• 𝘐𝘯 𝘋𝘦𝘣𝘵 • 𝘒𝘢𝘳𝘭𝘕𝘢𝘱𝘐𝘵𝘺

𝐴 𝑏𝑒𝑡𝑡𝑒𝑟 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡?

Septiembre 4 - 05:05 horas
- Casa provisional

El azabache caminaba de un lado a otro tal como una fiera enjaulada, llevaba milenios encerrado, sin contacto con el exterior y con su única fuente de contacto humano siendo las discusiones de los mayores.

Miró por la ventana abarrotada, otro día había comenzado, el aire frío golpeando su rostro le traía vívidos recuerdos de su tiempo con su ex-novio.

Vaya, todo se remonta a él.

— ¿Sappy?, ¿Vienes a desayunar? — La inconfundible voz ahora rasposa y agotada de su padre lo llamó desde la puerta.

El menor solo asintió, sin mirar al castaño, más centrado en el paisaje, aunque realmente estaba perdido en sus propios pensamientos.

Bad, sintiendo la falta de respuesta de su hijo, se adentró en la habitación, aunque no llegó más allá de la mitad cuando la voz débil del de ojos azules sonó.

— ¿Cuánto tiempo vamos a estar aquí? — Murmuró, finalmente volteando hacia el castaño, manteniendo los brazos cruzados.

El oji-verde desvío la mirada, incapaz de mentirle pero sin poder darle una respuesta certera, la verdad es que había perdido el control de su vida hace mucho.

— No estoy seguro… Geppy aún está buscando un lugar seguro y que podamos costear… — Se sinceró con Sapnap, ya no tenía caso ocultarle las cosas, ya no era su niño.

El menor no dijo nada, se mantuvo estático, pero su mirada perdió fijación, nuevamente sumergiendose en sus pensamientos.

Por la mente del azabache solo pasaban tres cosas: Karl, Quackity, Bad y Skeppy.

Su ex, su jefe/captor y sus padres.

Todos sus problemas partían de la misma necesidad: un lugar para vivir.

Obtener un trabajo para dejar de preocupar a Karl y poder vivir con él en un futuro.

Vender su cuerpo y mente a Quackity para darle a su ex un lugar en el que vivir.

Sacrificar la vivienda de sus padres por nada.

Así que, si ya no tenía nada más por lo que servir, ¿Por qué no juntar sus problemas?

— Las Nevadas… podemos vivir ahí — Susurró mientras apretaba las cobijas con sus manos.

Bad, quién había llevado al azabache a su cama después de que se disoció, lo miró con una mezcla de sentimientos entre la sorpresa, el miedo y el orgullo.

— Umm… Sap, vivir ahí es muy caro y si tienes en cuenta que encontrar un apartamento decente es casi imposible, no veo el por qué deberíamos ir ahí — Explicó y apartó el rebelde cabello del menor.

Los ojos azúl grisáceo del menor lo miraron decididos, se mostraba serio y determinado.

— Trabajo ahí, conozco al líder y pueden vivir en mi departamento — Respondió sin apartar su vista, estaba cansado de escapar.

Pero aún no quería luchar.

— Yo creo que es lo mejor — Un tercero habló sobre saltando a los otros dos, por lo que voltearon de inmediato hacia la puerta.