Capítulo 11

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                   ∆La separación.∆

Astrid respiro con firmeza y se puso de pie, el dolor había desaparecido y ahora solo quedaba la sensación de que algo faltaba, se quedo de pie con la mano en el pecho, su corazón seguía latiendo con fuerza, ademas había dejado de sentir a su compañero, tenia que hacer algo, tenia que verlo, saber que estaba bien, se dirigió veloz hasta la puerta de entrada y salió, bajo los escalones de forma veloz y antes de que llegara a la puerta de entrada de la Torre una voz en la cocina la detuvo.

—¿A dónde vas tan rápido? — Alizah la miraba sentada en la barra de la cocina, tenia en sus manos una taza.

—necesito ver algo — dijo y se giro de nuevo.

—no podemos salir, la Torre fue sellada — Alizah le dijo y dio un trago al liquido en su taza.

—¿a que te refieres con sellada? — le pregunto y se giro a mirarla de frente — necesito salir.

—sellada significa que nadie entra ni sale, Vaughan lo ordeno hace algunos minutos — dejo la taza a un lado de ella y se bajo de un salto — parece que tienen problemas con un grupo de soldados.

—¿y cuando podré salir? — sentía en su pecho los nervios de no saber como estaba su compañero.

Alizah alzo el hombro en indiferencia — no lo se, nunca me dice nada, aun cuando se lo pregunto, la ultima vez que la torre fue sellada dure dos días aquí adentro — sin mas ella giro y se fue a la biblioteca.

Astrid paso saliva y miro una vez mas la puerta sellada de la Torre, sin mas se giro de nuevo y volvió corriendo a su piso, entro y sello las puertas detrás de ella, corrió hasta su habitación y de debajo de la cama saco el gran fajo de papeles que había robado de la biblioteca, se quedo de rodillas en el piso y extendió el mapa mas grande, era el que le indicaba los túneles de aire de todo el Nido, los estudios y los reviso un par de veces hasta que encontró el camino mas adecuado a lo que recordaba era la habitación de su compañero, aun recordaba como le había indicado cual era cuando la llevo a ver el jardín, doblo los mapas que no necesitaría y marco el camino que la llevaría con un marcador, doblo el mapa y se lo guardo debajo de la camiseta, busco en todos lo cajones de la habitación y del armario buscando una lampara, finalmente la encontró en uno de los últimos cajones de el armario, la tomo y reviso que funcionara, una vez con todo listo camino de regreso hasta su habitación y entro en el ducto de ventilación que había debajo de su cama.

El ducto era grande y amplio y Astrid podía caminar en sus manos y rodillas, camino en calma intentando que nadie pudiera escucharla, camino hasta que el ducto se movió hacia abajo, ella miro y con un largo respiro comenzó a descender con calma por medio de este, despacio y abollando los pies y las manos logro llegar al final, fue entonces cuando saco el mapa de entre su ropa, miro dos veces y entonces giro a la derecha y siguió caminando con el mapa en la boca y la lampara en una mano, miro el mapa un par de veces mas y siguió girando, algunas veces a la derecha, otras a la izquierda, muchas veces solo siguió hacía adelante, una vez tuvo que regresar y volver a seguir, encontró muchas ventanillas que daban a pasillos y habitaciones, pudo ver a soldados caminando por los pasillos y a otros haciendo algo en una gran habitación blanca con una cápsula en medio, se quedo en esa habitación por un instante y solo se fue cuando vio que los soldados estaban limpiando manchas de sangre del piso y del acolchado de la cápsula.

Siguió durante algunos minutos mas y finalmente llego a la habitación de su compañero, estaba justo en la entrada de aire que estaba debajo de un escritorio, la silla delante de ella le impedía que alguien en la habitación la viera, apago la lampara y la guardo en el bolsillo del pantalón, miro en silencio por un instante y se dio cuenta de que no había nadie, justo cuando intentaba quitar la rejilla de metal de la entrada de aire escucho que una puerta se abría y se escuchaban los pasos pesados y lentos de un hombre, miro y vio un par de zapatos negros, los miro y después de un par de segundos en donde se escuchaba el susurrar de la ropa una camiseta toco el piso, le siguió un cinturón y un par de pantalones, los zapatos también dejaron los pies y los calcetines le siguieron, finalmente un par de ropa interior de color obscuro se unió al montón de ropa, ella se quedo quieta y la respiración se atoro en su garganta, sus dedos seguían sujetos de la rejilla y sus mejillas estaban calientes.

Su compañero se encontraba desnudo delante de ella y él no sabia que ella podía verlo.

El rastreador estaba de pie delante de el escritorio y no tenía ningún conocimiento de que su compañera podía verlo, se quedo desnudo delante de el espejo de cuerpo completo que tenia en su habitación, pudo ver sus cicatrices y sus heridas que aun no cerraban del todo, se sintió como cuando era un niño y se quedaba llorando debajo de la cama después de sus entrenamientos con Vaughan, pero aun cuando se sintiera igual, aun cuando sintiera la misma soledad y el mismo dolor por esta vez no lloro, se trago su dolor y su soledad y camino hasta el baño, abrió la llave del agua y sin esperar a que calentara entro debajo del chorro, sintió sus músculos dejar de estar tensos y su piel enfriarse, movió los hombros y giro el cuello, necesitaba calmarse y pensar, había prometido que se mantendría lejos de Astrid, pero algo dentro de él comenzaba a detestar incluso la simple idea de eso, lo único que podía hacer, por ahora, era alejarse de ella y seguir las ordenes de Vaughan, lo único que necesitaba era que Vaughan siguiera creyendo que aun lo mantenía bajo sus manos y que nada podría hacer para alejarse de sus ordenes.

