Capítulo 2.

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Yo, trabajo en el bar "El Gorro Negro" soy el cantinero o mejor conocido como "Bar Man Calavera". Mi uniforme es de camisa blanca con las mangas hasta los codos, chaleco y jeans negros con unos tenis o zapatos ya sea negros o blancos. El bar esta relajado, con música ambientada, tres mesas ocupadas con unos chicos y chicas.

Después de una hora, llegaron unos chicos de una dudosa edad, yo los veo de la edad de preparatoria. Igual a todos los clientes les pedimos sus identificaciones. Pocos minutos paso y llegó uno de mis compañeros
– André
– ¿Mh?
– Esos chicos de la mesa cuatro me dieron sus identificaciones,
– ¿Qué fue lo que ordenaron? – Lo mire, mientras revisaba las identificaciones
– Pidieron una botella de tequila, con cuatro caballitos y cuatro cócteles
– ¿Cuáles?
– Margarita, Mojito, Manhattan y Piña colada
– Okey

Prepare los cócteles después de haberle dado la botella con caballitos junto con sus credenciales. Se los entregué en una charola negra.
Mire la mesa cuatro, había un niño que me llamo la atención, se veía de unos 16 años o tal vez más. Volví a ver sus identificaciones, saque la mía para verificarla. No son falsas, es lo bueno, aunque se ven muy jóvenes.

Un par de horas, tres de ellos ya estaban pasados de copas, uno seguía todavía de pie, apenas entraba el alcohol en su sistema. Ese mismo niño que me llamo la atención se acercó a la barra y se sentó cómodamente. Yo le hable en un tono suave pero grave al mismo tiempo
– ¿Qué va a tomar?
– Solo vengo a pagar la cuenta –  Su voz es muy juvenil, grave pero joven, como cualquier chico de 18 años
– Bien – Tomé el papel de la cuenta y se lo di – Son $1,130 en total
– Okey – Saco su cartera, me dio el dinero
–  Gracias
– ¿Puedo preguntarte cuál es tu nombre?
– ¿Por qué?
– Siento que te he visto en alguna parte
– Eso es poco probable
– Pero puede suceder
– ¿Tu edad real cuál es?
– Tengo 19 años, los cumplí en agosto de este año
– Te ves de 16
– ¿Eso es un problema ?
– Si, al entrar a un bar, no creían que realmente eres mayor
– ¿Usted me cree?
– Algo – Sonreí divertido, una media sonrisa se formó en mi rostro, contagiando a ese chico
– ¿Cuál es su edad?
– La suficiente como para atender a este bar
– ¿No me la dirá?
– Si te la diera, ¿Qué haría?
– Nada, solo tengo curiosidad
– ¿De saber mi edad?
– Si, ¿Es algo malo?
– Tengo 23 años
– Y aún así se ve muy bien
– ¿Eso fue un cumplido?
– Si, si así lo quiere ver
– ¿No deberías regresar ya con tus amigos?
– No son mis amigos en realidad, son amigos de mi novio
– Entonces regresa con tu novio, no querrás que se ponga celoso porque estás charlando conmigo, ¿O si?
– Él coquetea con el primer persona atractiva que vea
– ¿Y a ti no te molesta?
– Me acostumbré
– Haces mal, pero igual es asunto suyo, no mío
– En ese caso creo debo irme
– Pues que le vaya bien
– Igual a usted
– Hasta luego
– Hasta luego

Volvió a la mesa, le dijo a su novio y a sus amigos que se fueran y eso hicieron. Bueno, ese chico es lindo a primera vista.

Al día siguiente, fui a la escuela preparatoria a enseñar basketball junto con Jean. A mí me tocó enseñar a los hombres, no eran muchos, unos diez chicos. A Jean le tocó las mujeres, que eran doce chichas muy lindas que todo el tiempo le estaban preguntando sobre su tatuaje del brazo.
Al final del día, nos quedamos un rato en la escuela, para descansar. Por suerte había nubes en el cielo, las cuales taparon por unos minutos el son y el aire fresco pego mi cuerpo para refrescar el sudor que tenía en mi. Yo estaba con mi celular recargado en mi motocicleta esperando a Jean que fue por agua para los dos. Mientras esperaba a Jean, volví a ver a ese chico del bar.
Cruzamos miradas y él se acercó a mi con un poco de nervios, cuando estuvo frente a mi, me sonrió
– Hola, de nuevo
– Hola
– ¿Qué hace aquí?
– Entreno a varios grupos de la mañana, practicamos basketball
– Ah, ¿Si?
- Si, soy jugador del equipo de basketball en mi escuela y venimos a entrenar a los chicos que quieran jugar
– No sabía eso de usted
– ¿Tu por qué estás aquí?
– Aquí estudio
– No te creo
– En serio, estoy repitiendo año
– Claro, por eso te ves como de preparatoria
– Así es
– Bueno, ya que probablemente nos veremos más seguido por aquí, es momento de dejar atrás las formalidades
– Tienes razón
– Mi nombre es Andrés – Alce la mano para saludarlo
– Un placer. El mío es Omar – Estrechamos la mano con una sonrisa
– André – Me hablo Jean, dándome el agua
– ¿Mh?
– Vámonos
– Claro
Jean se subió a su motocicleta, se fue a la salida de la escuela
– Nos vemos, Omar
– Adiós Andrés
Yo me subí a la mía y ambos nos fuimos a casa.

Ahora se cual es el nombre de ese chico, aunque lo haya visto en su credencial, preferí que me lo dijera el mismo. También lo vi mejor. Un chico de cabello en forma de pixie, peinado hacia la izquierda de color café oscuro, ojos igual del mismo tono de su cabello, piel blanca, de estatura promedio. Con un anillo en su mano derecha junto con un reloj color negro en su muñeca, en su otro brazo una pulsera color roja con un ojo azul en medio. Uniforme de deporte de color azul marino con franjas grises, tenis blancos con líneas negras, playera de cuello color blanco con mangas a los codos, pude ver también que porta a una cadena de plata, chamarra amarrada a la cintura. Un chico sin duda muy lindo, pero que sale con un idiota que se la pasa coqueteando con otros y él lo acepta.

Ese chico está mal, debería quitarse la venda de sus ojos. Tal vez yo podría ayudarlo, no tengo nada que perder si lo ayudo y si sale algo bueno de esto, lo tomare para mí beneficio.

Sin duda alguna, ese chico y yo nos llevaremos muy bien.

Continuará...

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