Capítulo 3.

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Presente Actual.

El chico que estaba en mi cama, apenas se estaba despertando, estiró su cuerpo, y luego se levantó para bañarse y vestirse. Nos saludamos como si fuera algo común entre nosotros. Una hora después él se fue, diciéndome que había tenido una gran noche conmigo.
Veinte minutos más pasaron y alguien tocó el timbre de mi elevador personal. Era Dylan
– Hola
– Hola, ¿Qué haces aquí?
– ¿No lo recuerdas? Me invitaste a tu casa para hablar, necesitabas a alguien quien te escuchará y aquí estoy
– Disculpa, no me acuerdo
– Ya vi, jaja
– ¿Trajiste alcohol?
– Si, también mucha comida
– Pasa
Deje que entrará a mi casa, nos fuimos directo a la cocina, me sirvió de comer que era una hamburguesa con papas fritas
– ¿Cómo te ha ido?
– Mal – Le di una mordida a mi hamburguesa – No me quejo de la fama, el dinero, la casa, ni todo lo que he logrado. Es solo que han pasado seis años y yo todavía no puedo olvidar a ese par de chicos
– ¿De verdad? – Me sirvió un vaso de soda
– Ya se – Le di un trago – Se supone que debería de olvidar a Omar, que fue el chico al que más ame, pero por alguna razón, pienso en Christopher
– Ambos fueron importantes para ti, es normal que los extrañes
– Si, pero ya no quiero. Cada obra, cada canción me recuerda a ellos. Estoy harto de que piense en ellos todo el tiempo. Ya he hecho de todo para olvidarlos, parejas y parejas, encuentros casuales, alcohol, todo. No los puedo sacar de mi cabeza
– ¿Antes te había pasado algo así?
– No, nunca. Es la primera vez que me pasa, antes yo olvidaba las relaciones pasadas en días, pero a ellos, me ha tomado seis años
– ¿Has tomado terapia?
– La estoy tomando contigo
– No soy un psicólogo
– Pasaste la misma situación que yo
– A mí no me iba bien con personas mayores que yo, no te confundas
– Es lo mismo, tú lo dijiste. Eras inmaduro con esas ex parejas que tuviste antes. Omar y Christopher eran igual de inmaduros
– André, no exageres. No es lo mismo
– Es la verdad, Dy. – Le di otra mordida a mi hamburguesa
– Bueno, ya que estamos en una especie de terapia. Te pregunto
– ¿Qué? – Aún tenía el bocado en la boca
– ¿Quién fue primero? ¿Omar o Christopher?
– ¿El primero en qué?
– En decirte que quería algo contigo Tomé un trago de soda, mientras pensaba en el pasado

Hace seis años en la escuela preparatoria.

Practicar con dos grupos basketball es algo difícil, peor si solo uno de ellos no te hace caso y el otro si. Osea, las chicas me veían como cualquier adolescente que ve a un chico muy atractivo. Los chicos si me hacían caso, pero igual me miraban con celos. Es entendible.

Después de la práctica, estaba guardando los balones y descansando, tomando agua. Christopher vino, tocó la puerta, yo lo vi y sonreí cordialmente
– Hola
– Hola
– Pasaba por aquí y quería saber como van las prácticas – Se acercó a mi, hasta recargarse en el escritorio
– Van bien, tus compañeros practican y juegan muy bien el basketball
– Que bueno, eso me da gusto
– Si. ¿Harás algo este fin de semana?
– ¿Me estás invitando a salir?
– Es para saber más acerca de la escuela en donde estudias
– Ah, ¿Si?
– Si, claro si es que tú puedes y si quieres
– Si te interesa la escuela en donde estudió, entonces si puedo darte toda la información que necesitas. Igual a mi me faltan dos años, así que está bien. ¿Cuándo?
– Sábado a las tres
– ¿Dónde?
– Aquí en la escuela
– Hecho, te veo el sábado
– Adiós

Salí del salón directo a mi motocicleta para irme a casa a cambiarme y luego al trabajo.

El sábado a la hora de la cita fui a la escuela. Lo espere, llegó cinco minutos tarde, pero igual llegó. Vestido como un nerd y yo como un “bad boy”. Bueno, igual yo no soy así.

Llegó frente a mi con una sonrisa nerviosa, había un brillo en sus ojos, he visto esa mirada en muchas personas. Yo le gustó.
– Hola
– Hola
– Una disculpa por llegar tarde
– No te preocupes, no fue tan tarde
– Bueno, ¿A dónde quieres ir?
– Donde sea que podamos platicar o comer o lo que quieras hacer
– ¿Quieres ir a comer algo?
– Claro, ¿Qué se te antoja?
– Tacos
– Conozco un lugar donde podemos comer tacos y poder platicar
– Ah, ¿Si?
– Si, sube – Me subí a la motocicleta, me iba a poner el casco, debí haber traído uno extra, pero no tengo
– ¿A tu motocicleta?
– Si – Lo mire, tenía cara de incomodidad – ¿Ocurre algo?
– Me dan algo de miedo
– ¿De qué? ¿De qué pueda chocar?
– Si, lo siento
– Okey, mira. Yo conduzco bien, no va a pasar nada, te doy mi casco, abrazas mi cintura y llegamos bien al lugar
– ¿Pero tú no vas a utilizar casco? ¿Estas bien sin el?
– Si, estaremos bien
– Bueno, confiaré en ti
– Calma, no pasará nada
– Está bien

Se subió a mi motocicleta, abrazo mi cintura, le puse el casco y luego nos fuimos al pequeño restaurante. Nos sentamos en una mesa cerca de la ventana. Pedimos de comer. Y luego estuvimos platicando
– ¿Desde cuándo conduces motocicleta?
– ¿No te di una buena impresión con mi motocicleta, verdad?
– No es eso, es solo que me da curiosidad sobre tu motocicleta
– Bueno, empecé a conducir motocicleta desde los diecinueve años, la pareja de mi padre me la regaló en mi cumpleaños, mi mamá me dio el casco y mi padre me dio los papeles
– ¿Tus padres estan divorciados?
– Si, están separados desde que nací, bueno, de hecho antes de que yo naciera, estaban separados
– Lo siento
– Está bien, no es algo que me afecte, ¿Tu?
– Mis padres están todavía juntos
– Que bueno
– ¿Qué carrera estudias?
– Ingeniería Química
– Interesante
– ¿Tu que quieres estudiar?
– No lo sé, tengo muchas opciones, no me decido todavía
– Estás a tiempo
– Si, aunque mis padres quieren que estudie administración, pero a mí se me hace tan aburrido
– Me imagino
– ¿Tienes pareja?
– Estoy soltero desde hace cuatro meses, ¿Tú tienes?
– No, no tengo, estoy soltero hace seis meses
– Okey
– ¿Cuál es tu orientación?
– Bisexual, ¿La tuya?
– Gay
– Bien
– ¿Cuál es tu tipo de pareja ideal?
– Deje de pensar en parejas ideales desde los dieciocho, me conformo con tener a una persona que me quiera y me ame por como soy. ¿Cuál es el tuyo?
– Un hombre como tú
– ¿Disculpa?
– Tu eres como mi tipo ideal. Si tan solo... – Lo interrumpí
– No tuviera una motocicleta – Agregué
– Me dieras una oportunidad – Comentó
– ¿Hablas en serio?
– Si, yo quiero algo contigo, Andrés

Continuará...

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