Salió de debajo del agua y envolvió una toalla en su cintura, por un instante su vista se centro en su muñeca y en sus números, estaban en cero y titilaban, su compañera estaba cerca y él esperaba no encontrársela en los próximos días, necesitaba tiempo lejos de ella para pensar y para hacer creer a Vaughan que seguiría sus ordenes, alejo la vista de su muñeca y tomo una respiración profunda, abrió la puerta y, con la mirada en el piso, salió del baño con el cabello goteando en su pecho.

—Caleb — una voz que conocía demasiado bien se escucho y él se quedo quieto, alzo la mirada y pudo ver a su compañera justo delante de él, su ceño se frunció y miro a su alrededor, vio la rejilla en el piso justo debajo de su escritorio y el mapa en las manos de Astrid — necesitaba verte y no podía esperar a que levantaran el resguardo de la Torre.

—no debiste venir — susurro y entonces vio como los ojos de ella bajaban hacia su pecho, sintió algo caliente crecer dentro de él — espera aquí — y con eso giro hacia la puerta y la sello, camino hasta su armario y entro en este cerrando la puerta detrás de si mismo.

Ambos tomaron una profunda bocanada de aire, Astrid sintió el calor mas fuerte que nunca había sentido en su piel, su corazón seguía latiendo con fuerza al recordar la imagen que había tenido del cuerpo de su compañero, su piel húmeda, su cabello desordenado y el fresco olor del jabón, recordó las cicatrices en su pecho y los músculos en su abdomen, brazos y hombros, sabia que su compañero era alguien delgado, pero nunca espero ver que debajo de la tela de sus ropas su piel estaba pincelada de músculos, el rastreador se seco y se cambio, se quedo de pie delante de la puerta mientras encontraba el valor para decirle a su compañera que ya no podría estar tan cerca de ella, entonces recordó el dolor de la tortura de Vaughan y que ese mismo dolor lo podría sentir ella de primera mano si no se alejaba, ese recuerdo lo hizo abrir la puerta y salir.

Astrid seguía de pie en el mismo lugar en donde su compañero la había visto, el rastreador camino hasta ella y Astrid sintió un estremecimiento cuando en sus ojos y en su expresión vio al rastreador y no a su compañero, ella paso saliva y frunció el ceño cuando se detuvo delante de ella.

—te llevare de nuevo a tu habitación y espero que no vuelvas a salir de la Torre — le dijo en voz baja y dura, su pecho dolió al ver la triste expresión de su compañera — no vuelvas a salir de esa Torre.

—Caleb, yo solo quería saber que estabas bien — ella alzo su mano y él la sujeto con firmeza de la muñeca, no quería que lo tocara, porque cuando eso pasara él olvidaría la orden de Vaughan y la seguiría a ella — solo quería… Quería saber por que sentí ese dolor.

—no es nada que te importe — bajo su brazo y apunto a la rejilla que seguía en el piso — eso no puede repetirse, tienes que dejar de ver en los túneles, no vuelvas a mi habitación o te llevare delante de Vaughan, ¿has entendido? — ella lo miro, incrédula.

Ella no hizo nada y él no volvió a preguntarle, quito los seguros de su puerta y la abrió, la tomo con firmeza del brazo y la llevo a rastras por los vacíos pasillos, ella lo miraba mientras la llevaba de regreso a la Torre, no reconocía al hombre a su lado, no veía a su compañero, no veía a aquel que la había llevado al jardín y que la había besado en una banca, en lugar de su compañero veía a el rastreador, veía al hombre que se había encargado de arrestar humanos y asesinarlos, su corazón dolió al ver en el al rastreador, para cuando llegaron a las puertas de la Torre los ojos de Astrid estaban llenos de lagrimas sin derramar y su compañero sabia el miedo y la duda que ella sentía.

—espero que permanezcas en la Torre, no quiero verte de nuevo a menos que sea estrictamente necesario — abrió la puerta con su propio código y la empujo dentro, ella trastabillo y las lagrimas salieron de sus ojos — espero que te mantengas alejada de mi.

—pero.. pero yo creía que… — ella tartamudeo y él hablo con enojo, un enojo que no era para ella, ni para él, ese enojo era para Vaughan, pero tenia que hacer algo para que ni siquiera ella quisiera verlo.

—¿Qué es lo que creías? — el acido en su voz solo hizo que Astrid se estremeciera de dolor — ¿Qué por un simple beso me quedaría contigo? — se rio con crueldad — ese era el punto, que creyeras en mi, nunca quise ser el compañero de una débil humana que no puede mantenerse en pie por si misma — Astrid dio un paso atrás al escucharlo — una humana que no es mas que un peso para los que están cerca de ella, una humana que solo ha causado problemas desde que despertó de el crío sueño — la miro una ultima vez y supo que había logrado que ella no quisiera estar cerca de él — una humana que solo acarrea problemas y muerte.

Se giro y salió de la Torre, ella se quedo de pie delante de la puerta por minutos, solo camino hasta su piso cuando escucho que alguien se acercaba, se encerró en el y no salió por el resto de ese día ni de el día siguiente, solo quería que las palabras de su compañero se borraran de su cabeza, pero eso era imposible, lo único en lo que podía pensar era en eso.

El rastreador camino hasta su habitación sin saber que Vaughan lo había visto todo desde las cámaras, había visto como le decía que se alejara de él, que no la quería y eso solo lo hizo reír, el rastreador se quedo en su habitación hasta la noche, fue entonces cuando salió y fue a la sala de entrenamiento en donde entreno durante horas y horas, salió solo cuando dio la mañana.

Ninguno se vio durante días, pero los dos pudieron sentir el dolor, la soledad y el enojo de su compañero.

Compañeros. Libro 2. En Tierras Enemigas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora