6

4.8K 197 0
                                    

3:30 a.m. Marcaba mi reloj de muñeca, había estado alrededor de una hora y media afuera de la habitación en la que se encontraba Katia, que estaba siendo revisada por Nina.

Después de dejarla inconsciente en la tina había ido por Mason y Nina para que me ayudarán con Katia. La morena la había auxuliado desde el principio y ya llevaba una hora y media encerrada en la habitación atendiendo a Katia.

—No es momento para que pierdas los estribos Bill.

—¡¿Y crees que no lo sé?!

Mi furia todavía seguía presente y estando en ese estado me era muy difícil controlarme.

—Tan solo lleva un mes aquí y ya estabas apunto de matarla.

—¿La estás defendiendo Mason?

—No, claro que no, estoy tratando de que tú venganza sea duradera ya que has estado descuidando mucho tus negocios por estarle haciendo la vida imposible a una mocosa, así que por lo menos tiene que valer la pena.

—¡No necesito que me lo digas!—Volví a gritar sintiendo que nuevamente el odio y el coraje acumulados volvían a dispararse provocando que me estrese con facilidad.
—¡Los padres de esa perra me lo quitaron todo, ella tiene que pagar!

—Lo sé, pero entiende que no puedes matarla a la primera.

—¡Ya cállate Mason, solo me estresas más!

—No has tomado tus medicamentos, ¿cierto?

—¡A la mierda los malditos medicamento, no los necesito!

La furia sin control volvió a apoderarse de mi cuerpo haciéndome perder la cabeza y agarrando a Mason del cuello de su camisa para estamparlo contra la pared.

—¡Dije que te callaras!

Sentía un coraje inmenso que hacía querer arrancarle la cabeza a mi mejor amigo con mis propias manos, quería que se callara y que me dejara de aconsejar como si fuera mi padre, el no era nadie para ordenarme, el solo era un peón más en mi juego de ajedrez.

—¡Tu no eres nadie para darme órdenes!

—Bill tienes que calmarte, respira y...

—¡No me voy a calmar, no quiero hacerlo!—Solté el cuello de su camisa y lleve mis manos a su cuello apretándolo con fuerza.—¡QUIERO MATARTE, ARRANCARTE LA CABEZA CON MIS PROPIAS MANOS HASTA VER COMO TE DESANGRAS!—Apreté con más fuerza su cuello hasta escucharlo toser y ver como su cara se ponía roja. No podía detenerme por más que quisiera hacerlo no podía, esa furia, esa ira que me quemaba por dentro hasta perder los estribos me hacía dañar a las pocas personas cercanas que tenía.—¡Quiero que acabe, quiero que esto termine ya!

—E-entonces t-t-terminalo.

Mason hablo con dificultad mientras cerraba los ojos poco a poco, su vida estaba en mis manos, si lograba controlarme el viviría pero si no el moriría y Nina me odiara por el resto de su vida y la verdad es que yo también me odiaria por el resto de mi vida por haber matado a mi mejor amigo.

—¡Basta, suéltalo!

Nina había salido de la habitación jalandome de la espalda para que intentará soltar a su hermano pero no funcionó ya que yo la empuje con el brazo haciendo que callera al piso.

—N-Nina...n-no te me-metas.

—¡Suéltalo!

Ethan y otra persona más me estaban jalando de la espalda tal y como Nina lo había intentado.

—¡Basta jefe, es su mejor amigo no puede matarlo!

Podía escuchar la desesperación en la voz de Ethan, pero es que por más que quería soltarlo el coraje y la ira me hacían querer matarlo.

La Mujer Del Diablo - Bill Skarsgård [Book#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora