Esto Nunca Pasó - Capítulo 23

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En el año 2014, Roxana fue abandonada por Miguel ante la posibilidad de un embarazo. Esta situación la dejó con una última opción, para lo cual parte de su orgullo debía ser tragado puesto que no quería comunicarse con su familia. Tomó su teléfono e insistentemente marcó un único número. No fue hasta el quinto intento donde finalmente obtuvo respuesta.


—¿Aló? —dijo ahogada aún entre lágrimas - por favor, por favor, no me cuelgues, necesito que me escuches...

—Lo siento, número equivocado —respondió alguien secamente.

—¡No me cuelgues! ¡Tom, no me cuelgues!

—¿Qué quieres? —respondió el joven tras un pequeño silencio.

—Necesito hablar contigo.

—¿No tienes al fabuloso artista Kise Tenshi para eso?

—Él... me abandonó.

—No me sorprende, tarde o temprano iba a pasar. ¿Qué pasó? ¿Una nueva modelo?

—No es eso... es algo más serio.

—¿Entonces?

—Es que... es posible que esté embarazada de él.


Tom tragó saliva y quedó anonadado al escuchar tal noticia que rompía su corazón una vez más. Él creía en el karma y siempre pensó que tarde o temprano Roxana y sobre todo el propio Miguel pudieran recibir un castigo de vida que les hiciera recapacitar de sus acciones. Sin embargo, nunca imaginó que la más afectada sería su ex. No la imaginó en tal extremo y solo quedó poner cabeza fría para confirmar la información que acababa de recibir.


—¿Estás ahí, Tom? —Preguntó ella.

—Si, más bien, ¿Cómo que es posible?

—Aún no tengo los resultados, me he hecho una prueba hace poco, mi periodo tiene un serio retraso y ni bien se lo mencioné a Miguel me abandonó.

—Mira, hagamos algo, confirma tu estado primero. Una vez tengamos la certeza que llevas en ti su engendro vemos qué hacemos ¿Sí? No hagas ninguna estupidez.

—Está bien Tom.


Dicho esto, el joven colgó y Roxana pudo finalmente secar sus lágrimas y sentir un poco de alivio ante tan desesperante situación. Rogó que los días pasen lo más rápido posible para que el miércoles pudiera confirmar su posible embarazo y así pudiera reunirse con Tom. Durante esos días, Roxana pudo hacer las coordinaciones con su casera para abandonar ese cuarto a fin de mes. Sorprendentemente para ella, Miguel se había adelantado y había hecho el mismo trato con la señora con la condición de que si él o ella se quedaban más días deberían pagar un adicional. Todo esto estaba escrito en un contrato donde se hallaban ambas firmas.


Ella, actuando como si ya supiera esto de antemano, le aseguró que se iría antes de la fecha pactada. Con poco efectivo obtenido de su último sueldo y con ayuda de algunos compañeros a quienes tuvo que pedir prestado pudo asegurarse un servicio de mudanza que la vendría a recoger pocos días antes de cumplirse el mes. Asimismo, realizó las averiguaciones para alquilar un nuevo cuarto cerca de su trabajo, en un distrito mucho mejor.


Al llegar el miércoles, Roxana fue con gran determinación hacia el consultorio de su amiga. Hizo la espera con menos personas que hace unos días y, tras una cola de media hora, pudo recoger sus análisis del laboratorio. Para mayor serenidad, se dirigió a un parque cercano donde pudiera tener una bella vista antes de una posible noticia que pudiera cambiar su vida. Abrió el sobre con muchos nervios y prefirió leer cada detalle del reporte hasta finalmente llegar donde unas letras en mayúscula color rojo le confirmaban que tuvo un resultado negativo ante la prueba de embarazo.


Tras leer esto, Roxana no pudo evitar llorar de alivio y reírse de forma escandalosa, tanto que llamó la atención de los transeúntes que paseaban por el parque en ese momento. Ella sintió toda esa situación como un momento sumamente irónico en el que su ahora ex novio Miguel hizo todo lo que hizo por nada desde el comienzo, al igual que ella.


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Una vez se calmó llamó a su amiga para agradecerle y contarle que todo estaba bien. Quedaron en verse unos días después para conversar en un café y se despidieron afectuosamente. Tras colgar llamó a Tom quien tardó en responder hasta el tercer intento.


—¿Qué ocurrió? —preguntó él secamente— ¿Ya salieron tus resultados?

—Si Tom, ya pasó lo peor, nunca estuve embarazada de él. Solo es algo hormonal por mi mala alimentación, soy irregular pero no creí que tanto.

—Bueno, menos mal supongo, ya no tenemos de qué hablar, espero que te vaya bien.

—Espera Tom, no me cuelgues por favor.

—¿Qué quieres? Pensé que solo me buscabas por si lo estabas.

—No, no, no solo por eso.

—¿Entonces?

—Pues, siendo sincera, no tienes idea de cuánto odio a Miguel. No se me hace justo quedarnos de brazos cruzados mientras ese sujeto sigue saliéndose con la suya por ahí.

—¿Y qué con eso?

—Quiero vengarme, de algún modo quiero hacerlo. Me jode la idea de saber que está tranquilo sin afrontar consecuencia alguna. Sé que lo odias tanto o más que yo.

—Eso es cierto —dijo recordando las llamadas de madrugada que el sujeto aquel le hacía, entre otras cosas— pero... ¿Qué podríamos hacer? ¿Qué se te ocurre a ver?

—Pues... ¿Qué tal atacar donde más le duela? lo que más quiere en este mundo.

—¿Y eso es...?

—Déjamelo a mí, puedo averiguar, ¿Crees que nos podamos reunir un día de estos?


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Tal Vez (Libro 1): Esto Nunca Pasó - [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora