Capítulo 10.

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No esperaba que el plan de Dylan tuviera éxito tan pronto. Tenía razón, y eso que solo lo besé. Hubiera querido hacerle más, pero eso implicaría tener sexo en el salón de su escuela, no iba a dejar que el jefe de grupo fuera expuesto a ese nivel de vergüenza. A mí me vale madre, ya lo he hecho unas dos veces, jamás fuí descubierto, pero en él, no quería que su primera vez, fuera de esa forma. Si voy a tener sexo con un niño, hay que hacerlo bien. Por lo que me encuentro en su casa, pensando en como escalar para llegar a su cuarto. Deje mi motocicleta y tuve que pedirle a mi padre que me trajera.

Llevo cinco minutos pensando y la única forma en que se me ocurre escalar su casa es subir la pared, sosteniendo me de los bordes, para después, impulsarme hacía arriba con los antebrazos y después, mantener el equilibrio entre los bordes y luego caminar a paso lento hasta su ventana.

Cuando vi por su ventana, Christopher estaba en su escritorio haciendo tarea, cuando toque su ventana, me miró con una gran sonrisa, para luego abrirme y abrazarme una vez que estuve adentro de su habitación. Nos miramos a los ojos, inmediatamente nos besamos, suave al principio, fue subiendo de nivel, porque su lengua quería entrar en mi boca, pero domine el beso y fui yo el que metió la lengua en su boca. Puse mis manos en su cintura, empujándolo contra la pared, mientras nos quitabamos la ropa, jadeaba suavemente, nos separamos un momento en busca de aire.
– No sabía que podías besar así
– Hay mucho que no sabes de mi
– ¿Las vere todas?
– Yo espero que si

Rodeo sus brazos a mi cuello al mismo tiempo que me besaba, tome sus muslos en mis manos para llevarlo a la cama. Le desabroché los pantalones y se los quité junto con el boxer para encontrarme con su miembro erecto. Me miró un momento, su mirada me decía que me deseaba, su me decía que lo tomara. Así que tome su miembro y lo masturbe
– Ah ah ah
Gemia de placer, decidí llevarlo al límite, así que baje mi cabeza y se lo chupe, un extraño sabor salado, pero no fue problema para que se retorciera de placer en la cama ante sensaciones que por primera vez experimenta.
– Ahhhh
Su primer orgasmo de la noche, en lo que se recuperaba, yo me fui desabrochando los pantalones, hasta las rodillas. Una vez que se recuperó, metí dos de mis dedos a mi boca y los llene de saliva, había olvidado lubricante, solo me traje protección. Después de eso, lentamente bajo su mirada tan nerviosa y con terror, fui metiendo mis dedos en su interior tan estrecho y apretado, primero uno, que se acostumbré a la sensación, para después meter otro. A este punto ya se estaba muriendo de placer.
– Ah...eso...se siente...bien
– ¿Te gusta?
– Si...ah

Me acerque a besarlo, mientras terminaba de aflojarlo, las manos de Christopher, se aferraron a mi cabeza, acariciando mi cabello, con sus puños tomando mi cabello con fuerza. Me aleje para tomar aire, después saque de mi bolsillo de mi pantalón un condón, lo abrí con los dientes, con cuidado de no romperlo. Me lo puse y me acosté en su cama, Chis se sentó y me preguntó
– ¿Qué ocurre?
– Ven aquí
– ¿Quieres que...me monte...en ti?
– Así es, es ideal para que lleves tu propio ritmo
– Está bien

Lo ayude a estar frente a mi, sus manos en mi pecho, sus piernas en cada lado. Tenía su cara muy roja, estaba temblando. Tomo aire y poco a poco fue bajando a su propio ritmo, gemia de dolor, pero se desquitaba enterrando sus uñas en mi pecho. No me dolía, deje que hiciera lo que quería. Al estar adentro la mitad en su interior, su cuerpo se hizo para atrás, creo que le salió una lágrima.
– ¿Estás bien?
– Si...solo que...duele mucho
– Tranquilo, respira y relájate, cuando tú cuerpo se acostumbré a la sensación, podrás moverte
– Bien

Respiro profundo, controlo su respiración, mientras le acaricie su cuerpo, sus brazos, su pecho, sus piernas, todo su cuerpo. Me sonrió como bobo enamorado. Un rato después, se empezó a mover, lento pero seguro, yo puse mis manos en su cadera para ayudarlo a tener mayor placer, también para enseñarle a cabalgar.
– Agh ah ah haaaah
– ¡Ah!
Cerró sus ojos con fuerza y gritó de placer, aumente la velocidad, ahora subía y bajaba, colocando sus manos en mi pecho como impulso, mientras su cadera se movía rápido.
Decidí llevarlo al límite, así que, tomé su cadera, y moví mis caderas junto con la de Chis, chocando nuestros cuerpos hasta que di en un lugar, su punto dulce que lo volvía loco de placer, sus gemidos salen de manera erótica y descontrolada.
– Aahhh, uhhh, mmm, ahh...
– Oh, ah... haha...haaaah...

Estamos a punto de llegar al clímax, por lo que le di a Chis más profundo y rápido.
– Uhhhhhhh... ¡Ah, ah, ah! Andrés…
- ¡Ah! ¡Aah! Ah haaaah...
- ¡Se siente muy bien! ¡Me vengo!
Gritó Chris entre gemidos y jadeos, con un movimiento mucho más rápido. Hasta que con un gritó lleno de placer salió de la boca de Chris, al mismo tiempo que su cuerpo se arqueaba hacia atrás. Su orgasmo llegó de forma rápida y deliciosa.

Cuando recuperó su respiración, me sonrió como idiota, para luego bajarse y acostarse junto a mi. Abrazado a mi pecho, yo lo cubrí con la sábana de su cama, le di un beso en su cabeza, me saque el condón y por último me relaje.
– Eso fue genial – Hablo de repente
– Lo se
– ¿Podemos hacerlo una vez más?
– Todas las que quieras

Se lo dije con una sonrisa coqueta, acerque mis labios a los suyos para besarlo, dulce al principio, dando caricias suaves, dejando nuestro aroma en nuestros cuerpos.
– Quédate conmigo está noche
– Llegaré tarde a clase mañana
– ¿Y?
– Me puedo quedar contigo un rato más
– Está bien

Se acurrucó mejor en mi pecho, abrazando mi cuerpo. Se quedó dormido unos minutos, minutos en los que mande mensaje a Dylan diciéndole
— “Funciono”
— “Te lo dije”

Fue una gran noche hoy.

Continuará...

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