𝑇ℎ𝑒 𝑙𝑜𝑣𝑒𝑟, 𝑡ℎ𝑒 𝑓𝑜𝑜𝑙 𝑎𝑛𝑑 𝑡ℎ𝑒 𝑙𝑖𝑎𝑟

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Febrero 26 - 00:18 horas
Kinoko - Hospital

Una bruma negra invadía sus sentidos, tan ruidoso pero al mismo tiempo silencioso, era extraño y sinceramente la sensación era desagradable, le dejaba un horrible y familiar vacío en el pecho, como si alguien estuviera apilando toneladas de concreto sobre él.

Poco a poco volvió en si, siendo lo primero en recibirlo el mareo y la desorientación, su vista era borrosa y parecía que todo estaba en cámara lenta, se calmó un poco cuando reconoció a su padre recostado en el sillón a un lado suyo.

Al cabo de un par de minutos se sentó, un amargo sabor de boca casi lo hace vomitar de nuevo, usando toda su fuerza reprimió esa horrible sensación.

Despertar de esa forma era un tanto común para él, supuso que era por recibir tanta medicina en tan poco tiempo, al menos eso quería pensar, odiaría estar enfermo o algo por el estilo.

Su boca se sentía seca y el sabor que había quedado en ella era desagradable, por lo que se dispuso a tomar el resto del jugo de naranja que logró poner a salvo antes de lanzarse a vomitar, tomó al vaso entre sus temblorosas manos, por suerte el único riesgo que tenía era el de ensuciar la sábana de la camilla.

Tomó lentamente el contenido del vaso hasta terminarlo, igual no era mucho, pronto se arrepintió, una repentina tos lo atacó y debido a eso el dolor en sus costillas volvió.

Bad despertó y corrió hacia él justo a tiempo antes de que cayera por el dolor, el azabache se aferraba al abrazo del de ojos esmeralda mientras que el mayor solo lo mecía lentamente tratando de calmarlo.

- ¿Te sientes mejor? - Cuestionó suavemente sin detener sus movimientos, ahora también acariciando el largo cabello del que consideraba un hijo.

- Estoy mareado, Bad - Respondió con una voz débil y ronca, mientras ocultaba su rostro entre el cuello del castaño.

Bad sonrió suavemente, hace mucho que no tenía ese tipo de contacto con el menor, no desde que conoció a Skeppy, sabía de la rivalidad entre ambos, Sapnap era como un hijo celoso y su novio era un poco posesivo, no iba a mentir.

De la misma forma el azabache dejaba que el mayor lo mimara, extrañaba sus abrazos, nunca quiso verse dependiente o encimoso, por lo que cuando el castaño le presentó a su novio decidió dejarlo ser.

Después de todo, ya tenía a alguien a quien abrazar y llorar a su lado, alguien con quién podría hablar libremente sin tener que parecer fuerte en todo momento, alguien que se quedaría a su lado por siempre, alguien que no era él.

- Descansa, Sappy, yo me quedaré aquí un rato - Susurró mientras poco a poco se alejaba del azabache, el cuál se volvió a aferrar a él en cuanto notó sus intenciones.

- Por favor no... quédate a mi lado un rato más... - Al castaño le rompió el alma verlo así, ver de nuevo a ese niño indefenso y débil en la cama de un hospital después de pasar por quién sabe cuántos eventos traumáticos, un niño que creía haber ayudado a sanar mucho tiempo atrás.

- Si claro, tu descansa, prometo quedarme aquí... - Y con eso se recostó en la camilla, sintiendo al de ojos azules acurrucarse contra él, las lágrimas ardían en sus ojos esmeralda, de nuevo volvía a tener 18 años, durmiendo sobre un montículo de mantas y ropa en el suelo junto a un pequeño huérfano de 7 años.

De nuevo era débil, incapaz de proteger a quienes amaba.

"- ¿Oh?, ¿Quieres saber por qué lo hago?, ¿Por qué aún no te he matado? - Murmuró con una sonrisa en sus labios.

• 𝘐𝘯 𝘋𝘦𝘣𝘵 • 𝘒𝘢𝘳𝘭𝘕𝘢𝘱𝘐𝘵𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora