Capítulo 26.

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Desde ese momento, todo fue diferente. Había pasado tanto tiempo con Erick qué había olvidado a mis ex parejas anteriores. Erick era todo lo que tanto he soñado.

Salimos a comer, a beber, platicábamos de muchas cosas, a veces pasaba tiempo en mi casa, la suya jamás me dejo entrar. Decía que tenía un compañero de cuarto qué no le gustaba que llevara otras personas a su casa. Ni hombres ni mujeres. Lo acepte. Total, mi casa ya era mía, esas personas que tanto odiaba se fueron. No había nada de que preocuparme. Solo éramos Erick y yo, juntos sin importar que.

Hasta que un día común, en el momento de irme al trabajo. Erick me busco a mi casa, se veía triste.
- Hola, ¿Qué ocurre?
- Hola, yo...vine a despedirme
- ¿Qué? - Me quedé en shock un instante, había olvidado como era respirar
- Me voy a mudar a otra ciudad
- ¿Cuándo? - Mi voz poco a poco se estaba quebrando
- Hoy en la noche. Me ofrecieron dar clases de baile, hace unos días. Te lo iba a decir, pero hubo complicaciones. Competía con otros chicos que también querían dar clases, así que, tomo tiempo para que ganará y además era a puerta cerrada. Y tú estabas ocupado con un proyecto de la escuela, yo no te quise molestar. Antier me dieron los resultados, yo fui el elegido.
- Entiendo
- Lo siento si no dije nada
- Entiendo tus razones
- Gracias por todo lo que me has hecho por mi
- No me digas eso, haces qué me ponga sentimental
- No sabía que lo eras
- Para ti solamente

Sonrió y después me tomo del rostro para darme un profundo y largo beso de despedida.
Lo acompañe a la salida de mi departamento, ahí estaba un auto para llevarlo al aeropuerto. Lo abrace fuerte y después lo vi irse, lejos muy lejos de mi, sin decirle que yo me estoy enamorando de él.

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Había despertado por un ruido extraño de una cafetera. No sabía en que momento me encontraba en una habitación qué no era mía. Precia más un hotel...¿En los hoteles hay cafeteras?

Ah, ya recordé. Este no es un hotel, esta es la casa de alguien que conocí ayer para tener sexo casual. Me levante de la cama, busque mi ropa, me cambie y al verme al espero no me reconocí. Estaba demacrado, mis ojos rojos, con ojeras, me veía más delgado, estaba perdiendo mi figura.

Entro alguien a la habitación, un chico muy lindo, pero como siempre, nunca aprendo la lección. Un adolescente. Con una taza de café
– ¿Gustas un poco de café?
– No. Gracias, ya me debo ir
– ¿Volveré a verte otra vez?
– No lo sé. Te avisaré
– Esta bien
– Adiós
– Adiós

Le iba a dar un beso, pero esto es sexo casual, no una relación.

Me fui a casa, me di una ducha y al revisar mi celular. Me encontré con muchos pendientes que deje en la escuela. Cada uno los acabe hasta en la noche.

Cuando acabe de entregarlo todo, me fui a un lugar que Dylan me mostró. Una pequeña montaña qué mostraba la vista de la ciudad.

– Andrés – Me habló una voz de un chico, volteé a ver quien era. Es Dylan
– Hola
– ¿Qué haces aquí?
– Queria paz
– ¿Por qué te ves tan mal?
– No lo se
– Ven, vámonos, esta empezado a llover
– Okey

