∆ALIZAH.∆
Alizah estaba delgada y demacrada, ella no podía sentirse peor, llevaba días en los que se sentía completamente miserable y el motivo era demasiado sencillo, Alizah se sentía culpable y todo era porque podía ver como su hermano y Astrid no se habían visto desde hacia días, no se veían y no se hablaban, ninguno de ellos, pero Alizah podía ver el deseo que ambos tenían por volver con el otro, ella sabía porque no se hablaban, después de todo, ella era la responsable, mientras pensaba en eso recibió el llamado de Vaughan y ella se levanto para salir, desde esa primera vez que Vaughan le había llamado ella había dejado de ser lo que era, su vida monótonamente normal se había vuelto en un ir y venir con Vaughan, en un sinfín de tareas y todas ellas eran para mantener lejos a Astrid de su hermano, no sabía mucho, pero lo que si lograba entender fue que esa era una parte del plan de Vaughan y ella se sentía miserable al saber que ella era la principal causa de su separación.
Salió de la Torre y comenzó a caminar por los pasillos que ya comenzaban ha sentirse como el camino que vería por ultima vez en su vida, sentía que caminaba por la milla verde de los condenados a muerte, pero eso no le importaba a Vaughan, es mas, él disfrutaba ver como ella se sentía mas miserable con cada tarea, pero a Vaughan no le importaba nada mas que él mismo, Alizah toco la puerta de el estudio de Vaughan y un instante después ella pudo entrar, entro en silencio y con las manos apretadas, no quería hacer otra tarea, no lo quería, pero tampoco quería ser castigada.
—Alizah, es bueno verte — susurro y le sonrió — pasa, por favor toma asiento — extendió la mano y señalo el asiento que estaba vacío frente a su escritorio, ella camino lenta y temblorosa y entonces se sentó.
—¿para que me necesita? — Alizah pregunto y Vaughan la miro por un segundo antes de responder.
—quería agradecerte por decirme del encuentro de Astrid con mi rastreador — ella asintió y paso saliva — también necesito que hagas otra tarea para mi — le dijo y se puso de pie con una cajita en la mano — tengo entendido de que eres cercana con la joven Astrid, ¿no es cierto? — ella asintió — perfecto, esto es lo que necesito que hagas — agito la caja que llevaba en la mano y Alizah miro la caja que sonaba cuando se movía — en esta caja hay cinco micrófonos que necesito pongas en el piso de Astrid de la Torre — Alizah lo miro con el ceño fruncido — necesito saber que es lo que habla cada segundo del día, necesitamos saber que habla, aun cuando hable ella sola, ¿verdad? — le pregunto con una voz que parecía ser dirigida a una niña de cinco años — necesito enterarme de todo.
—¿puedo preguntar porque? — Alizah lo miro.
—necesito saber cosas que no son de tu incumbencia — le siseo con fuerza y enojo en la mirada, Alizah se encogió en su lugar — solo has lo que se te pide, ¿entendido? — Alizah asintió y tomo la caja que Vaughan le había extendido — bien, ahora puedes retirarte — se enderezo y se giro, Alizah lo miro por un segundo y entonces se puso de pie.
Camino un par de pasos y cuando estuvo justo delante de la puerta se detuvo, dudo un segundo, pero entonces algo en su interior le dijo que tenia que aprovechar esa oportunidad, así que, respirando y girándose miro a Vaughan una vez mas, este ya estaba sentado de nuevo detrás de su escritorio y revisaba algunas pantallas.
—¿Qué les hará a Astrid y a mi hermano? — pregunto en voz baja, pero Vaughan logro escucharla, él alzo la mirada y, con los puños cerrados, la miro un segundo — ¿mi hermano estará bien, verdad?
—necesitas mantenerte lejos de lo que no te incumbe, Alizah — le dijo y se puso de pie, Alizah lo miro con temor al ver como se acercaba a ella con una mirada enojada — tienes que aprender, parece que los castigos que tuviste hace años no fueron suficientes — Alizah comenzó a temblar al entender que significaba esa frase — Parece que necesitas otro castigo, ¿no es cierto? — se detuvo justo delante de ella y la miro desde arriba, Alizah temblaba y sudaba, pero su miedo no le permitió moverse de su lugar — necesitas recordar que no debes entrometerte donde nadie te llama.
