SIN LA MASCARA
Mariana...
¿que voy hacer? - me levanto desesperada por la frustración – chicas estaba bien cuando éramos solo las tres, ahora tengo a mi ex en el hospital y a mi novio que me pone nerviosa por un sobre.
Mariana poniéndote así no lograrás nada, además no podemos hacer nada, solo te queda aguantarlo en el trabajo – se acomoda en el sofá – y no te engañes con Julián que hasta el ciego puede ver lo enamorada que estas, al igual que él así que déjate de pensar tonterías.
Puedo pedir el día libre por enfermedad – me agarro del sofá – no quiero verlo.
Hoy, mañana o en dos semanas igual lo vas a tener que ver – se sienta Pamela a mi lado – mejor temprano que tarde, además estas comprometida, no creo que te diga nada que no sea profesional.
Eso no tiene nada que ver Pamela, lo conozco hace muchos años y si comprometida – me levanto y camino de un lado al otro – pero eso quiere decir que será incomodo o peor que se entere Julián.
Mariana si no sientes nada por él, no tiene nada de malo trabajar con un ex – se me acerca Pamela – además es mejor que se lo cuentes tú misma a Julián antes que él lo vea en el hospital.
Entonces cuando vamos a ir a conocer tu nueva casa – se acerca a nosotras Andrea -eso lo más interesante que tus problemas.
Les parece el fin de semana – me siento con las manos en la cara – más bien porque no son buenas amigas y me acompañan a la guardia de esta noche.
Estas loca – se levanta Andrea negando con la cabeza – tengo planeado coger hasta la mañana con nuestro sexi residente.
Miro haciendo puchero a Pamela, pero no me mira, los nervios me ganan.
Pame por favor – junto mis manitos rogándole – no me dejes sola en la guerra.
Lo siento Mari, ya hice planes – la miro con resentimiento.
Como tienen el corazón para dejarme en esta situación – le levanto y me voy a mi habitación – cierren la puerta la salir que me quedaré tratando de no matarme.
Respira Mariana – me doy ánimos, estoy afuera media hora tratando de entrar, pero no tengo agallas – eres una profesional que trabaja en este hospital, el es parte de tu pasado y como dijo Pamela es normal trabajar con un ex – respiro nuevamente, pero nada.
A este paso entraras a firmar cuando acabe tu turno – salto del susto volteando enseguida hacia la persona que me habló – ¿café?
¿Qué haces acá? – grito asustada con la mano en el pecho – casi me matas del susto.
Salí a comprar café y te vi hace quince minutos que no puedes entrar – recibo él café con desconfianza – no esta envenenado.
Le doy un sorbo y no soy capaz de mirarlo, menos de formular palabras para responderlo.
¿Por qué no entras? – toma un sorbo sin deja de mirarme – sabes no te mataré.
No es por ti – doy otro sorbo largo tratando de disimilar que no me afecta – ayer perdí a un paciente por primera vez y no me siento capaz de entrar.
Me mira tratando de adivinar si estoy mintiendo, me mira a los ojos, esquivo su mirada hacia mi café.
Tarde o temprano te tenía que pasar – comienza a caminar, lo sigo – para algunos es menos doloroso, pero siempre lo recordarás.
¿Quién fue el primero para ti? – pregunto cuando llego a su lado – ¿fue muy doloroso?
El tuyo no fue él más doloroso te lo aseguro, no importa si lo conocías, si era niño o adulto – se detiene antes de llegar a la puerta – fue mi abuelita la primera.
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MARCAS SIN TINTA
Romancea veces no buscamos el amor pero cuando esta en tu destino hagas lo que hagas no podrás evitarlo, lo comprendí cuando el destino habló. mi Tita siempre decía cada persona dejará una marca en tu vida que no lo podras ver en la piel como un tatuaje p...