Fuimos a una pizzeria, qué también vendían alcohol. Pedí cerveza mientra Dylan pidió refresco, comiéndose casi toda la pizza
– ¿Cómo supiste que estaba ahí? – Le pregunte con curiosidad
– Yo te mostre ese lugar cuando me sentia desolado, supuse que irias a ese lugar y no me equivoque 
– Bueno, en eso debo agradecerte, la vista de la cuidad es hermosa. Ideal para tener un momento de paz y tranquilidad
– Si, lo se. Por eso te lo mostte
– Gracias. ahora tengo otra pregunta
– ¿Cuál?
– ¿Por qué siempre que tu y yo nos la pasamos mal, estamos en un lugar de comida y no en un bar?
– ¿Qué tiene de malo? Tenía hambre
– Deberías comer más, Dylan
– Y tu dejar de beber 
– ¿Hace cuanto que no comes?. Llevas la mitad de la pizza cuadrada tu solo
– ¿Y tu hace cuánto que no has dejado de beber?. Llevas bebiendo dos semanas seguidas desde que se fue Erick. No has hecho otra cosa más que deprimirte y eso no esta bien 
– Lo dice el que toma pildoras para dormir y anti depresivos 
– Tengo problemnas y no hay otra foma de resolverlas 
– Ajá si claro. ¿Y los mios si, no?
– Deja de beber, tienes cosas que hacer en la esucela 
– ¿Te tengo que recordar quien es él que me dice todo el tiempo que vayamos a tomar y que vayamos de fiesta a causar pena ajena cuando nos emborrachamos y bailamos en un  tubo?
– La vez pasada tu querias enagañar a Omar y por eso fuimos a un treibol 
– Si, pero no era para que terminara en la cama con otro hombre  
– Que para colmo se fue de tu vida y ni siquiera le dijiste lo que sentías por él  
– ¿Qué con que le dijera? No iba a quedarse si le decía que yo estaba ebamorado de él
– ¿Y si tal vez si se hubiera quedado junto a ti?
– Eso lo dudo mucho 
– ¿Por qué?
– Porque él jamás se ha enamorado de alguien
– ¿Cómo lo sabés?
– Él me lo dijo una noche. Cuando estábamos viendo una película de romance, me dijo que jamás se ha enamorado de verdad. Así que por eso estoy seguro que Erick jamás se hubiera quedado si le hubiera dicho la verdad
– Bueno. ¿Y te quedaras así?
– ¿Así cómo?
– ¿Con ese sentimiento reprimido?
– Si. Puedo vivir con ello
– Esta bien
– Tranquilo. Estaré bien
– Yo espero que si

Le sonreí y luego terminamos de comer la pizza.

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Bueno. Mentí. No estoy bien.

Lo supe desde que me desperté en una habitación qué no era mía. Es la... Ya perdí la cuenta de cuantas veces he estado en una habitación qué no es mía, teniendo sexo casual con adolescentes.

Debo tratar de controlarme. Parece que estuviera drogado. Bueno. Es hora de cambiar.

Fue lo que pensé hasta que entro alguien a la habitación, pensé que era el chico con el que me metí. Pero en el momento en que lo mire, yo esperaba cualquiera, menos él.
– ¿Omar?
– Hola Andres
– ¿Qué estoy haciendo aquí?
– Yo te traje a mi casa, te drogaron en una fiesta y yo te rescate. Planeaban llevarte a otra parte
– ¿Por qué lo hiciste?
– Porque a pesar de todo lo que ha pasado entre tu y yo. Aún me importas
– No puedo creerte
– Se que te lastime y te engañe. Pero ya cambié
– Ah, ¿Si?
– Si. Por favor creeme. Yo cambie
– ¿Qué me lo asegura?
– Deje de lado todo lo tóxico de mi vida
– Lo dudo mucho. Debo irme – Tenía suerte de que estaba con ropa. Tome mi celular y mis llaves. Cuando pase a su lado, me detuvo.
– Espera – Puso su mano en mi brazo, había olvidado su toque. No controlate
– Suéltame
– André yo cambie.
– ¿Por que lo sigues diciendo?
– Porque quiero volver contigo
– Yo no
– Dame una oportunidad para demostrarte que esta vez va a funcionar
– Omar
– Por favor
– Dejame ir
– Andres, yo te amo
–...

Continuará...

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