𝐼𝑛𝑠𝑒𝑐𝑢𝑟𝑖𝑡𝑖𝑒𝑠

974 107 32
                                    

Basta...

Porfavor...

Solo detente...

Me iré, te lo juro...

Nunca tendrás que volver a verme...

Solo déjame ir...

Te lo suplico...

"Ahora es mi turno de cuidarte"

Quackity despertó con la respiración agitada y sudor frío recorriendo su espalda, miró el reloj, aún era de madrugada, cerró los ojos y talló su rostro con sus callosas manos, poco a poco calmando su respiración.

Se recostó lentamente y miró al techo, vacío, sin color alguno, ¿Qué era la falta de color?, ¿Era el denso y asfixiante color de la oscuridad?, ¿O acaso el interminable vacío del blanco?

Miles de lagunas mentales lo acechaban, quería a su hermano, quería a su familia, quería a su único amigo, quería a alguien a quien amar.

Durante toda su vida buscó desesperadamente el afecto que le fue negado, el afecto de los acogedores brazos de una madre o la cálida sonrisa de un padre, quizá buscaba la confianza de un hermano, aquella confidencialidad que solo un igual te podía dar.

Quizá una pareja, un amante, da igual ya.

- ¿Quackity? - El mencionado reaccionó ante los débiles y casi imperceptibles golpes en su puerta, sabiendo de quién se trataba y con ganas de ir y llorar en sus brazos, pero no hizo nada.

- Quackity, ¿Puedo pasar? - Insistió de nuevo, esta vez con un tono un poco más alto, pero el azabache no se inmutó.

El silencio perduró un par de segundos, no sabía si había desistido, o si solo se estaba cuestionando entrar. Fue entonces que la puerta se abrió lentamente, dejando el haz de la tenue luz invadir momentáneamente el lugar.

Sintió un peso extra en su cama y después una suave caricia en su cabello despeinado.

- ¿Qué sucede, Big Q? - El menor dirigió su mirada al rostro de su acompañante, centrandose en los ojos rubí que lo miraban con calidez y comprensión.

- ...pasado... - Pronunció apenas de forma audible, mirando el rostro del contrario llenarse de tristeza, y poco después fue alzado del escondite de sus sábanas y sintió calidez a su alrededor, enterrando su cabeza en el hueco entre la cabeza y hombro del mayor, aspirando su olor a leños quemados.

- ¿Qué se supone que haré ahora?, estoy solo, otra vez - Sus ojos se cristalizaron y las caricias en su cabello volvieron.

- Seguir, por él, ¿Crees que le gustaría verte así? -

- Esto fue mi culpa, Wilbur. Yo me debilite, confíe en ellos, en él, ¿Y ahora?, se llevó lo más importante para mí - Apretó la tela de la camisa del mencionado y dejó sus lágrimas correr.

- Pero puedes recuperarlo - Aseguró el castaño, tratando de contener sus propias lágrimas.

- ¿¡Cómo!?, ¡Dime cómo hacerlo!, por favor, ya no puedo seguir, no quiero perder a nadie más -

• 𝘐𝘯 𝘋𝘦𝘣𝘵 • 𝘒𝘢𝘳𝘭𝘕𝘢𝘱𝘐𝘵𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora