"Los sueños arruinados
duelen igual que una pierna rota"
GABRIELA
Las luces seguían cada uno de mis saltos y giros. Escuchaba los aplausos cada vez que ejecutaba una de mis piruetas con excelente técnica.
Todo era perfecto.Meses de ensayo con la primera coreografía qué había creado en honor a la canción de Pearl.
Era la puesta en teatro de la canción Pearl. La dulce chica en una relación tóxica que empezaba a sentirse como la guerra. Pearl lo amaba, pero él solo sabía del caos y ella no deseaba salir de allí, así fuera destruida en el proceso.
Mi compañero se tomó tan en serio su papel que no solo destruyó a Pearl, destruyó mis sueños y a mí cuando me dejó caer delante de todos. Fue un instante, un solo momento, escuché los gritos de asombro y luego observé la forma en que mi pierna se torció y grite de dolor.
Jamás volvería a bailar.
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Enderezó mi espalda y sigo escuchando a los socios de papá. Estuve en el hospital por casi un mes luego de mi accidente y cuando supe que nunca volvería a ser la increíble bailarina qué fui algún día, decidí que era hora de tomar mi puesto en el negocio familiar.
Pude haber ido a Colombia y ayudar a mamá con su constructora, pero ella estaba empeñada en que siguiera mis sueños, en que volvería a ser la gran Alessandra «Es mi segundo nombre, pero había creado toda una nueva personalidad en el baile en torno a Alessandra». Mamá es optimista, pero papá en cierto grado se alegró cuando lo llame para decir que quería ir a Florencia y tomar un puesto en el imperio Santoro.
Mi hermana menor, Isabel, es quien heredara todo, ella es la gran cabeza y el futuro de Impero Santoro, pero siempre seré una buena mano derecha.
Observó a los socios de papá que debaten sobre lo factible, qué es hacer la nueva inversión en la cadena de hoteles, qué está a punto de quebrar. Papá es un Dios, él se adueña de empresas que están a punto de quebrar y luego las convierte en una supremacía.
-Podríamos hacer algunos arreglos y convertir esos hoteles en estrellas para los visitantes -dice mi hermana con expresión sería.
Los demás socios de mi padre se la comen con los ojos, sin querer aceptar que una mujer será la próxima jefa. Aunque he tenido el presentimiento de que su recelo a mi hermana se debe más al hecho de que con solo veintiuno años es más aterradora e inteligente que todos los que están sentados aquí.
-Los gastos de esos arreglos serán altos -contrarresta uno de los socios.
-Las ganancias qué obtendremos cuando estén remodelados harán qué esos gastos se conviertan en una excelente inversión -le debate mi hermana.
La discusión lleva horas y al final no llegan a un acuerdo, ya que ese socio está en contra y ha ocasionado qué los demás socios no sepan si decir sí o no. Cuando los demás han salido sonrió al socio y me acerco a él.
-¿Cómo ha estado Lucio, señor De Santis? -los ojos del señor brillan con avaricia.
Lucio es el primo de Lorenzo De santis, el prometido de mi hermana. El señor De Santis tiene demasiado interés en que Lucio se convierta en mi esposo, ya que eso significaría aún más dinero para su familia. Voy a aprovecharme de su avaricia para ganar su voto de apoyo.
-Creí que no estabas interesada en mi hijo, señorita Santoro -habla con inquisición. Le doy puntos porque es mínimamente inteligente.
-No me podía interesar alguien que no conocía, pero ahora que lo conozco un poco más, me interesa su bienestar -De Santis sonríe con satisfacción-. Es una lástima que por su decisión no nos podamos ver más.
-¿Qué decisión? -pregunta.
-El que usted vote en contra de nuestro proyectó, qué por cierto, es el primer proyecto que lideró, significa que caerá y volveré con mamá. El que mi proyecto no funcione será tomado por mi padre como sinónimo de que no sirvo para esto -mentira, podría destruir el Impero Santoro y aun así papá me mantendría en la empresa-. Me iré a Colombia y no veré más a su hijo.
-Una lástima -habla sin interés. Maldito viejo.
-¿Verdad? Creía qué pronto sería su familiar, ya que su nieto pretendía hacerme su novia muy pronto -hago un puchero -. Me habría encantado ser Gabriela De Santis o a él le encantaría ser Lucio Santoro -por supuesto no sucedería, pero de hacerlo él tomaría mi apellido al ser más poderoso.
-Lo puedo solucionar -suelta un suspiro ganador.
-Gracias, muy amable -me despido con falsa felicidad y me dirijo al parqueadero de la empresa.
Mientras el ascensor desciende me cambio mis tacones altos por unos Jordan qué traigo en mi bolsa. Amo los tacones, pero desde mi lesión, mi rodilla sufre cada vez que uso un par.
Camino a lo largo del parqueadero en busca de mi auto. No era fan de conducir, pero estando aquí padre me regalo una Mercedes, justo como lo hizo con Isabel, Dean y el otro cuando entraron a la empresa.
El otro es el hermano mayor de Isabel, Dean es mi hermano menor y aunque se mantienen en la organización, de vez en cuando les gusta jugar a ser empresarios, cazafortunas en la empresa.
Trato de no pensar en el otro, ya que fue borrado de mi vida hace seis años. Él ya no existe, él ya no me atormenta o eso creo.
Cuando me acerco por completo a mi camioneta observé la nota blanca en el parabrisas de ella. La tomo y leo lo que dice:
La venganza es un plato qué se sirve frío. Voy por ti.
ATT: N.N
Ni nombre, ni apellido. Pero es obvio a quién pertenece.
Giro mi cabeza en ambas direcciones en busca de la persona que me ha dejado una amenaza. Él es un cazador y le gusta acechar a sus presas de cerca, por lo que estoy segura de que está en este mismo lugar.
Sigo buscando rastro de Dylan Winter, pero cuando doy un paso todos los autos en este lugar explotan y la oscuridad me traga cuando quedó inconsciente.
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La Noche De Los Asesinos [Serie Foresthell #1]
Romance«Cada acto lleva a una consecuencia» En el punto más alto de su carrera, un hueso roto la condena a dejar de brillar como una estrella. Gabriela trata de adaptarse a una nueva vida como empresaria, todo parece ir bien hasta que sufre un atentado y c...