Capítulo 16.

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Si me hubieran dicho que al despertar, iba a tener una mala mañana, pero que al final, tendría una gran noche. No me lo hubiera creído.

Despertar y desayunar, cereal, jugo de naranja, pan tostado y hot cakes. Sin interrupciones, sin comentarios innecesarios, es lo mejor del mundo. La vida es buena, pero cuando fui directo a la escuela, me fue bien, increíble de hecho. Lo malo es que tuve que ir a la escuela de mi ex.

Fui, aunque tenía una mala cara, una de incomodidad. Lo peor es que Jean no me ayudaba mucho, estuvo haciéndome preguntas todo el tiempo. Fue peor cuando estuvimos cerca del salón de Christopher.
– ¿Ya me vas a decir que te pasa?
– Ya te lo dije, no tengo nada, estoy bien
– Te conozco André. Algo a ti te pasa
– ¿Hasta cuándo vas a seguir insistiendo con eso?
– No es bueno que te guardes las cosas
– Muy bien, ¿Quieres que lo diga? – Lo volteé a ver muy molesto
– Okey, dilo
– Christopher me engaño con su estúpido amiguito, Eduardo me mandó mensaje, mostrando a ellos dos en la cama revolcándose. ¿Y adivina qué? Sabía que esto pasaría. Él y yo somos tan diferentes que tarde o temprano, uno de nosotros iba a serle infiel al otro. Me aguante con mucha fuerza todas las veces en las que lo pude engañar, tenía una vaga esperanza de que sería distinto a todas esas ocasiones en las que salía con chicos de su edad. Ví en sus actitudes que realmente me quería. A pesar de que su familia me odiaba, de que sus amigos estaban en su contra por salir con una persona tan popular como yo, aún así me arriesgué y terminé perdiendo. Me estaba empezando a enamorar de una prostituta que me dijo falsas palabras de amor para luego revolcarse con su amigo que siempre ha estado enamorado de él. No estoy triste por haberme engañado, al contrario, estoy enojado. Enojado conmigo mismo por creerle a un niño que cuando me conoció no sabía que era lo que quería conmigo. Y te apuesto que no tiene ni la más mínima puta idea de lo que pasó, ni de como me siento. No sabe nada, está ahí en su salón pensando en que carajo podría decirme para que yo le dirija la palabra y podamos volver a ser esa parejita que él sigue creyendo que somos. Pero si tiene el valor de acercarse y mirarme a los ojos para decirme cualquier cosa, yo terminaré con él y si no lo hace. Entonces se lo haré saber de la misma manera que él lo hizo, pagándole con la misma moneda. Total, le gusta jugar con los sentimientos de los demás, pues yo soy el mejor jugador en ello. Soy el Bar Man Calavera. Y está noche, voy a coger con el primer chico que se siente en la barra del bar. Si se entera, bien por mi y si no se lo haré saber. Así que por favor Jean. Deja de molestarme con ese tema. ¿Okey?
– Bien, no lo haré más
– Gracias

Me di la vuelta para tocar la puerta, pero su puerta del salón estaba abierta y Christopher estaba parado en medio, con una expresión en su rostro muy triste, tenía ganas de llorar. Sus compañeros me miraban incómodo, maestro no tenían. Por lo que hable con una expresión y tono de voz sería y fría, mirándolo a los ojos con una mirada tan pesada
– Dame permiso, por favor
– ¿Es en serio todo lo que dijiste? – Fue lo primero que hablo con un hilo de voz, estaba tratando de ocultar su tristeza
– Si. Ahora quítate
– Okey, gracias por dejarlo claro

Salió del salón, chocando con mi hombro, caminando a paso rápido, ni siquiera volteé a verlo cuando se fue. Iba a dar un paso, pero Jean se adelantó y dio en anuncio en mi lugar. Después de eso, nos fuimos afuera fumar.
– No pensé que su puerta estaba abierta. ¿Tu no te diste cuenta?
– Si, pero no te dije nada, deje que terminarás de hablar y sacarás todo lo malo que tenías
– Funcionó
– Si, pero ahora causaste una mala imagen
– Eso me da lo mismo
– ¿Y si no echan del campeonato?
– ¿Crees en serio que los chicos me delaten? Por dio, nosotros les hemos dado la oportunidad de crecer en su desarrollo deportivo. Además, deberían ignorar la situación con su jefe de grupo.
– Bueno, si nos echan, te culpare a ti por esto
– Aceptaré toda la culpa y los cargos si eso pasa
– Bien
– ¿Y ahora que harás?
– Si te refieres a que voy a cojer con el primer niño que venga a la barra, estás equivocado. Ya tengo con quien tener sexo cuando quiera
– Ah, ¿Si?
– Si, no te preocupes por mi
– No lo digo por eso
– ¿Entonces?
– Recuerda que una relación de solo tener sexo sin compromiso, a la larga, se termina enamorado
– Lo sé. Pero dudo mucho que eso pase
– ¿Estás seguro?
– Totalmente, solo será sexo sin compromiso
– ¿Y si el niño se termina enamorado de ti?
– Romperé la relación
– Si que eres un descarado
– Por algo me dicen Bar Man Calavera

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En la noche, estando en la barra, sirviendo bebidas y cócteles. Llegó Omar, mostrando su dulce sonrisa de coquetería. Pidiendo una famosa bebida, un mojito especial. Al terminar de servir, empezamos a hablar
– ¿Qué tal te fue en la escuela?
– Bien, muy aburrida, ¿Y a ti?
– Pesada, pero bien
– Es difícil lo que tú estudias?
– Más o menos, debes de tener una rutina a la cual adaptarse para llevar un equilibrio entre la escuela y el trabajo
– ¿Eso es lo que tú haces?
– Así es. Desde los dieciocho años
– Vaya, tienes experiencia
– ¿Se me ve?
– Algo, aunque me gusta más la que tienes en la cama
– Ah, ¿Si? – Le pregunté con una sonrisa picardía
– Si, debo admitir que nunca había tenido una buena noche como la pasé contigo
– ¿Y te gustaría repetirla?
– Me encantaría y si se puede que sea cada cuatro días
– Con exigencias
– A menos que no estés de acuerdo
– Por mi, podría tenerla todos los días después de mi trabajo
– ¿Y qué te detiene?
Tiene una mirada retadora, una sonrisa ladina. Tiene tantas ganas como yo. El bar está lleno, nadie más se da cuenta de lo que pasa con nosotros, alguien podría cubrirme por unas horas. Así que, ¿Qué tengo que perder?
– Sube las escaleras, primer piso, a la izquierda hay una puerta blanca, entra y espérame
– Tus deseos son órdenes
Le dio un último trago a su bebida y subió al primer piso. Mire a Julio que apenas acababa de llegar
– ¿Te puedo pedir un favor?
– Claro, ¿Qué pasa?
– ¿Me cubres unas horas? Por favor
– Si, por supuesto
– Gracias, hermano
– Diviértete

Subí las escaleras, entre a la habitación, cerré la puerta con llave y ahí estaba. Omar acostado en la cama, esperándome ansioso
– Si que es un buen lugar para tener sexo rápido a escondidas en tu trabajo
– Es un secreto, y no te preocupes, tengo quien me cubra mi turno
– Genial, porque quiero coger hasta el amanecer
– Si es que tú cuerpo lo soporta

Me acerque a la cama, mientras me quitaba la corbata, el chaleco y la camisa, aventando todo al piso y subirme a la cama a besarlo y quitarle la demás ropa y cogerlo por varias horas.

Continuará...

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