EXTRA 1

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 NAVIDAD PARTE 1

MARIANA

Ya es hora de viajar Mariana porque llegas muy tarde - el enojo en su voz me da risa - hablaré con mi hermano para que respete tu horario de trabajo.

No es su culpa - suavizó mi voz para que se tranquilice - me detuve para comprar alitas para comer en el camino.

Cómo quieras - agarra ambas maletas y caminamos mientras guardo mi comida en mi mochila.

Subimos al carro y avanzamos a una velocidad que si estaríamos en una situación normal me quedaría, pero ahora sí estamos desesperados.

Miro la hora y solo tenemos diez minutos o nos deja el autobús.

Puedes ir más rápido que no llegaremos a ese paso. - le ordeno

Cómo ordene señora. - aumenta la velocidad.

Llegamos a tiempo - salgo agarrando mi mochila mientras el saca las maletas - iré entrando para que nos esperen mientras estacionas el carro.

Está bien - lo dejo.

Espero que llegue con los boletos para subir, al ver que no hay nadie me da la impresión que solo quedamos nosotros dos. Lo veo llegar a lo lejos con las maletas.

Apúrate - le grito desde lejos.

Porque gritas no soy sordo Mariana - me responde despreocupado.

Somos los últimos - le digo con vergüenza mientras se acerca una señorita con uniforme.

Señores su boleto - nos pide.

Julián le entiende los boletos nos da una sonrisa.

Sus asientos son 4 y 5 que tengan un buen viaje - le sonrió como agradecimiento, agarro la mano de Julián y pasamos hasta el autobús. Subimos en el buscando los asientos.

Que voy a buscar y sin los únicos que quedan

Me siento hacia la venta y me acomodo bien inclinado el asiento como si fuera una cama. Mientras Julián me mira con mucha curiosidad.

Mi plan es dormir por si no lo notaste - le digo mientras que me suelto el cabello - pero primero voy a comer que me muero del hambre.

Veo que adelante de nosotros hay un niño sentado con su mamá, parece que tiene unos ocho años, su mamá le acomoda muy bien para que el también pueda dormir. La mayoría de las personas están listas para dormir menos Julián.

Saco de la mochila mi comida que lo abro y el olor de las alitas llegan a mi boca que se me hace agua. Comiendo a comer con muchas ganas devorándome todo muy rápido.

El niño me mira y solo le sonrío mientras como. Entra la misma señorita de los boletos y me mira con mucho desagrado. Se acerca a mí.

Señorita este es un autobús de primera clase está prohibido comer - me ve como mucha repulsión - guarde eso por favor.

Me quedo callada agarrando mi comida mientras los demás pasajeros se voltean a verme. La vergüenza hace que me vuelva tan roja como un tomate y solo soy capaz de mirar mi comida.

Tu sigue comiendo - la voz de Julián me quita la mirada de la comida que tengo.

¿Señor no entiende que está prohibido comer en el autobús? - la señorita alza la voz a Julián, pero este la mira con desprecio como si fuera inferior a él.

Si el problema es que mi novia coma lo que se le dé la gana en este mediocre autobús lo compro toda la agencia - la mira como cuando yo miro una rata con total asco y desprecio - y te lo aseguro que será tu último viaje, cuando lleguemos este y todos los autobuses será de esta mujer.

MARCAS SIN TINTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora