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Los cubiertos chocar contra los platos eran el único sonido que se escuchaba, a Bill le gustaba comer en silencio y aún más cuando se encontraba estresado.

Ian, Marco, Mason, Emily, Bill y yo nos encontrábamos comiendo en el gran comedor, Bill se encontraba en la silla principal, Mason a su lado derecho y del otro lado estaba yo a su lado izquierdo después se seguía Ian, Marco y al lado de el Emily. Todos comíamos en un incómodo silencio debido a que minutos atrás Bill había estallado contra la rubia propinandole un fuerte golpe en la nariz que hizo que le saliera sangre.

Nina y Emily habían protagonizado una fuerte discusión que se debía a la rivalidad que había entre ambas por Marco, Nina había explotado contra Emily y hasta la abofeteo, la rubia no se quedó atrás y le devolvió el golpe cosa que hizo a Mason y Marco irse contra Emily y a Bill estresarse más, así que terminó por desquitarse con la rubia.

Nina había salido echa una furia del comedor y Mason se había quedado para tranquilizar a su amigo, mientras que Emily se encontraba ahora deteniendo el sangrado de su nariz con servilletas y los demás nos encontrábamos comiendo en silencio.

—Si sigues comiendo como cerda vas a engordar y menos me servirás.

Su comentario me hizo detenerme de inmediato, baje la cuchara de mi boca y la dejé sobre el plato. La deliciosa sopa de pollo que habían preparado las cocineras estaba tan buena que ya llevaba cuatro platos.

Todas las miradas de los presentes se posaron en mi así que agache la cabeza con vergüenza y fue justo en ese momento que mire las manos de Ian echas puño bajo la mesa.

Lleve una de mis manos a la suya con discreción y la apreté con un poco de fuerza para que se relajara, lo que menos quería era que él tuviera problemas con Bill por mi culpa.

Después de ese pequeño momento tan vergonzoso, Bill terminó de comer y se retiró del lugar junto a Mason, cosa que me hizo poder respirar tranquila.

—Si no hubieras abierto la maldita boca y te hubieras quedado callada, no te hubieran golpeado.

—Vaya bonita forma de preocuparte por mi Marco.—La rubia aún seguía con las servilletas en su nariz, la sangre no paraba de salir de ahí y ya hasta tenía su blusa manchada.

—¿Quién dijo que me estaba preocupando por ti?—El pelinegro rio sin gracia mientras se ponía de pie y caminaba hasta donde estaba Emily sentada.—Te dije que dejaras de meterte con Nina.

—¡Yo no me meto con ella, es ella quien empieza primero, yo solo me defiendo!
—Emily explotó contra Marco poniéndose de pie frente a él y gritándole en la cara.

—Tú comenzaste primero a decirle cosas, ella solo se defiende de ti, ¿por qué siempre le has tenido tanto odio a Nina? ella no te hace nada.—El pelinegro no sé quedo atrás y también le contesto a Emily que ya se encontraba con el rostro rojo del coraje.

—¡¿Que no me hace nada?! ¡¿Acaso no viste como me abofeteo?!

—Fue por qué tú...

—¡Ya cállate Marco, eres un maldito idiota, que nunca se dará cuenta de que Nina es una maldita perra manipuladora!

—¡No hables así de ella!—Marco agarró con fuerza de los brazos a Emily, cosa que hizo a la rubia pegar un brinco por el susto.

—¡Suéltame Marco!—Emily trato de soltarse de su agarre pero fracaso en el intento.

—Ya basta Marco, suéltala ya.

Ian dejo de estar a mi lado para ir a dónde estaba su hermano y interponerse entre él y Emily, haciendo que soltara a la rubia que en cuanto quedo libre salió del comedor corriendo.

La Mujer Del Diablo - Bill Skarsgård [Book#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora