La Mujer Del Diablo - Bill Skarsgård [Book#1]

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Las olas iban y venían, los pájaros cantaban y el sol comenzaba a ocultarse, la playa era hermosa y tengo que admitir que era más hermosa cuando ya casi no había mucha gente en ella, era cuando todo estaba en silencio y podías escuchar mucho mejor las olas del mar.

Hoy me habían dado de alta después de haber estado cuatro días internada en el hospital, agradecía internamente por qué Bill decidiera venir a la playa, está era la primera vez que venía después de haber llegado aquí.

Justo ahora ya no había nadie más que nosotros en la playa y aunque me hubiera gustado más venir sola, sabía que no podía así que tenía que conformarme con esto.

Bill estaba a mi lado sentado en la arena, mirando el sol ocultarse entre las olas, el atardecer era hermoso, pero sería aún más hermoso si Ian estuviera conmigo, lo extrañaba tanto.

El tan solo pensar en el hacia que me relajara, que suspirara de amor al recordar sus besos y caricias, Ian es tan cálido y cariñoso, es todo lo que puedo pedir en esta vida, con el, Emily y mi hijo, son todo lo que necesito para ser feliz.

-¿En qué piensas tanto?

La pregunta de Bill me hizo sorprenderme, aveces tenía actitudes que no podía entender, pero estaba segura que su bipolaridad me terminaría matando algún día.

-En lo hermoso que es el atardecer.
-Y en lo hermoso que sería tener a Ian a mi lado en lugar de ti, claramente eso no lo dije.-¿Por qué escogiste este lugar?-No quería que estuviera solo mirándome todo el tiempo, eso me incomodaba, así que un poco de plática no le haría mal a nadie.

-Mis padres siempre quisieron traernos a mis hermanos y a mi de vacaciones a este lugar, por que aquí fue donde se conocieron, ellos se enamoraron aquí.

Pero que romántico suena eso, traer a sus hijos al lugar donde se conocieron por primera vez la pareja, aunque no sé por qué quiso traerme a este lugar bastante importante para el.

-Si este lugar es muy importante para ti, ¿Por qué me trajiste aquí?-En todo el tiempo que llevábamos en la playa, este era el primer momento que me había girado para verlo.

-No lo sé, solo quería visitar este lugar.

-¿Y por qué conmigo?

-Ya te dije que no lo sé.

Bill me miró molesto así que decidí parar de hacer preguntas y volver a concentrarme en el atardecer, el sol ya casi terminaba de ocultarse.

-Katia.

Bill me llamo y otra vez volví a girar mi rostro hacia el para mirarlo.

-Tua padres no eran las mejores personas, al igual que los míos, pero tú...¿los amas?

-Son mis padres, son las personas que me dieron la vida, estaría siendo una mala hija si no los siguiera amando, pero no por que los quiera estoy de acuerdo con lo que hicieron, estoy enojada con ellos y quisiera que estuvieran vivos para preguntarles muchas cosas, hay preguntas sin respuestas, preguntas que solo ellos pueden contestar.

Cuando termine de hablar mis ojos se pusieron llorosos y comencé a jugar con mis manos.

Extrañaba mucho a mis padres, cada vez que pensaba en ellos no podía evitar pensar en lo mucho que me hacen falta, en qué les faltó muchas cosas por explicarme, tengo tantas preguntas para ellos, tantas cosas que quiero decirles, que aveces desearía volver el tiempo atrás para poder hacerles tantas preguntas.

-El tiempo nunca me alcanzará para pedirte perdón por lo que hicieron.-A este punto era muy difícil contener mis lágrimas.-Lo siento tanto.-Murmuré bajo. Probablemente no tenía que disculparme, ya que ni siquiera sabía que era aquello por lo que me odiaba tanto, pero si esa disculpa podía hacer que sienta algo en su marchito corazón, prefería arriesgarme a que me siga odiando por algo de lo que no tengo la culpa.