CAPÍTULO 14: Triángulo amoroso

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ABRY:

No entiendo que ha pasado. ¿Le habré hecho daño a Thomas? ¿De qué cena estaban hablando? ¿Porque ya no somos amigos? ¿Debería llamar a David después de todo esto? ¿Volveré a hablar con Thomas?... Demasiadas preguntas que no soy capaz de responder...

Realmente estoy hecha un maldito lío. No sé qué hacer. Las cosas con David van bien, demasiado rápidas quizá, pero han pasado muchas cosas desde final de curso. He conocido a un diablo pelirrosa, a un macarra y a todos sus amigos, a un chico bueno y dulce, y me he enamorado. No sé si es amor realmente. Prácticamente no le conozco. Y me duele solo de pensarlo pero es la pura verdad. El año pasado ni siquiera había dado mi primer beso y ahora... la verdad es que no lo sé.

He tenido dos novios desde entonces y con el primero duré bastante. El segundo fue mi mejor amigo antes de ser nada más. Un día lo fastidio todo, queriendo estar conmigo. Lo peor es que a mí me gustaba y acepte. Y después de rechazarle una vez haber aceptado perdimos el contacto. Dejamos de hablar todos los días, de desearnos las buenas noches y los buenos días.

Dejé de pensar en él de esa manera, pero él dejó de pensar en mí de todas las maneras posibles. Me da miedo que al ir tan deprisa con David, se acabe todo tan deprisa como ha empezado. Lo cierto es que esa maldita idea me aterra. Con mis amigas todo ha cambiado también, el año pasado tenía mis mejores amigas, mi novio perfecto... éramos la pareja perfecta. Los más populares de todo el instituto. Pero entonces hice un trabajo con un chico de clase y se convirtió en mi mejor amigo. Él me presentó a Ally y a Sophie.

Resulta que tenían una amiga que era diferente al resto, y me cayó genial al instante. Comencé a distanciarme de mi anterior grupo de amigas por estar con ellas y rompí con Carlos. Riley conocía a un grupo de gente totalmente diferente a mí. Así fue como conocí a Haily. Era completamente ajena a todo y mi pequeño grupo de amigos comenzamos a hacer tonterías, a desmadrarnos. Ya no me importaba nada aprobar o suspender mientras al día siguiente me fuera de fiesta. Y en cierto modo, sigue sin importarme, pero hemos cambiado, juntas.

Me sigue doliendo lo que pasó con Marcos, ya nadie de nosotras habla con él. Ahora vamos por ramas de estudio diferentes, así que casi nunca le veo. Todo ha cambiado en muy poco tiempo.

Dentro de nada cada cual seguirá su camino, todos iremos a la universidad, y cada cual hará lo que siempre ha deseado.

-¿Abry?- me pregunta Ally despertándome de todos mis pensamientos.

-Sí, perdona, dime anda.

-Nada, toma el teléfono, ¿sigues queriendo llamar a David no?

-Eh... claro.

Ally me da el móvil y marco el teléfono de David. No me puedo creer que ya me sepa su número de memoria.

-Abry.-dice a otro lado.

-Si... ¿puedes venir a buscarme? Estoy en casa de Ally.

-Claro, llegaré en nada, nena.

-Gracias cielo.

Cuando cuelgo, Ally está mirándome con una sonrisa tonta en la cara evitando reírse, y entonces estalla a carcajadas.

-Que cursis sois. No me puedo creer que un chico como David, con tantos tatuajes y tantos pircings, sea tan cursi. Sois adorables.

-Cállate.-digo echándome a reír con ella.

-Siéntate. Puedes quedarte aquí hasta que tu príncipe azul venga a buscarte.

-Más bien es mi dragón, diría yo.

-Si...algo así.

Cinco minutos más tarde estoy subiéndome a la moto de David y despidiéndome de Ally. Me sabe mal lo que ha pasado con Thomas, y sigo echa un lío. No quiero perderle como amigo, ni como nada más. Es importante para mí, porque aunque al final no haya pasado nada entre nosotros, quiero estar con él. Es una gran persona, majísimo y he de admitir que es bastante guapo. No puedo evitar sentirme mal por él cada vez que estoy con David.

Al fin y al cabo, sentí algo por él antes que por Tomas aunque con Thomas llegara un poco más allá de un beso. El primer beso que he dado este año ha sido con David, pero no puedo evitar sentirme mal por Thomas, siento que le he utilizado, aunque durante un segundo, si que quise tener algo con él. Pero no puedo evitar pensar que habría pasado si mi padre no entrara en mi habitación mientras yo estaba con Thomas.

Todo habría cambiado, seguramente, ahora mismo estaría saliendo con Thomas, David seguiría saliendo con Molly, y yo no habría hecho daño a nadie. Ahora en cambio, estoy saliendo con David, Thomas casi ni me habla, y Molly es más insoportable que nunca. David y yo llegamos unos diez minutos después a la fraternidad.

-¿Quieres quedarte a cenar?

-Si por favor...

-¿Pizza?¿Chino?¿Kebab

-Que sano eres por favor...

-¿Ensalada?

-Prefiero pizza.-digo guiñándole el ojo.

-Como tú digas, nena.

-¡Eee! ¡Vosotros dos!-ambos nos giramos para ver quién nos está gritando y me encuentro con Jason y con Molly. Genial.

-Abry, ¿tienes el teléfono de Sophie?

-Eh...claro.

-¿Me lo das?-dice él con una sonrisa radiante.

-Claro.-le doy el teléfono y me despido de él. Pero cuando nos damos media vuelta, el diablo pelirrosa me grita:

-¡Eh! ¡Si, monjita si, te hablo a ti!

-¿Qué quieres Molly?

-Nada, solo quiero que sepas que no te fíes de él, a la mínima vendrá corriendo a buscarme.

-Cállate Molly.-dice David.

-Pues espera sentada, cariño.-le dedico mi mejor sonrisa falsa y agarro de la mano a David mientras subimos las escaleras hacia su habitación. Ahora mismo me siento poderosa, acabo de dejar en la entrada a un diablo pelirrosa boquiabierta por haberle cogido la mano a David y dejarla mal.

UNA DE ELLOS en ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora