𝑊𝑒𝑙𝑐𝑜𝑚𝑒 𝑡𝑜 ℎ𝑒𝑙𝑙

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Abril 19 - 9:18 horas
Las Nevadas - Camino Principal

Estaba ahí, finalmente había llegado.

A aquel lugar lleno de pecado, una brillante y seductora cortina de humo para saciar los más sucios deseos de la gente, un paraíso corrupto.

Tomó todo el aire que le permitieron sus pulmones y lo retuvo un momento mientras sus ojos miraban cautelosos a todo aquello que se moviera, dejó salir el aire de a poco sintiendo su pecho bajar lentamente, cerrando sus ojos en el proceso, un momento para intentar calmar la pequeña ansiedad que permanecía latente dentro de él.

- Que mierda, terminemos con esto - Susurró para si mismo y abrió los ojos con una pizca de determinación brillando en ellos como una chispa.

Encaminó sus pasos hacia el edificio principal, cada paso lento pero fuerte, aparentando una seguridad que iba muriendo a medida que se acercaba a su destino.

Al llegar al segundo piso parecía que iba a desfallecer, sosteniendo fuertemente el barandal a tal punto que sus nudillos se volvieron blancos, con su mirada hacia el suelo, no teniendo la fuerza suficiente para mirar hacia adelante.

- ¿Estás bien? - Escuchó a alguien decir frente a él moviendo un poco su mirada hacia donde estaban los pies de quién sea que le haya hablado.

Subió su vista poco a poco, viendo que las ropas de esa persona eran en su mayoría de un color verde claro, a excepción de su camisa blanca, siguió subiendo su mirada hasta que se encontró con el rostro del chico, cabello castaño semirubio con mechas verde brillante en el fleco que caía desordenadamente sobre su frente, una mirada verde profunda y ojos afilados bajo unos lentes rectangulares de armazón negro.

- ¿Tienes permiso de estar aquí? - Volvió a preguntar, esta vez un poco más impaciente y frunciendo un poco el ceño, logrando que el azabache finalmente recuperara la compostura.

- O-oh si... es solo que estoy un poco cansado, ya sabes, las escaleras son un fastidio - Respondió un tanto nervioso, rascando un poco su mejilla y desviando la mirada.

- Claro, las escaleras fueron diseñadas para destruir a la humanidad - Contestó de forma monótona, escudriñando al contrario con la mirada, el azabache notó esto así que se apresuró a responder.

- Yo um-, vengo a ver aaaal, ¿Dueño del casino? - Dijo de forma nerviosa, arrastrando algunas palabras y terminando su oración como si fuera una pregunta.

- Oh, está bien, sígueme - Habló en un tono más animado, dándose la vuelta y comenzando a caminar sin esperarlo.

- ¡E-espera! - Masculló con el poco aire en sus pulmones y siguió a contrario, casi viendo doble gracias a la fatiga, después de todo aún seguía un poco débil.

El azabache tuvo que seguir al energético castaño por los próximos dos pisos hasta que llegaron a un elevador de empleados, el de lentes presionó uno de los tantos botones y el elevador se puso en funcionamiento, el de ojos azules apreció que al menos esta vez no tuvo que subir todo a pie.

Una vez las puertas se abrieron el castaño le indicó que lo siguiera a través de un largo y muy ancho pasillo, la decoración era casi igual que el resto del lugar, miles de puertas se alineaban una contra la otra, tenían pequeñas placas con el nombre del sector al que pertenecían; oficina de administración, área de mantenimiento, personal administrativo, sala ejecutiva, etc.

Después de unos segundos más llegaron al final del pasillo, dónde había un par de puertas dobles que el azabache pudo reconocer inmediatamente, su cuerpo se tensó en anticipación cuando su guía tomó el pomo de la puerta.

• 𝘐𝘯 𝘋𝘦𝘣𝘵 • 𝘒𝘢𝘳𝘭𝘕𝘢𝘱𝘐𝘵𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora