**narra Gonzalo**
Es muy hermosa. Tiene una hermosa mirada, y me encanta incomodarla. Gracias a dios estoy bien. Los medicamentos están haciendo efecto. Lo único malo de esto es que no voy a poder verla y realmente quiero hacerlo. A no ser que... la invite a cenar, o a salir. No se me va a resistir.
Voy a su consultorio. Y golpeo. Escucho que se ríe con alguien a dentro. Un hombre.
- ¡adelante!-me gritan de adentro
Bien pipa, acá vamos.
Entro y estaba ella con otro tipo. Muy risueños los dos. En cuanto me ve entrar ella se incomoda, puedo ver su cara. Él es muy fachero.
Bueno vamos al punto.
- Doctora, ¿Cómo le va?-digo con mi mejor sonrisa. Ninguno de los dos me saca los ojos de encima.
- Higuaín, muy bien. A usted se lo ve bastante mejor.
- Si, gracias a usted. De hecho venía a preguntarle algo. No quiero molestar.-digo mirando hacia el imbécil. Ándate flaco.
- Oh no, me voy. Juana la seguimos después. Nos vemos.-dice bastante incómodo. Se dio cuenta el nabo. Por lo menos hizo algo bueno y dijo el nombre de ella. Juana. Que bello nombre.
- Adiós Fran.-dice ella dándole una sonrisa. ¿adiós Fran? Me termino de poner de los pelos.
- Que tenga buenas tardes señor.-me extiende la mano.
- Igualmente doctor.
Ella se levanta de su asiento y lo acompaña a la puerta. Puedo observar su desplazamiento tan sexi. Es muy atractiva.
Cuando cierra la puerta. La tengo detrás de mí. Es ahora o nunca.
- Bien Gonzalo. ¿Qué me querías preguntar?-me pregunta mientras camina hacia su escritorio.
- Juana yo...-me interrumpe.
- Doctora. Doctora Benavidez te dije.-dice seria. ¿Qué le pasa?
- Ya no soy tu paciente, te puedo llamar Juana. No me gusta la formalidad.-dije sin sacarle mis ojos de ensima. Me encanta esta mina.
- No, no sos mi paciente pero yo sigo siendo doctora. Y soy la doctora Benavidez. Solo la gente de mi confianza me llama por mi nombre.-¿confianza? Osea que tiene algo con ese tipo.
- Osea que...¿ese es de tu confianza?
- ¿Qué me querías preguntar? –apoya sus codos en el escritorio. Mirándome fijamente con esos ojos verdes. Dios es tan hermosa.
- Bueno. Vamos al grano. ¿queres venir a tomar algo conmigo?-chau te la dije.
- ¿Qué? ¿Eso es lo que me querías preguntar?
- Si.
- No puedo.
- ¿no podes? O ¿te da cuiqui?-esta vez yo apoyo mis codos y la miro fijamente. A ver que decís cagona.
- ¿Qué? ¿Me da cuiqui decís?-no esperaba mi respuesta.
- Me tenes miedo D O C T O R A –en cuanto dije eso me mordí el labio. Se que la estoy calentando. Lo sé.
- Primero en principal respeto. Segundo no puedo porque tengo trabajo y tercero si pudiera no iría de todas formas.-esto se está poniendo bueno.
- Porque me tenes miedo. Solamente quiero agradecerte nada más. Me salvaste la vida y te lo debo. Es todo. No vamos a hacer nada que no quieras.-dale che. No te cuesta nada. No me voy de acá sin su sí.
- No tenes nada que agradecer. Es mi trabajo. –sigue seria.
- Vamos a tomar algo dale. Solo unas horas. Es todo.
- No. ya dije.
- ¿Por qué te haces rogar tanto?-dale acepta.
- ¿ROGAR? Pará. No te estoy pidiendo que ruegues. No hace falta.
- Sos tan cagona. No te veía así.-larga una sonrisa por favor.
- Haber... si te digo que si ¿me vas a dejar de incomodar?-¿incomodar? Bien. La incómodo.
- Así que... te incómodo.-me cruzo de piernas y la miro fijamente.
- Está bien Gonzalo. A las 19 en el bar de la esquina. Llegas un minuto tarde y me voy.- ¡SIII AL FIN!!
- A las 19 te espero.
Al fin me dijo que sí. Nunca le había rogado tanto a una mujer. Es tan seria. Que creo que eso es lo que me encanta de ella. Sé que la voy a pasar muy bien con ella esta tarde. Estoy seguro.
**narra Juana**
No puedo creer que haya aceptado. Que incomoda me pone este tipo. Porque le dije que sí. Provoca algo tan... fuerte en mí. Bien pensa esto Juana, es solo tomar algo y después no me lo tengo que fumar más.
Tengo que hacer algo para que no me incomode tanto. Talvez... jugar su mismo juego. El me seduce. Debo hacer lo mismo. Eso es tengo que incomodarlo. Voy a ir a casa a buscar mi mejor vestido para provocarlo esta tarde. Queres jugar, vamos a jugar.
** Más tarde**
Juana quería incomodar a Gonzalo como él se lo hacía a ella. Entonces se puso el mejor vestido que encontró. Color rojo pasión.
Gonzalo, se puso una camisa blanca, un pantalón de jean azul oscuro y un saco negro.
Gonzalo llego unos minutos antes al bar. Lo de nunca, llegar puntual a una cita. Pero era tanto lo que le interesaba Juana que sentía que no podía perderse la oportunidad de conocerla.
Juana, en cambio, llego unos minutos tarde. Ese era su juego. Incomodar a Gonzalo. Y lo estaba haciendo muy bien.
En cuanto el la vio entrar, no pudo resistirse a toda su belleza. Estaba realmente hermosa. Se comportó como todo un caballero. Y no podía sacar sus ojos de encima.

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Yo te esperaba.
RomanceJuana, una doctora de alta trayectoria, se encuentra con un caso muy extraño en su hospital. Debe ayudar a un hombre para que pueda sobrevivir. Lo que esta no sabe es que, este hombre le salvara la vida a ella. En esta historia, se descubrirá com...