∆Caleb y Astrid.∆
Astrid seguía pensando en lo que había visto en esas habitaciones, los cuerpos convertidos en soldados, la forma en la que se les arrebataba su humanidad, la forma en la que se les destruía una ultima vez, pero aun había algo que Astrid necesitaba hacer, algo que la estaba poniendo ansiosa desde hacia días, necesitaba hablar de lo que había visto con Caleb, pero él no había ido ha verla y ella no podía salir de la Torre, así que llevaba esperándolo desde hacia dos días, seguía teniendo la chaqueta de Alexei escondida en uno de los cajones debajo de su ropa y los mapas de todas las instalaciones seguían debajo de su cama, si quería enfrentar a su compañero ella necesitaría todo eso.
Caleb sentía lo mismo que Astrid, eso es lo qué pasa cuando se completa el vinculo, pero Astrid no se había controlado y Caleb lo había sentido todo, pero no había podido ir a verla, Vaughan estaba demasiado sobre él, como si esperara que cometiera un error para castigarlo, Aharon también lo seguía por la mayor parte de las instalaciones, parecía una garrapata, pero Caleb conocía tan bien esos pasillos y habitaciones que había podido alejarse de él sin que se diera cuenta, y eso era exactamente lo que estaba haciendo en ese mismo instante.
Finalmente lo había perdido entre los muchos pasillos, así que ahora podía hacer lo que había intentado desde hacia un par de días, desde que su pecho se oprimió y no había dejado de sentir ese miedo y ansiedad, sabia que era Astrid, lo sentía sobre él, como si lo cubriera, así que se desvió cuando estuvo seguro de que Aharon ya no lo seguía y comenzó ha dirigirse a la Torre , sabia que Alizah no estaba en la Torre, Vaughan le había dado permiso de salir y de ir a los jardines, así que él aprovecharía la soledad de la Torre he iría a ver a Astrid, llego frente a las puertas y subió las escaleras, entro en el piso de Astrid y miro todo su alrededor, todo estaba en silencio, Astrid no estaba en la sala y el baño estaba desocupado, el armario tenia la puerta abierta y la luz apagada, así que solo podía estar en su habitación, camino hasta ella y el sentimiento en su pecho se hizo mas pesado.
Cuando abrió la puerta lo primero que vio fue la espalda de Astrid y como sus hombros temblaban, se dio cuenta de que ella apretaba algo entre sus manos, dio un paso mas cerca y la miro con mayor atención, era una chaqueta y ella estaba llorando, su pecho se apretó aun mas al sentir a Astrid con mayor fuerza dentro de él, Astrid detuvo su llanto de golpe y se giro, justo a su espalda estaba su compañero, la miraba con preocupación, pero lo único que ella sintió en su interior fue miedo y dolor, no se molesto en ocultarlo y su compañero lo sintió como un golpe.
—Astrid, ¿Qué ocurre?, ¿Estas lastimada? — alzo su mano y la alargo hacia ella, pero Astrid se movió con rapidez hacia atrás, Caleb se quedo quieto con la mano extendida y con el corazón pesándole en el pecho — ¿Astrid?
Ella no le contesto, en cambio se giro y le dio la espalda de nuevo, se puso de pie y tomo algo de sobre su cama, eran varios papeles, sin girarse se los extendió a su compañero y este los tomo con un mal sentimiento dentro de él, miro a Astrid una ultima vez y entonces se concentro en los papeles en sus manos, no tardo mucho en entender lo que era, en saber el motivo de los sentimientos de Astrid.
—Aharon me dijo algo que me dejo dudando — ella susurro y él le presto toda su atención — no quería creerlo, pero tú llevabas días sin venir a verme y yo no podía seguir con esa duda, así que me metí en los ductos de ventilación y fui hasta las bodega del primer piso — entonces ella se giro y el pudo ver mejor la prenda en sus manos, sabia de donde la había tomado y si ella tenia esa prenda entre sus dedos él no podría hacer mucho por ayudarla — ¿Quieres decirme a donde vas cuando sales de el Nido?, ¿Por favor?
Él la miro y algo dentro de él lo motivo ha mentirle, ha decirle que ella estaba equivocada, aun cuando estaba seguro de que ella ya sabia la respuesta de esa pregunta.
—recolectó información, eso es lo que hago — miro la decepción en sus ojos y el dolor parpadeando, la estaba lastimando al mentirle — Vaughan necesita saber lo que ocurre con los últimos sobrevivientes y yo…
—¡no es cierto! — ella grito y él guardo silencio, lo había arruinado, la había arruinado a ella — ¡eso es una mentira! ¡dime, — dio un paso mas cerca y la chaqueta se soltó de sus manos — dime la verdad!
—no puedo Astrid, no puedo decírtelo — susurro — no puedo lastimarte de esa forma.
—¡ya estoy lastimada! — ese grito le dolió mas a él que a ella — ¡mírame! — lo sujeto de la chaqueta y tiro de él, pero él no hizo nada para alejarla — ¡ya estoy rota, ya lo se!, ¡se lo que ocurre con todos los que han muerto!, ¡lo se todo!, ¡pero aun así necesito escucharte decirlo! — fue entonces cuando ella ya no pudo sostenerse y se derrumbó delante de su compañero — por favor — susurro y lloro de rodillas delante de Caleb, pero él solo se quedo de pie mirándola desde arriba, con el corazón roto por ella y al mismo tiempo por él — solo, por favor, dime la verdad, no me digas otra mentira, ya no puedo con las mentiras, yo no pedí esto, nunca lo pedí — su voz se rompió y ella alzo la mirada — dímelo, necesito saberlo para no volverme loca, si lo que me has prometido es verdad, si las palabras que me dijiste esa noche son verdad, entonces, por favor, dímelo, prometiste nunca lastimarme, prometiste verdad.