En cuanto termino de hablar la sujeto con fuerza del brazo y se la llevo al mismo cuarto en donde había torturado a su rastreador, sabía lo que eso haría en Alizah, sabia que la destrozaría, que la lastimaría en niveles inimaginables, pero no quería a nadie metiéndose en sus asuntos y él enseñaba a aquel que no lo necesitara, la arrojo sobre la mesa que estaba en el centro y comenzó con su castigo.
Alizah caminaba por los pasillos de el Nido despacio y sin hacer esfuerzos, sentía como todo le dolía, como su cuerpo luchaba por seguir adelante, necesitaba llegar a la cámara de regeneración, pero su cuerpo se sentía tan pesado que no sabía si lograría llegar, habían pasado horas y ella estaba segura de que ya era noche, todos los pasillos estaban vacíos y no había nadie a su alrededor, pero eso solo la ayudaba a tener mas miedo, el Nido nunca le había gustado, en especial en la noche, siempre le había temido y no recordaba un solo día, o noche, en donde pudiera caminar por los pasillos de el Nido sin miedo, el único lugar en donde se sentía segura era en la torre y en su piso, esa era su zona segura, su lugar de refugio, pero ahora era algo más que solo eso.
Cuando finalmente llego al cuarto en donde estaba la cámara de regeneración ya era cerca de media noche y no sabia como haría funcionar la cámara, en ese momento nadie estaría alrededor y ella no sabia como hacerla funcionar, seguía pensando en lo que haría cuando un cuerpo impacto contra el suyo y ella se quejo al sentir el dolor en su cuerpo aumentar, la persona delante de ella la sujeto de los hombros y la estabilizo, sus ojos se llenaron de lagrimas una vez mas desde que Vaughan la había encerrado en esa habitación, ella alzo los ojos y miro a la persona delante de ella, suspiro he intento esconder la caja con los micrófonos que llevaba en la mano, el rastreador estaba delante de ella mientras la sujetaba de los hombros y la miraba de arriba ha abajo.
—Alizah, ¿Qué te paso? — le pregunto con el ceño fruncido y la respiración acelerada — ¿Dónde estabas?
—yo… yo solo… — él la miro esperando que ella le respondiera, pero entonces Alizah ya no pudo contener las lagrimas no los sonidos de dolor — me duele, Caleb, me duele mucho — le dijo y lloro con fuerzo.
Caleb la miro y se enojo al saber quien la había lastimado, quien la había vuelto ha lastimar, se inclino y le limpio las lagrimas — no te preocupes, Alizah, te llevare a la cápsula de regeneración y te pondrás mejor, ¿de acuerdo? — ella asintió y dejo que su hermano la tomara en brazos, ella grito al sentir el dolor en sus costillas aumentar, la sostuvo en brazos y la llevo por los pasillos en silencio, él quería a su hermana, la amaba y la ayudaría a que mejorara.
Duraron toda la noche en la cápsula de regeneración, en algún momento de la noche Alizah se quedo dormida y Caleb la cuido durante toda la noche, no miro a lo que llevaba en la mano y solo se centro en su hermana pequeña, él la quería y la había cuidado desde el momento en el que Vaughan dejo a una pequeña bebé en la Torre con él cuando era un niño, él la cuido y la ayudo a crecer, le dio el biberón y le cambio el pañal aun cuando él tuviera tareas con Vaughan, nunca la dejo de lado, ella era solo una bebé de meses y el tenia solo seis años, pero no la dejo, ni siquiera cuando ambos supieron que no llevaban la misma sangre, eran hermanos en ese infierno, en ese encierro, y nunca dejarían de serlo.
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Compañeros. Libro 2. En Tierras Enemigas.
Science FictionAstrid estaba nerviosa y asustada, estaba en un helicóptero con su compañero y con el responsable de lo sucedido al mundo, a partir de ahora caminaba en una cuerda floja. Había dejado atrás la seguridad del refugio, a sus amigos y a su familia, pero...