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-Vamos Katia, hemos estado haciendo esto durante una semana.

La pelinegra volvió a estremecerse cuando Bill embistió nuevamente con más rudeza haciendo que casi cayera del escritorio donde se encontraba siendo sometida por él.

Cuando sintió nuevamente que caería al piso llevo sus manos hacia el pecho de Bill dando golpes para que se detuviera, pero lo único que lograba era que el aumentará más el ritmo de sus embestidas haciéndolas más profundas y bruscas.

-Ahh

Aquel gemido que había salido desde lo más profundo de su garganta solo la hizo tenerse más asco así misma y querer salir corriendo de ese lugar, pero para su mala suerte el no la dejaría irse hasta quedar completamente satisfecho.

El volvió a embestir con más tosquedad, profanando su interior a la fuerza y sin una pisca de delicadeza, se movía como una bestia y sus ojos verdes inyectados de placer y odio solo la hacían tener miedo y esperar a que acabará para poder descansar.

Cuando ella había llegado al despacho de Bill podía mirar como los rayos del sol entraban levemente por las separaciones que había entre las cortinas pero ahora solo podía ver la oscuridad de afuera por esas pequeñas separaciones.

Un nuevo gemido acompañado de un jadeo que la hizo saber que pronto la tortura terminaría, salió nuevamente de la boca de Bill, haciéndola cerrar más fuerte los ojos para no ver aquella escena que a su parecer era asquerosa y repugnante.

Cuando sintió aquel líquido pegajoso llenarla por completo cayó al piso sin fuerzas y con las piernas temblorosas y aún después de un rato todavía podía sentir como el semen de el salía de su vagina y escurría por sus piernas dejando un camino viscoso.

-Vístete ya maldita puta o quieres que Mason venga y te folle tan duro como lo acabo de hacer yo.

Una fuerte patada llegó al pie lastimado y hinchado de Katia cubierto por severos moretones, de inmediato las lágrimas comenzarán a salir nueavamente.

-¡Una maldita semana y no te puedes acostumbrar!-Su voz resonó en todo el despacho haciendo que se escuchará más fuerte.-Sigues haciendo esa maldita cara de sufrida como si no te gustará.-Bill se puso de cuclillas, estirando su mano para poder tomar el rostro de Katia y dejarlo frente al suyo.-Admitelo te gusta que te folle tan duro que no puedas ni caminar.

-Bill.

La puerta fue abierta de repente dejando ver a un preocupado Mason quien venía acompañado de Ian, pero este se encontraba detrás de él, tratando de asomar la cabeza por un espacio libre entre Mason y la puerta.

-Espera un momento afuera.

Mason cerró la puerta y Bill llevo su mirada nuevamente a Katia. Se puso de pie y comenzó a vestirse para después agarrar el camisón que se encontraba en el escritorio perteneciente a Katia, que fue rasgado y quitado cuando el la tomo a la fuerza minutos atrás.

-Mason te llevará a la habitación para que te duches y comas.-Bill terminó de ponerle el camisón a Katia y después llamo a Mason para que se la llevará a la habitación.

-¿Por qué no nos dejaste entrar?
-Pregunto Ian en cuanto cruzo la puerta del despacho del rubio quien se encontraba de pie al lado del escritorio fumando un cigarrillo.

-¿Por qué no nos dejaste entrar?-Pregunto Ian en cuanto cruzo la puerta del despacho del rubio quien se encontraba de pie al lado del escritorio fumando un cigarrillo

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La Mujer Del Diablo - Bill Skarsgård [Book#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora