CAPÍTULO 23: Reencuentro

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ALLY:

Tengo a Thomas agarrándome de la cintura para estamparme contra la pared del edificio y pegar sus labios a los míos. Es la sensación que llevo anhelando desde hace 8 años. Me encanta la manera en la que sus manos se aferran a mi cintura, la manera en la que nuestras caderas chocan, la manera en la que su lengua intenta abrirse paso entre mis labios para llegar a la mía, la manera en la que mis uñas se aferran a sus brazos y la manera en la que su cuerpo me inmoviliza contra la pared.

-Thom...-susurro en su boca.

-No hables.-dice él.

-Tenemos que hablar esto...-se aparta de mala gana de mí y pone cara exasperada.

-Me gustas, ¿vale?-no puedo evitar sonreír como una colegiala.

-¿Desde cuándo?

-Desde siempre.

-Abry...

-Creía que me gustaba, pero ella le quiere a él. Hoy, al verles besarse me he dado cuenta, mientras se besaban, lo único en lo que pensaba yo, era en hacerte lo mismo a ti. Y después del discursito es cuando tú me dices que sientes lo mismo, y nos besamos como en las películas.-dice él con una risa nerviosa.

-Siento lo mismo.-recorro el poco espacio que nos separa y hago que nuestros labios vuelvan a fundirse en un tierno beso.

-Creo que las chicas deberían saber lo de Abry.-le digo a Thom, cuando nos subimos a su coche.

-Me parece bien.-sonríe.

-Estás de mejor humor.

-Acabar el día con los labios junto a los tuyos es señal de buen augurio.-dice encogiéndose de hombros. Me río como una tonta y entrelazo sus dedos con los míos.

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HAILY:

-¿Un accidente?¿Porqué ninguna de nosotras sabía nada de esto?-pregunto.

-No lo sé... David no os iba a llamar, claro está...y Abry... Ha estado mal. Thomas lleva desde entonces encerrado en su cuarto y yo... te aviso ahora.-dice Ally al otro lado del teléfono.

-¿David está bien?-pregunta Molly.

-Sí. Ya le han dado el alta. La que está mal es Abry.

-¿Qué le ha pasado?-pregunta Sophie, acurrucándose en el pecho de Jason.

-Está ingresada por bulimia...

-¿Bulimia?-ahogo un grito.

-Tenemos que ir a verla.-propone Ally.

-Mañana mismo.-afirma Riley besándole el pelo a Bridget.

ALLY:

Al día siguiente todas fuimos a ver a Abry, incluido Marcos, que fue chantajeado por Molly. David estaba en la puerta, con la cabeza entre las manos, claramente cansado y frustrado.

-Hola.-musita.

-Vamos. Solo tenemos media hora.

Todos nos encaminamos a la planta siete, Marcos, David, Bridget y yo por las escaleras y las vagas de Molly, Haily y Riley, en ascensor. Fuimos entrando por turnos. Primero entró Bridget, que como apenas conoce a Abry, salió enseguida. Luego entró Riley, se oyeron unas cuantas risas y salió bastante rápido. Como ellas dos, fueron las primeras en entrar, se fueron a casa directamente. Haily fue la siguiente.

-¿Quien entra ahora?-preguntó, nada más salir.

-Yo.-dije, y sin esperar respuesta, entré en la habitación.

-Hola.-susurró Abry.

-¿Cómo estás? Sé que solo hace un día que no te veo, pero... estoy preocupada. He hablado con Anne. Dice que estás cogiendo peso y que me tranquilice, que ellos controlan lo que comes.

-Te ha informado bien. La comida aquí es horrible.-dice, y las dos reímos.

-Supongo que te has dado cuenta de que se lo he contado a todas. Espero que no me odies.

-Si no lo hacías tú, alguien se daría cuenta. Aparte de que les tendría que llamar tarde o temprano.

-Se te ve mejor. Tus mejillas vuelven a tener color, y ya no estás pálida. Y es verdad que has engordado.

-Tampoco te pases.

-Bueno, voy a dejar un poco de tiempo para el resto. Todavía faltan, Molly, Marcos y David, y son las visitas importantes.

-¿Molly ha venido? ¿Enserio? Espera... has dicho Marcos. ¿Que Marcos?

-Ya sabes ese chico tan mono, que fue tu novio, ese que nos presento. Te aviso.-digo mientras admiro como la mandíbula de Abry va cayendo al suelo.-Está con Molly. Chao.

-¡Ally! ¡No te puedes ir así! ¡Vuelve!-grita mientras salgo de la habitación.

-Suerte...-susurro al pasar frente a Marcos, que pasa su brazo alrededor de los hombros de Molly.

Salgo del hospital a toda prisa, a sabiendas de que Thom, me está esperando en la entrada, y como siempre, está apoyado en el capó de su coche, mordiéndose el labio. Corro a sus brazos y le planto mil besos por toda la cara, en la comisura de su boca, en sus labios, en la mejilla...

ABRY:

Me quedo paralizada en la cama. Esperaba no volver a ver a Marcos. Sé que se gradúa en un par de meses, y esperaba no tener que verlo en ese pequeño periodo de tiempo. Estoy intentando mantener la calma, cuando de repente, la puerta se abre y me encuentro con un diablo pelirrosa cogida de la mano de un chico completamente cambiado.

-Hola Abry. ¿Cómo te encuentras?-dice ella, ocultando sus cuernos de diablo pelirrosa.

-Mejor. Gracias por venir, chicos.

-No es molestia.-responde ella por los dos.

-No, enserio. Habéis venido todos. Gracias, de veras.

-Cuanto tiempo.-susurra él por fin.

-Demasiado quizá.

-Quizá.- asegura.

-Veo que te va bien.

-Eso parece, ¿eh?

-Te gradúas en dos meses, ¿no?

-Sí. Después me iré a Nueva York.

-Uau. Me alegro por ti. Ha sido tu sueño desde pequeño.

-Ya ves.

-Bueeeeno...-concluye Molly, y por una vez, le agradezco que haya acabado con ésta situación tan incómoda.-Si estás bien, nos vamos. Todavía te faltan diez minutos, mejor se los dejo a tu novio. Lleva todo el día sentado en la puerta, esperando a que le dejaran entrar.

-Estoy bien. Ya nos veremos. Me alegra haberos visto. A los dos.

-Igualmente.-susurra Marcos.


UNA DE ELLOS en ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora