Capítulo 24

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                 ∆El inicio del plan.∆

Astrid miro a Caleb como si se hubiera vuelto loco, y tal vez así era, no había otra razón para que le pidiera eso, aun cuando pensaba en algo que lo impulsara ha eso, ella no lograba encontrar ninguna razón.

—debes estar loco — cuando él no se movió ella entendió que él hablaba totalmente en serio — ¿quieres que se lo de? ¿te das cuenta de lo que pasara cuando lo tenga?

—¿y tú no entiendes lo que pasara contigo si se lo niegas? — el ceño de ambos se frunció y Astrid lo entendió, él no estaba preocupado por el mundo, por los sobrevivientes que aun se ocultaban, al contrario, él solo se preocupaba por ella — te matara Astrid o te lavara el cerebro y te obligara a dárselo mientras aun estás consciente de lo qué haces, pero de cualquier forma él se encargara de romper cada parte de ti.

—acabara con todo, nos destruirá a todos si se lo doy — lo tomo de las manos — incluido tú.

—no me hará nada, soy demasiado valioso, le he costado demasiado como para que quiera deshacerse de mi, en cambio tú solo estas con vida por tu chip — la miro a los ojos y la atrajo mas cerca de él — eres prescindible y yo no viviré sabiendo que él te hizo daño cuando yo pude evitarlo, así que esto es lo que harás — antes de que ella pudiera hablar de nuevo, antes de que protestara, él siguió hablando y no la dejo negarse — lo dejaremos solo hoy y mañana, a primera hora, solicitaras verlo, le dirás que le darás tu chip, él te creerá, te creerá porque sabe que no dejaras morir a nadie mas.

—de acuerdo, pero, ¿tu que harás? — le susurro y ella vio en sus ojos la seguridad de un plan, un plan que la salvaría a ella y a su familia, un plan del cual ella no sabia nada.

—yo haré la parte difícil — le sonrió y Astrid juro que las preocupaciones y planes quedaron en segundo plano — mientras tanto te enviare a descansar y a comer algo — ambos comenzaron a caminar, sus manos aun sujetas con fuerza.

—¿Qué pasara con Alizah? — le pregunto en un susurro cuando alcanzo a ver que estaban acercándose a la Torre.

—yo también me encargare de ella, no te preocupes — estaban a solo pasos de la puerta principal de la Torre.

—¿y que pasara contigo? — las puertas de la Torre se abrieron y él la hizo entrar, sin responder su pregunta se inclino y beso su frente y su mejilla.

—te veré mañana — la dejo de pie en medio del recibidor de la Torre y él se alejo de ella, cuando las puertas se cerraron a sus espaldas, fue cuando dejo atrás su mirada confiada, sabia que si le decía a Astrid la verdad de su plan ella se negaría, pero esa era la única manera de ayudarla a ella y a los suyos.

Comenzó a alejarse de la Torre, aun cuando todo dentro de él le gritaba que volviera con su compañera, pero no podía, no ahora, así que solo siguió caminando hasta que llego a su habitación y se encerró en esta, se quedó encerrado durante horas, nadie lo llamo, ni siquiera Vaughan, formo su plan y miro cada faceta de este, necesitaba estar seguro de todo, no podía dejar ningún cabo suelto, todo tenia que hacerse en el momento exacto, cuando estuvo seguro que nadie estaría caminando por los pasillos de el Nido y que Vaughan ya estaría dormido, fue cuando finalmente salió de su habitación, su primera parada eran las celdas, camino por los pasillos obscuro sin encontrarse con nadie, utilizando las sombras para no ser visto por las cámaras, finalmente llego frente a las puertas que daban a los pasillos de celdas.

Había un guardia custodiando, pero él sabia cuando comenzaba sus rondas, así que espero y medio hora después pudo entrar por la puerta, hizo un movimiento en el panel que estaba a un costado de la entrada y las cámaras de ese lugar dejaron de enviar la imagen y se quedaron congeladas en ese mismo momento, fue entonces que dejo de ocultarse entre las sombras y se coloco frente a las cuatro celdas que estaban ocupadas por los sobrevivientes que habían llegado hace horas, su plan comenzaba en ese momento.

—el rastreador visitando las celdas era lo ultimo que esperaba ver en este lugar — la voz de Cyrus lo hizo mirarlo, ninguno de ellos estaban dormidos, todos despiertos y atentos, listos a lo que pudiera llegar.

—pero aun así estoy aquí a una hora en la que no debería, Coronel — dio un paso mas cerca y se enfrento cara a cara con Cyrus — y será mejor que me escuches si quieres seguir con vida.

—¿y tú me mantendrás con vida? — se burlo — eso es lo mejor que he escuchado — se giro y se preparo para ignorarlo, pero entonces las palabras del rastreador lo detuvieron.

—lo haré, te mantendré con vida a ti, a tus hombres y a tu hermana — los demás sobrevivientes se pusieron de pie y miraron a su líder y al rastreador — los sacaré de aquí, pero necesitare su ayuda.

—¿y porque debería de creerte? — le pregunto y lo encaro una vez mas — en especial cuando tú eres la principal razón de que estemos en este lugar.

—en primer lugar la razón de que estén todos aquí no soy yo, esa culpa la tiene el hombre que creíamos era parte de ustedes — todos se tensaron al escucharlo — y en segundo, tienes que creerme porque los dos queremos que Astrid este a salvo — dio un paso mas cerca — si la queremos con vida tenemos que sacarla de el Nido mañana mismo.

—¿Por qué quieres ayudarnos? — dio un paso mas cerca y lo miro, toda burla dejada de lado — ¿Por qué ahora?

—por Astrid — y eso fue suficiente para Cyrus, había visto esa determinación de proteger a un compañero en sus padres — porque no quiero que salga lastimada, no quiero que viva lo mismo que yo, y lo hará si se queda aquí, Vaughan no estará feliz con su chip, él siempre quiere mas — se miraron en silencio por un momento — ademas — hablo una vez mas, su tiempo se acababa y él necesitaba convencerlos — Astrid se preocupa por ti, por todos ustedes — los miro a cada uno — y si alguno de ustedes muere por su culpa, ella nunca se lo perdonara y temo que haga alguna locura.

Silencio fue lo que siguió a sus palabras, los miro a todos una vez mas, pero todos los sobrevivientes miraban a Cyrus, él era su líder, él tenia la ultima palabra, ademas, la mujer que intentaban ayudar era su hermana.

—no me agradas para mi hermana, rastreador — le aseguro y Caleb creyó que no lo ayudarían — pero Vaughan me agrada menos y tu intentas ayudar a mi hermana, ademas no tenemos mucho que perder — miro una ultima vez a los suyos — ¿Qué es lo que necesitas?

—∞—

Caleb espero a que diera la madrugada para colarse en las salas de suministros, preparo tres mochilas grandes y un par mas pequeñas, todas ellas llenas de alimentos, medicamentos y armas, con sus municiones, incluso preparo una mas con ropa extra y mantas, su plan era sacarlos a todos y eso es lo que haría, escondió todo en una de las salas que sabia estaban vacías y que estaba cerca a la salida que tenia pensada usar, cuando finalmente dieron las cinco de la mañana se retiro a su habitación y descanso un poco, dejo pasar ese día con calma y a la mañana siguiente fue el primero en levantarse en todo el Nido, se encamino a la Torre y entro por esta directo al cuarto de Astrid, en el camino se detuvo frente al piso de su hermana, desde hacia días la notaba rara, no le diría nada, algo dentro de él lo impulsaba a ocultárselo, ella vivirá mejor en el Nido que en las afueras, no la enviaría con Astrid, al menos ese era su plan por ahora.

Siguió caminando y finalmente llego al piso de Astrid, entro con su código y camino hasta su habitación, todo estaba en silencio, ella seguía dormida, entro en silencio y miro su cuerpo recostado y cubierto por las cobijas, se encamino hasta que estuvo a su lado, la contemplo por un par de minutos, desde su cabello suelto y revuelto hasta sus manos sujetando las cobijas sobre ella, amaba cada parte de ella, no había algo que no amara, pero ese mismo amor se estaba convirtiendo en un dolor que le llenaba todos los poros del cuerpo, ese seria su ultimo día con ella en el Nido, ella le daría su chip a Vaughan ese día y él la sacara justo después de eso, se inclino sobre ella y paso uno de sus dedos por la piel de su párpado, no soportaría esa lejanía, no la vería todos los días, pero al menos la mantendría a salvo, ella movió su mano en sueños y lo sujeto de la camisa, él se rio al ver lo pequeña que se veía, dejo sus planes de lado por un momento y se recostó con ella, se metió bajo las sabanas y la atrajo hacia su pecho.

La beso en la frente y en la mejilla, respiro su aroma y se lo grabo en la memoria, fue entonces cuando ella comenzó a despertarse y él supo que su ultimo momento de paz se había terminado, ella parpadeo y alejo lo nublado de sus ojos, rasco sus ojos y se despejo del sueño que aun la seguía, miro a su alrededor y se sorprendió de ver a Caleb junto a ella, pero solo vasto una de sus sonrisas para que ella se tranquilizara.

—hola, lamento despertarte — Caleb le hablo en un susurro y ella asintió, cerro los ojos de nuevo y se recargo mas cerca de su pecho.

—hoy es el día, ¿verdad? — Caleb asintió y ella suspiro — me levantare — ella hizo el amago de levantarse, pero él la detuvo, Astrid lo miro con el ceño fruncido.

—esta es la calma antes de la tormenta, Astrid — le dijo mientras pasaba sus manos por su cabello — disfrutémosla un poco mas, ¿quieres?

Ella asintió y se quedo recostada con él por otra hora, ambos hablando en susurros y dejando besos leves en los labios del otro, Astrid no sabia lo que se acercaba, pero Caleb le daría la mayor calma posible, la quería recordar de esa forma, feliz, con una sonrisa en su rostro y con brillo en sus ojos, era todo lo que quería, recordarla feliz a su lado, la dejo levantarse y darse un baño, desayunaron juntos y entonces él la guió a la oficina de Vaughan, tomados de la mano la guió por los pasillos en silencio, ella no lo sabia y tal vez se enteraría demasiado tarde, pero su compañero se estaba despidiendo de ella, él le dio su ultima mañana de calma y amor, pero ella no lo sabia, pensaba que cuando ella se fuera él se iría con ella, pero se equivocaba y hubiera deseado saberlo para evitar dejarlo o para disfrutar mas su tiempo con él, pero no lo hizo y ahora ya no había nada por hacer,  Caleb alzo la mano y, con una ultima mirada y beso a Astrid, toco la puerta del despacho de Vaughan.

Compañeros. Libro 2. En Tierras Enemigas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora