Anne se echó hacia adelante en el asiento trasero del automóvil de James y dio un golpecito a Amelia en el hombro.— Bueno, cuál es esa sorpresa que ha planeado James? — preguntó, haciéndo lo imposible por mostrarse amable.
Amelia estuvo a punto de soltar una carcajada. Aquella mujer se quedó atónita cuando ella ocupó el asiento del lado del conductor. Miró a su prometido en busca de apoyo, pero este se limitó a encogerse de hombros.
— Amelia se marea en los coches.
Resultaba claro que Anne no lo creía, a pesar de la insistencia de Amelia de que estaba en lo cierto, pero aún así se sentó detrás con una sonrisa.
Amelia decidió que le debía cierta cortesía.
— James nos lleva a tomar el té — dijo.
La otra enarco las cejas.
— En en serio?
Por su tono de voz, parecía que Amelia había anunciado que iban a montar a caballo por las calles de Manhattan.
— No sabía que te gustaba el té, James.
— No me gusta. Pero a Amelia sí.
El rostro de su prometida expresó cierta irritación.— Quiere decir que no estará todo el tiempo con nosotras — se apresuró a decir Amelia— . Piensa que deberíamos aprender a conocernos mejor y ha creído que tomar el té e ir de compras nos daría ocasión de hablar.
Pasaron unos momentos mientras Anne asimilaba la situación. Evidentemente, encontraba todo aquello sospechoso, pero al fin sonrío y se relajó en su asiento.
— Qué bien! Me faltan algunas cosas para el ajuar y me encantará contar con la opinión de otra mujer.
Esa vez fue Amelia la que forzó una sonrisa. Lo último que deseaba era pasar la tarde ayudando a la otra a elegir lencería. Pero como no había de modo de evadirse, dijo:
— Estupendo, será un honor.
— Donde tomaremos el té?— preguntó Anne.
— En el Reencuentro.
La mujer enarcó las cejas y se inclinó para susurrarle con aire confidencial:
— No crees que no vas apropiadamente vestida para el Reencuentro?
Amelia miro su chaqueta amplia, la camiseta y los pantalones cortos color caqui.
— Creo que me he tapado todo lo que importa.
— Sí, pero el té se considera un acontecimiento formal, en especial en el Reencuentro.
La joven no mordió el anzuelo.
— No creo que les importe por esta vez. Suelen ser muy educados allí.
Anne abrió la boca para decir algo, pero lo pensó mejor y se encogió de hombros implicando que no era asunto suyo si expulsaban a la otra por violar el código de vestuario.
El coche se detuvo delante del Reencuentro, James salió y le abrió la puerta su prometida. Después de acompañarla varios pasos, se dio cuenta de que Amelia no se había unido a ellos y regresó al coche.
— Normalmente te abres tú sola a la puerta—comentó al ayudarla a salir.
— Solo porque tú nunca te has mostrado caballeroso conmigo —repuso ella.
— No es cierto, lo intenté, pero cuando tú amenazaste con pegarme por ello, me olvidé del tema.
La joven bajó las pestañas.
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Te Quiero para mí
RomanceLa aventurera e incorformista Amelia Queen no podía creer que James Stewart quisiera casarse con su tradicional y sosa prometida. Aunque Anne es una gatita perfecta, Amelia pensaba que el sexy y atractivo James necesitaba una tigresa... alguien como...