ABRY:
-Dos minutos...-dijo con la sonrisa más grande que le había visto lucir en todo el año.
-Un minuto-corrigió Sophie.
Y como era de esperar, Riley hizo un molesto ruido para hacernos callar a todas.
-Medio minuto...- terminé yo.
- ¡Ya es verano, guarras! -terminó por decir Riley, haciendo que todas diésemos un brinco ante su entusiasmo.
Me hubiese encantado hacer un cameo a High School Musical y tirar todos los libros por los aires sin importarme nada en absoluto, pero la triste realidad no era otra que aparte de ganarme la bronca del siglo y las miradas de extrañeza más profundas del mundo, tendría que recoger el estropicio nada más haberlo hecho. Y dado que yo era conocida por ser una de las personas más vagas sobre la faz de la tierra, decidí recoger los libros, fingiendo ser una persona normal.
Tras recoger todo, salí de clase del brazo de Ally, cuya sonrisa no se evaporó. Lo cierto era que, desde que habían empezado a salir con un grupo de "chicos malos" a todas se les había pegado esa estúpida sonrisa, teniendo todas las probabilidades de acabar enamoradas de uno de ellos y consecuentemente, con el corazón partido. ¿Y quién iba a recoger todos esos trozos y a gastar todo su verano en pegarlos cuidadosamente con pegamento de larga duración? Servidora.
Por mi parte, en cambio, tras todo lo ocurrido durante el curso pasado y parte de este último, había decidido cerrar mi corazón y disfrutar del verano con mis amigas y con algún que otro amigo-especial. Nada serio.
-¡Chicas! ¡Que ya es verano!-gritó Sophie, por decimonovena vez desde que el timbre había sonado en clase.
-No me digas- espetó Riley, con la más dulce de sus entonaciones.
-¿A dónde vamos?-pregunté yo, a pesar de que ya conocía la respuesta: pensaban llevarme a esa casa de pacotilla que compartía todo ese grupo de "chicos malos" a la cual, en medio de una terrible borrachera tras mi cuarta ruptura con Marcos, había, trágicamente, accedido a ir.
Lo único que recibí a cambio fue la cara de pervertida profesional de Ally. Y lo único que ella recibió a cambio fue mi mirada de "que te den, Allyson Smith."
-Vale... vamos... a...-comencé.
-¿Y si vamos a ver a Molly?-interrumpió Haily.
-¿Quién es Molly?-pregunté, rezando porque me dejasen cambiar el plan.
-¡Es verdad! Tú aún no la conoces.-dijo Ally, con ese tono que decía que ella sabía algo que yo no.
-Ilumíname... ¿Quién es?
-Es nueva en la ciudad, yo la conocía porque íbamos al mismo colegio, ahora está con los de la fraternidad. No es precisamente una buena...persona, pero es la que nos ha enchufado con los chicos, así qué... ¿qué decís? -me explica Haily.
Ahí fue cuando me resigné a mi destino y decidí que lo mejor era ir a aquel lugar una vez, olvidarme del tema y luego ya podría tener el verano con el que había estado soñando. Lo que no sabía entonces era que mi vida jamás volvería a ser la misma y que a pesar de todo el sufrimiento, siempre estaría en deuda con mi alocada mejor amiga por llevarme a rastras al siempre repleto de mierda suelo de aquella casa.
Media hora más tarde, estábamos enfrente de una casa gigante de mal gusto repleta hasta los topes con borrachos y gente con vasos rojos, botellas y porros por todas partes.
Y eso que eran las cuatro de la tarde.
Perdí a Haily y Riley entre el gentío a los cinco minutos de haber entrado en esa mugre a la que llamaban casa. Sophie y Ally parecían más cómodas que yo rodeada de tantos adolescentes con tatuajes y piercings por todas partes, mientras que yo me sentía totalmente fuera de lugar. Entre un grupo de gente destacaba el pelo azul de Riley que parecía sentirse más cómoda que nunca. Estaba hablando con una chica que no encajaba tanto con el ambiente de desmadre absoluto, a diferencia de ella. Al instante me sentí identificada con ella, como si se notase que ambas estábamos de sobra en un antro tal. Cuando me dirigía a acercarme a ella, para charlar un poco y hacer este suplicio algo más ameno, alguien me agarró del hombro y me obligó a frenar en seco.

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UNA DE ELLOS en edición
Teen FictionAbry, una chica de 17 años que está en su segundo año de instituto, vive en California y tiene su grupo de amigas. Toda su vida cambia cuando conoce a David. Poco a poco va formando parte de su grupo de amigos hasta que se convierte en una de ellos...