Astrid sentía su pecho ardiendo, sentía que se ahogaba, sentía que todo a su alrededor se derrumbaba, y lo peor de todo es que esta vez no había una solución, solo habría mas dolor, solo eso y su compañero le daría ese dolor con su respuesta, se quedo de rodillas con las palomas de las manos en el piso durante horas, y durante todo ese tiempo su compañero se quedo de pie delante de ella, mirándola, pensando en si el decirle la verdad la repararía o la rompería aun mas, solo cuando sintió que ella comenzaba a sentir cosas peores supo que tenia que decirle la verdad, porque aunque la verdad sea demasiado dolorosa es mejor que vivir en una mentira o en una verdad a medias.
—yo era el encargado de salir y buscar grupos de sobrevivientes — comenzó ha hablar en voz baja y Astrid, aun en medio de su llanto y de su dolor, le prestó atención — era una de mis principales tareas, ademas de buscar el Refugio en donde se ocultaban, pero eso nunca lo he logrado encontrar, así que cumplía mi tarea de llevarle soldados a Vaughan — la culpa comenzó a crecer dentro de él al escucharse — muchos de ellos no le servían, estaban demasiado destrozados y no había forma de utilizarlos, así que eran desechados, pero esos casos eran demasiado pocos, la mayoría de los cuerpos recuperados se utilizaban, se reutilizaban, eran reparados y vueltos a la vida — bajo la vista y vio a Astrid tan quieta, no se movía, pero su respiración era rápida, siguió hablando con su mirada en ella — se les colocaban chips de comando, ya no eran seres humanos, ahora eran soldados, pero aun así no eran suficientes hombres, así que Vaughan los revive una y otra vez, hasta que ya no quedan mas que jirones de piel y huesos echaos polvo, hasta que esta seguro de que no puede quitarles nada mas — Astrid se estremeció — no los deja morir, Astrid, no los deja irse y los revive una y otra vez, por eso nuestros soldados aumentan mientras sus compañeros disminuyen, siempre ha sido de esa forma… Y yo siempre lo he ayudado.
Astrid no se movió, pero supo que no podía seguir así, en ese lugar con él, aun cuando fuera su compañero, antes de que lo fuera y durante demasiado tiempo, él solo fue el rastreador blanco, y ella no podía olvidar eso, aun cuando sentía su culpa y su remordimiento como propio.
—¿eso quieren de mi? — susurro y Caleb la miro — ¿quieren mi chip? — alzo la cabeza y Caleb asintió.
—Vaughan cree que con tu chip puede mantener a los soldados con vida sin tener que utilizar demasiados recursos — aparto la mirada, no podía soportar ver la mirada de dolor de Astrid sobre él — ese chip te mantuvo con vida en el crío sueño durante años, a pesar de las fallas naturales de tu cuerpo, tú seguiste con vida y no tienes ningún fallo en tus órganos, así que él supone… ambos suponemos que tú chip te mantuvo con vida y que también pudo llegar a revivirte en algunas ocasiones durante todos esos años de el crío sueño.
—quiero que… Quiero que te vayas, que me dejes sola — susurro y entonces los ojos de ambos se encontraron, el dolor que vieron en el otro fue completamente devastador — no puedo verte ahora, rastreador — ese nombre, él nombre que había marcado la vida de Caleb durante años, le peso en la lengua al decirlo y Caleb se alejo un paso de ella al escucharla — no veo a mi compañero, no puedo verlo, yo solo… — su voz se rompió y sus ojos se llenaron de lagrimas — no puedo verte ahora, necesito pensar, necesito saber que hacer, necesito…
Cuando ella no pudo decir nada mas, fue entonces que Caleb supo lo que ella necesitaba, necesitaba lejanía, necesitaba estar lejos de él aun cuando a ambos les doliera con profundidad en el pecho, ambos tenían que alejarse de el otro, Caleb asintió y se giro, listo ha irse y dejarla, pero antes de salir por la puerta se detuvo y la miro.
—ya no soy el rastreador, Astrid, deje de serlo desde el momento en que mis números llegaron a cero y se unieron con los tuyos — la firmeza en su voz la lleno, pero eso solo aumento el dolor de la verdad dicha — yo ya no soy el rastreador de Vaughan, ahora solo soy Caleb Reed, ahora solo soy tu compañero… Y eso es lo que siempre seré, de ahora en adelante, hasta el día en que muera.
La dejo en su habitación y cuando él salió de su piso y se quedo de pie frente a la puerta la escucho gritar, ese fue el peor grito que había escuchado en toda su vida, ese grito lo perseguiría durante años, ahora solo tenia algo que hacer, antes de que Vaughan la tomara y le quitara el chip, antes de que la lastimara, él la sacaría de el Nido, la sacaría y la devolvería a su familia, a su padre y a su hermano, no la dejaría vivir una vida corta y efímera, llena de dolor, no la dejaría vivir la misma vida que él había vivido a manos de Vaughan, la sacaría de el Nido y lo haría pronto, aun cuando él tuviera que morir para que ella viviera, por que después de todo, si él moría, una parte de él siempre viviría con ella, pero si ella moría, él moriría con ella.
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Compañeros. Libro 2. En Tierras Enemigas.
Science FictionAstrid estaba nerviosa y asustada, estaba en un helicóptero con su compañero y con el responsable de lo sucedido al mundo, a partir de ahora caminaba en una cuerda floja. Había dejado atrás la seguridad del refugio, a sus amigos y a su familia, pero...