HAILY:
-Todos van a ir, deja de quejarte.
-Es que...
Le regalo mi mirada asesina y se calla al instante.
-Das miedo.-susurra.
-Pero me quieres...
-Bueno...-le doy un codazo y él se ríe.-Sabes que soy adorable.
-No. Ni un poquito.
-¿Ni un poquito?
Niego con la cabeza y me muerdo el labio mientras camino hacia atrás hasta chocar con la pared. Él va caminando lentamente hacia mi hasta que nuestros labios chocan, junto con nuestras caderas. Gimo. Empieza a besarme el cuello, la oreja... Vuelvo a gemir. Cierro los ojos y giro la cabeza, dándole total acceso a mi cuello. Él sonríe contra mi piel y me muerde el lóbulo de la oreja. Me aferro a sus brazos. Me agarra el bajo de la camiseta y tira de ella hacia arriba. Le suelto los brazos y los subo para que pueda quitármela. En dos segundos, él hace lo mismo con su camiseta y me empuja contra la cama.
-Ethan...-gimo.
ETHAN:
-Vamos a llegar tarde...-le digo mientras entro en el baño.- ¿Como puedes tardar tanto en maquillarte? No lo necesitas. Yo te veo más guapa sin él.
-Eres adorable, pero me temo que no es cierto.
-¿Me tomas por mentiroso?
-Ajá...-susurra.
-Deja de mirarme así o nunca llegaremos a esa fiesta.
Ella hace un mohín. Sonrío, le beso la mejilla y tiro de ella hacia la puerta del baño.
-Tienes cinco minutos.-digo y sonríe. Me empuja al sofá y a acercándose lentamente.
-Joder, Haily.-suspiro cinco minutos después.-Es verdad que solo necesitabas cinco minutos.-digo mientras me subo los pantalones. Ella sonríe de oreja a oreja, se retoca el maquillaje y salimos de ahí enseguida. Dos horas después, Haily está borracha como una cuba, y se tambalea de un lado a otro del pasillo hasta que llegamos al baño de la fraternidad.
-Perdona.
-¿Por?
-Porque me tengas que hacer de niñera.-susurra.
-No pasa nada. Pero no quiero que me beses hasta que te hayas lavado los dientes por lo menos 20 veces.
Ella sonríe, pero enseguida vuelve a agacharse sobre el váter. Le agarro el pelo por quinta vez esta noche, y dejo que vomite. Cuando por fin parece que no le queda nada más que echar en el organismo, para. Le ayudo a bajar las escaleras pero cuando llego, me cruzo con Jason.
-Eyyy... ¿a dónde vais?
-A casa. Está como una cuba.
-Quedaros un rato.
-Que va. Ya nos veremos, tío.
-¡Otraaa!-grita entonces, y todos los presentes dan un trago más de sus vasos rojos.
-Haily...-suspiro, pero no la veo. Mierda. Empiezo a dar vueltas por toda la casa, pero no la encuentro. Me subo a una mesa para ver si está entre la multitud del primer piso, pero solo veo un montón de borrachos, y ninguno de ellos es mi borracha.
-¿¡Haily!?
Entonces Abry se me acerca y me grita por encima de la música:
-¡Está en el jardín! ¡Fuera!
Salgo como puedo de la casa y me la encuentro tumbada sola en medio del césped.
-¿Qué haces, cariño?
-Ver lasss esstrreelllassss.-susurra ella arrastrando las palabras otra vez.
-Vamos a casa por favor.
-Vale...
La cojo en brazos y consigo meterla en mi coche. Por suerte, no vomita hasta que esta otra vez en el baño de mi casa.
n-bott'd
ESTÁS LEYENDO
UNA DE ELLOS en edición
Ficção AdolescenteAbry, una chica de 17 años que está en su segundo año de instituto, vive en California y tiene su grupo de amigas. Toda su vida cambia cuando conoce a David. Poco a poco va formando parte de su grupo de amigos hasta que se convierte en una de ellos...