∆Un ultimo esfuerzo.∆Astrid sentía que no podía respirar, camina por los pasillos de el Nido con un gran esfuerzo, la poca adrenalina que había conseguido al dispararle a Vaughan se había desvanecido hacia solo un par de minutos, ahora no tenia idea de como seguía en pie, lo que fuera que le inyectaron la mantenía en un estado adormilado, pero el agarre de su hermano en ella la mantenía de pie y la hacia moverse, su compañero caminaba frente a ellos, guiándolos, ella podía ver su espalda y podía sentir su ansiedad, pero aun había algo que no lograba saber que era, algo que la molestaba y la hacia temer.
Finalmente dieron ella en un pasillo que ella nunca había visto, estaba en la parte mas alejada de el Nido, no había guardias alrededor, solo estaban ellos tres y, al final del pasillo y con las armas listas, el resto del grupo de sobrevivientes, ella parpadeo y se detuvieron, escuchaba las voces a su alrededor pero solo prestó atención cuando escucho a su compañero dar instrucciones.
—¿nadie los vio? — la respuesta fue la esperada, su plan seguía en marcha — bien, tomen las mochilas, aun no estamos a salvo.
Se inclino y tomo el mismo una mochila del piso, miro a su espalda y vio a Astrid mirarlo con los ojos entrecerrados y con la cabeza envuelta en vendas, se veía frágil y eso a él no le gusto, los guió por otros corredores, siempre en silencio, siempre viendo delante de él y siempre cuidando de su compañera, finalmente dieron vuelta en un ultimo pasillo y frente a ellos se encontró una gran puerta de metal, los llevo hasta ella y la abrió con distintos códigos, las puertas dobles de metal se abrieron y el frío viento los recibió, Caleb se giro y los miro a todos.
—llevan suplementos en las mochilas para tres semanas, pero espero que no los necesiten todos, ademas de armas y municiones, es lo mas que puedo hacer por ustedes — los miro a todos, abrigados y con grandes mochilas en sus hombros, entonces reparo en la poca ropa que llevaba su compañera — están a media hora de camino del lindero del bosque — les dijo mientras se abría camino hacia su compañera, abrió una de las mochilas y comenzó a sacar ropa de abrigo para ella — necesitaran adentrarse al bosque por camino de dos días — alejo a Astrid de Cyrus y él mismo comenzó a ponerle ropa extra, Astrid lo miro y lo quiso aun mas — encontraran una montaña con colores obscuros en ella, alguien de confianza se oculta en esas rocas, los ayudara y les dará refugio, él les explicara lo que tienen que hacer — Cyrus se sorprendió al ver el cuidado que le daba a su hermana, la cuidaba como al objeto más frágil de todos.
—¿tú no iras con nosotros? — la pregunta vino de uno de los sobrevivientes, todos se detuvieron al escucharlo y Astrid se despertó y miro a su compañero a los ojos, lo que encontró la rompió.
Caleb se detuvo y miro ha Astrid a los ojos, paso sus manos por su cabello y beso la cima de su cabeza, cuando se alejo se dio cuenta de que todos lo veían, los ignoro un poco mas, quería ver a su compañera, quería cuidar de ella, al menos una ultima vez.
—alguien tiene que quedarse — miro a Cyrus, este lo miraba con el ceño fruncido — alguien tiene que despistarlos y alguien tiene que darles más tiempo de escape a ustedes — miro a Astrid y ella lo sujeto con fuerza — alguien tiene que sacrificarse para salvar a otros — lo dijo en voz alta, pero Astrid supo que se lo dijo solo a ella.
—pero no tú, ¿verdad? — ella le pregunto, aun cuando ya sabia la respuesta —¿tu vendrás conmigo?
Él le sonrió y la sujeto de las mejillas, sabía que mientras mas se tardara más fácil seria que los localizaran, pero si esa seria la ultima vez que la vería, si esa seria la ultima vez, entonces él la tomaría y la aprovecharía.
—tengo que ser yo, Vaughan intentara buscar culpables por lo ocurrido — paso su dedo por sobre la ceja de ella — si me quedo, él no los buscara de inmediato.
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Compañeros. Libro 2. En Tierras Enemigas.
Science FictionAstrid estaba nerviosa y asustada, estaba en un helicóptero con su compañero y con el responsable de lo sucedido al mundo, a partir de ahora caminaba en una cuerda floja. Había dejado atrás la seguridad del refugio, a sus amigos y a su familia, pero...