - la voz de un chico interrumpió mi respuesta, agradecí por ello, no tenía una respuesta para darle

- Estoy aquí - dijo ella levantando la mano

El chico alto y corpulento, además de guapo, se acercó hasta nosotros.

- ¿Qué haces aquí? Me he levantado y no te he visto, me tenías preocupado - yo agaché la cabeza por instinto

- Perdóname - dijo refiriéndose a su ¿novio? - Entra, ¿sí? Yo voy ahora - el chico asintió y puso rumbo a la casa de nuevo

- Perdona, no quería, queríamos causarte problemas con tu novio - ella comenzó a reír tras mis palabras

- ¿Mi novio? - rio - Oh, no, es mi mejor amigo

- Bueno, de todas formas perdónanos - sonreí

- No tienes que disculparte - sonrío ella, unos segundos después hablo de nuevo - Voy a irme o saldrá de nuevo y no creo que queramos eso

- Vale - sonreí

- Vale - sonrió

Comenzó a caminar hacia la casa, yo no podía apartar la mirada de ella. Quería que se quedará aquí conmigo, tal vez para siempre.

Sirio salió corriendo tras ella nuevamente. ¿Qué coño le pasaba a este perro?

- Qué susto pequeño, he de irme - dijo acariciándole, se agachó para decirle algo, algo que no llegue a escuchar aunque lo intentara

- Perdona - dije avergonzado - Vamos, Sirio

- Buenas noches - dijo ella con la sonrisa más dulce que había visto nunca, esa era su sonrisa, dulce, cálida, preciosa

- Sí, buenas noches - respondí sonriendo, solo esperaba verme la mitad de guapo que ella mientras lo hacía

Nos sonreímos mutuamente por varios segundos, hasta que finalmente ella entró en la casa. Me quedé ahí con la sonrisa estampada en la cara y con ganas de saber mucho más de ella, de saberlo todo sobre ella.

- Danielle -

Entre en la casa con la extraña sensación de haber conocido antes a ese chico, con la extraña sensación de querer saber más sobre él, de querer saberlo todo sobre él. Supongo que si Álvaro no nos hubiera interrumpido, ahora sabría mucho más acerca de él, creo que posiblemente me hubiera quedado hablando con él hasta que el amanecer nos encontrara al día siguiente.

- ¿Quién era ese chico con el que hablabas? Sola, fuera, a oscuras - dijo Álvaro en cuanto puse un pie en esta - Te podía haber pasado algo y yo no me lo hubiera perdonado nunca- prosiguió hablando, sentado desde el sofá, intranquilo

- No lo sé, perdóname - le contesté - Estaba fuera tomando el aire porque no podía dormir y de pronto su perro apareció, estaba perdido y no sé, un tiempo después llego él. Ni siquiera he llegado a pensar que me podía pasar algo - dije acercándome hasta él

- No vuelvas a hacerlo, ¿vale?

- Hacer el qué, ¿salir a tomar el aire? - dije rodando los ojos quitándole importancia

- Sabes perfectamente a lo que me refiero - dijo rodando sus ojos - No salgas en plena noche sin siquiera avisarme, ¿vale?

- Está bien, papa - dije sentándome en el sofá junto a él

- Serás idiota - dijo soltando una carcajada

Justo en ese entonces, Vega apareció en la cocina.

- ¿Qué estáis haciendo aquí a estas horas? - dijo frotándose los ojos

- Nada, nuestra chica estaba ligando y yo se lo he jodido - rio

- ¿Qué? ¿Ahora? Y voy yo y me lo pierdo - dijo haciendo una mueca - Al menos, ¿era guapo?

- Punto número uno no estaba ligando, estaba siendo amable con él, su perro se había perdido - dije con un intento de fulminarlos con la mirada

- Últimamente, se te acercan muchos perros y sus dueños - dijo vacilando - Y guapo - rio - Ni siquiera me he fijado, la verdad. Lo siento, Vega - yo volví a rodar los ojos

- ¿Últimamente? ¿Qué me he perdido? - pregunto sentándose en el sofá frente a nosotros

- Verás, nuestra chica conoció a un chico en Los Ángeles, incluso se obsesionó con él - Álvaro comenzó a contarle con todo detalle mi encuentro con aquel chico, yo, agotada, puse rumbo a mi cuarto sin siquiera despedirme de ellos, tampoco lo notaron, estaban demasiado inmersos en la historia como para darse cuenta.

Una vez llegue a mi cuarto, hundí la cabeza en la almohada, no quería ruidos en ella, no quería pensar en absolutamente nada, solo quería dormir, dormir profundamente.

- Joe -

Llegue a casa con el corazón en la boca, que acababa de suceder. De verdad estaba aquí, no era fruto de mi perturbada imaginación.

Danielle estaba aquí.

- Y, ¿tú? ¿tú porque sales corriendo detrás de esa chica? ¿qué intentas decirme? ¿quieres decirme algo? - Sirio giraba su cabeza intentando descifrar mis preguntas, joder estaba loco, realmente loco - A con que ella puede hablarte, pero yo, ¿no? - Sirio agacho la cabeza y desapareció por el pasillo - Bien, hasta mi perro me ignora y me hace ver que estoy loco

Regrese a mi cuarto para esconderme debajo del gordo edredón blanco, no quería pensar, no quería comerme la cabeza. Solo necesitaba dormir y que los días pasaran a toda velocidad para volver a mi vida, pero ella, ella, invadía cada pensamiento en mi mente.

"QUÉ PUEDE SALIR MAL"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora