Capítulo 27.

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¿Cuándo fue la última vez que me había dicho esa frase?

¿Cuánto tiempo paso desde la última vez que me había dicho eso?

¿Por qué me lo viene diciendo justo ahora?

Un millar de preguntas invadieron mi mente, no quería creerle, había sido mucho con él. Dolor y sufrimiento que pensé que si me dijo eso, era porque quiere volver a revivir esos momentos que pasamos juntos.

– No veo porque me digas esa frase
– André. Créeme que yo ya cambié
– Me hes difícil creerte
– Dame una oportunidad
– No puedo
– Por favor
– ¿Qué me asegurá de que está vez será diferente?
– Madure y deje de lado todo lo quenmos hacia daño
– Ah, ¿Si? ¿En serio dejaste a tu amiguito por estar una vez más conmigo?
– Lo hice
– Omar, entiendeme. No puedo
– ¿Por qué?
– Tengo muchas dudas sobre esto
– Por favor Andrés, por favor
– Déjame pensarlo
– Está bien. Yo te voy a esperar
– Bien

Me fui de ese lugar y me regrese a casa. Al día siguiente, no podía dejar de pensar en todo lo que dijo Omar. Tenía tantas dudas, estaba tan confundido. No sabía que hacer o como reaccionar. Tenía miedo de que si lo volveríamos a intentar pasaría algo peor. Acabariamos destruyendonos más de lo que ya nos habíamos hecho daño. Yo no quería eso. ¿Qué me asegurá de que está vez será diferente?

– Andrés
– ¿Eh?
– ¿Estás bien?
– Si. Lo siento. ¿Qué te sirvo?

Olvide que estaba en el trabajo y que Dylan me estaba hablando

– ¿Qué ocurre?
– Omar quiere que vuelva con él
– ¿Y tú quieres?
– No lo sé. Tengo muchas dudas sobre ello, tengo miedo de que vuelva a pasar lo mismo
– ¿Y eso le dijiste?
– Lo hice, pero igual me lo pidió
– André, ¿Acaso olvidaste el daño que te hizo?
– Claro que no. Pero...
– ¿Pero?
– ¿Y si quiero volver?
– ¿Y si te doy una bofetada?
– Hablo en serio
– También yo
– Dylan
– Mira, si quieres otra vez sufrir, pasar por ese dolor, una vez más, está bien. Yo no te diré nada. Es tu vida, es tu decisión. Igual si te hace daño, yo estaré ahí para apoyarte
– ¿De verdad?
– Si, eso hacemos los amigos, no?
– Gracias

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Lo pensé, lo pensé durante mucho tiempo, pasaron al rededor de tres semanas para que pensara en todo lo que había pasado entre Omar y yo. Al final decidí darle otra oportunidad. Pero con condiciones. Si no las ponía, habría más problemas de los que ya tenía. Tener a todo el mundo en contra mía por volver con mi ex.

Para eso lo cité en un lugar muy poco concurrido. Un parque demasiado solitario para ser las tres de la tarde. El sol ilumina en su máximo esplendor a los árboles, haciendo que sea un gran paisaje a la vista. Ideal para que nadie me viera, a pesar de que me puse una gorra y un cubre bocas, ambos de color megro. Parezco un loco que va a matarse a la barda del final del parque, hay un pequeño lago con un estacionamiento bajando las escaleras. Pero obviamente no voy a hacer eso. Estaba recargado en la barda, escuchando música, pensando que decir.

Cuando llegó, se puso a mi lado, sentándose en la barda, sonriendo levemente.
– Hola – Me saludo cordialmente
– Hola – Me quite un audífono, para escucharlo
– ¿Puedo saber porque en un parque?
– No quería que nadie nos viera. ¿Lo olvidas? Tengo una reputación que cuidar
– ¿Por eso vienes vestido de negro?
– No vengo vestido todo de negro
– Claro que sí. Tienes jeans grises desgastados, playera blanca, una sudadera delgada negra, una gorra y hasta traes puesto un cubre bocas negro.
– Bueno, da igual. No quiero que nadie sepa de esto
– ¿De qué te vieron conmigo?
– Si
– Andrés, no tiene nada de malo
– Si lo es.
– ¿Por qué? ¿Por qué soy tu ex?
– Algo así
– Eso es absurdo
– ¿Vienes a hablar o pelear conmigo?
– A hablar contigo
– Bien
– ¿De qué querías hablar conmigo?
– Yo...– Maldición, olvide lo que iba a decir por estar discutiendo
– ¿Andrés?
– Lo pensé. Pensé en demasiadas cosas que pasaron entre tú y yo. Llegué a una conclusión
– ¿Cuál es?
– Quiero volver contigo. Aunque dije que no, quiero volver
– ¿De verdad?
– Si, pero con condiciones
– ¿Qué condiciones?
– Bueno, una de ellas. Es que dejes de estar tan celoso con mis amigos o en mi trabajo. No quiero tus celos tóxicos que tienes a cada rato solo por qué una persona se me acercó. Dos, si hay algo que te molesta, dimelo, no soy adivino para saber que es lo que te pasa. Tres, no me pongas excusas ridículas para tener sexo conmigo
– Está bien
– ¿Qué?
– Dije está bien. Lo respeto, son tus condiciones, y yo las voy a respetar. Pero si tú vas a poner las tuyas, en ese caso, yo también
– Dilas
– No quiero que tus amigos te lleven todo el tiempo a beber cuando estamos juntos. No quiero que siempre pongas el trabajo sobre mi y no quiero que les estés coqueteando a todos los que van al bar
– Bien.
– ¿Bien?
– Si, bien. Si esas son tus condiciones, está bien
– Okey
– Si queremos que esto funcione, debemos tener más comunicación y un poco más de confianza entre nosotros
– Muy bien
– Podemos hacerlo, ¿No?
– Si, no será tan complicado
– Okey

Permanecimos en silencio por un momento, hasta que Omar me volteo a ver, yo lo miraba de reojo, aún pensando si hice lo correcto. Hasta que lo vi otra vez. Le sonríe muy levemente, él igual me sonrió, había olvidado su sonrisa. De pronto nos estábamos acercando cada vez más, casi podía sentir su respiración junto a la mía, me quite el cubre bocas y le di un beso. Un beso de reclamo por estar tanto tiempo alejado de mi lado, un beso que extrañaba como era su sabor, un beso que tanto quería volver a besar, pero jamás me di cuenta de que tanto lo extrañe.   

Una vez que lo acabe de besar, pegue mí frente a la de Omar.
– Extrañaba tanto besarte – Menciono Omar con una pequeña sonrisa
– ¿De verdad?
– Si y mucho. ¿Tu no?
– Extrañaba estar contigo
– Igual yo

Tal vez esto puede que funcione está vez.

Continuará...

Les pido una disculpa por haber dejado la historia tanto tiempo inactiva. Pero tuve un bloqueo de escritor que me costó mucho salir de él. Pero ya estoy de vuelta. Listo para continuar con esta historia. Gracias.

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