ABRY:
No tardamos mucho en retomar la conversación al salir de clase. En un inicio, Ally no paraba de evitar la pregunta, preguntándome por unas calificaciones que ya conocía o comentando el corte de pelo de un chico de clase y cosas por el estilo.
Sin embargo, se resintió ante mi persistencia, contándome toda la historia.
Bueno, parte de ella.
-Según tengo entendido, y que quede claro que yo apenas sé nada del tema...ambos fueron al mismo instituto. Había una chica. Solo sé que era rubia, y tenía los ojos oscuros. Thomas salía con ella, pero a David se le había metido entre ceja y ceja, y no paró hasta conseguirla. Ella jugó con ambos. Sé que después de eso empezaron a pelearse de manera desastrosa.
-Pero no lo entiendo. Si ella estaba con Thomas, ¿qué pasó?
-Abs, te he contado todo lo que sé.
El resto del día, aquella historia contada obviamente desde el punto de vista de Thomas me mantuvo ocupada. No paraba de hacerme preguntas sobre esa chica, sobre la actuación de David en la historia y sobre el final de ésta. Si ella estuvo jugando con ambos, no sabía como los dos chicos podían haber caído por ella.
Tampoco era capaz de olvidar ese beso tan sacado de contexto en el instituto. Y tampoco podía respirar sin darle vueltas a aquella proposición. Así que mandé un mensaje a ambos, pidiéndoles vernos en persona.
Y eso hice.
THOMAS:
Tras leer el mensaje que Abry me había enviado, los recuerdos me invadieron.
Casi podía palpar las tristes similitudes de aquella historia repetida. Podía ver como aquellos cabellos rojos se tornaban dorados, era paz de percipir su nombre con mis labios.
Enseguida pretendí dejar de evocar aquel recuerdo. Intenté mostrarme a mí mismo todas las diferencias entre ambas chicas. Kate era egoísta, y era muy consciente de que jugaba conmigo pero, como se suele decir, nos atrae lo que nos hiere. Nos da vida lo que nos mata. Y a mí ella me mataba. Aún recordaba el dolor que me causó la noticia de Wate y ella. Aún recordaba todo lo que pasó después.
Sin embargo, me forcé por tercera vez a dejar de pensar en el tema, a dejar de comparar a ambas, en dejar de pensar en ese tío.
Intenté centrarme en Abry, una dulce distracción de la chica a la que realmente quería. Normalmente me sentiría fatal por utilizar en cierta manera a una mujer que no me había hecho nada. Sin embargo, ¿acaso no buscaba ella en mí lo mismo que ansiaba yo de ella? Me planteé, por otro lado, hasta que punto llegaría mi actuación. Si no acabaría quedándome prendado en exceso. Pero el saber que ella se encontraba en la misma posición que yo desde luego cambiaba mis percepciones. Por otro lado, odiaba saber que la persona a la cual le iba a acercar, era Wate. Una vez más.
Cuando miré la hora, ya era demasiado tarde. Por lo que tuve que darme mucha más prisa de a que había planeado. Llegué 15 minutos tarde, y me maldije a mí mismo por haberla hecho esperar.
Nada más verla, y no me siento orgulloso de lo siguiente. A pesar de lo consciente que era yo de la situación que nos llevábamos entre manos, no pude evitar fijarme en el borde de su falda y en como el acabado de ella se centraba en sus piernas y se me perdía la vista en ellas.
Estaba distraído en ellas cuando vi algo por encima del hombro de ella, mientras escuchaba de fondo cómo ella me hablaba, sin realmente escucharle una sola palabra.
Actué más rápido de lo que pensaba que lo haría. Me incliné sobre ella, ante su ceño fruncido, y posé mis labios sobre los suyos. No quería que fuese un beso suave y lo intensifiqué en cuanto pude.
Para mi desgracia, estaba siendo demasiado placentero. Intenté centrarme en que nada de eso era real mientras ella se iba relajando respecto a mi cuerpo, mientras sus labios se fundían con los míos.
Ni siquiera fue un beso largo. En seguida noté como la causa de ese beso tiraba de mí para separarme de ella de la manera más abrupta posible.
Entonces fue cuando vino algo que realmente no me esperaba. Tras la separación y la cara de completa incredulidad de Abry, apenas fui capaz de abrir los ojos cuando un puño encontró a mi nariz.
Levanté la mirada hacia David Wate, escupí sangre en un lado, y me levanté para devolverle el golpe.
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UNA DE ELLOS en edición
Novela JuvenilAbry, una chica de 17 años que está en su segundo año de instituto, vive en California y tiene su grupo de amigas. Toda su vida cambia cuando conoce a David. Poco a poco va formando parte de su grupo de amigos hasta que se convierte en una de ellos...