CAPÍTULO 29: Consecuencias

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ABRY:

Después de lo que habíamos pasado todos, durante tantos meses, nada había servido. Después de las peleas, después del accidente de David, de que yo ingresara en el hospital, después de que Marcos regresara y de que Molly cambiara aparentemente por él. Después de que Ally y Thomas por fin estuvieran juntos, y después de que Sophie y Jason superaran todas sus diferencias... nada había servido.

Hace ya cinco días desde que nos enteramos del desliz que tuvieron Jason y Molly. Ninguno de los que antes éramos de la cuadrilla ha hablado con nadie.

Yo solo hablo con Ally una vez por semana. Ella está perfecta. Es la única que no ha sufrido las consecuencias de nuestros amigos. Thomas y ella aún son un secreto para sus familias, pero hoy me ha llamado para decirme que tienen una comida familiar, y que tienen planeado soltar la bomba.

Sophie lleva cinco días sin salir de casa. No para de repetir que se lo advertimos, que ya sabía donde se metía. Que ya sabía cómo era Jason cuando empezaron a salir. Se está planteando que nunca la quiso. Pero no es cierto. He visto como la miraba, y no puedo dejar de preguntarme si David me ha mirado alguna vez así.

Jason y Molly no han vuelto a estar juntos. Haily me ha estado poniendo al tanto. Al parecer, Molly estaba borracha, en una de esas fiestas de fraternidad, y Jason apareció. Iban disfrazados y borrachos. No se acuerdan de nada. A la mañana siguiente, se despertaron abrazados en una cama de una de las miles habitaciones de la fraternidad, desnudos. Los dos decidieron que sería mejor ir con la verdad por delante, y decirle todo a sus parejas. Claramente, no fue una sabia decisión.

Haily está feliz. No parece ella misma. Al principio, utilizaba a Ethan, pero le ama. Sé como le mira, y como se le ilumina el rostro y la mirada cada vez que me habla de él. Me alegro por ella. Se merece algo mejor que ser el rollo de una noche de los chicos tatuados de la universidad.

Riley y Brit, hace un tiempo que dejaron de salir. Se han apartado. Mañana empezamos al instituto. Ni siquiera sé s al final Riley se va a cambiar para estar todavía más tiempo con Bridget.

Marcos está dolido. No se cree lo que ha pasado. Después de cómo me trató, estuvo todo el día llamándome sin parar. Llevamos quedando desde entonces. Siempre hemos ido amigos. Es verdad que durante un tiempo fuimos más que eso, pero estamos bien así. Es mejor amigo que novio, eso sin duda.

Y... Bueno y David y yo, después de pasar junto a él los dos mejores meses de mi vida, por una chorrada como el hecho de que Marcos sea mi amigo, lo ha echado todo a perder. Le sigo queriendo. De vez en cuando me manda un: hola. Yo me limito a ignorarle, sé que sabe que lo ignoro, pero me da igual.

Resulta que ahora todos los chicos se han hecho amigos. Thomas y Jason se han hecho amigos íntimos. David y Marcos se soportan. Les conviene. Los cuatro, se han hecho inseparables.

ALLY:

-Tranquila, preciosa.-susurra él, y me da un beso en la sien.

-Me da miedo lo que puedan pensar.-digo mientras escondo la cara en su pecho, y me sorprende mucho cuando dice:

-Y también...

Y entonces hago lo que más miedo me da. Toco el timbre de la casa de Thom y me encuentro con el amable rostro de Theresa.

-¡Ally! Me alegro de verte.-dice, y me envuelve en sus brazos.

-Igualmente- susurro aplastada.

-Mamá afloja un poco, la vas a ahogar.

-Perdona cielo.-masculla ella. -¡Pasad! ¡Tus padres están ya en la mesa, Allyson!

Ambos nos miramos, y nuestras manos se encuentran, entrelazándose.

-Te quiero.-susurra.

-Te quiero.-contesto.

-¡Ally, cariño!-grita mi madre desde la otra punta de la habitación, haciendo que suelte a Thomas para ir a saludarla.

-Mamá.-saludo.-Papá.-digo abrazándolo.

-Hola señor y señora, Smith.

-Por favor, Thomas...

-Bueno... Hola Michelle, hola Ronald.

-Hola hijo.-dice mi padre, y le da un apretón de manos.

Hijo. Mi padre acaba de llamar hijo al chico que aún no sabe que es mi novio. Quizá no reaccionen tan mal como esperaba.

-Thomas. Me dijiste que tenías algo para contarnos, ¿no?

-¿No podemos esperar a que acabemos de cenar, papá?-masculla él.

-¿Qué has hecho?-le acusa su madre.

-Nada. Nada malo.

-Pues suéltalo.

-Vale, vale... Haber... ¿recordáis que os dije que realmente nunca había salido con Abry?-dice y todos asienten.-Bueno... pues al poco tiempo de eso, empecé a salir con otra chica.

-¡Me alegro!-grita su madre, y corre a su encuentro.-¿Cuánto tiempo lleváis saliendo?

-Tres meses.

-Oh...-susurran las dos madres.

-Pero... eso no es todo.

-¿Qué pasa, hijo? ¡Suéltalo ya! ¡Me estás poniendo nerviosa!-le riñe su madre.

-Eh...la chica... esa chica con la que estoy saliendo, es...

-¿Quién?-lo presiona la cotilla de mi madre.

-Es...-balbucea.

-¿Es...?

-¡Soy yo!-grito yo, al fin.

Todos giran la cabeza para mirarme, atónitos. Se me para el pulso y siento que no puedo respirar. Nadie reacciona. Pero me relajo al instante cuando veo que Theresa corre hacia mí con lágrimas en los ojos.

-No me lo puedo creer... ¿Tres meses?-masculla. Yo solo asiento. Aún tengo un nudo en el estómago, pero también desaparece cuando Theresa me suelta y veo a su hijo detrás suyo, con los brazos abiertos.

-Te quiero.-le susurro cuando ya estoy protegida por sus brazos.

-Te quiero.-susurra él.

-¡Que tierno!-grita mi madre por fin.


UNA DE ELLOS en ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora