CAPÍTULO 9: SACAR A ALGUIEN DEL ARMARIO

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CAPÍTULO 9: SACAR A ALGUIEN DEL ARMARIO

Sebastian estaba en un callejón sin salida que quedaba de camino entre Dalton y Crowford. Solía ir allí para encontrarse con Santana a horas prohibidas, como ese momento, que eran las nueve de la noche y se suponía que debería estar estudiando en su academia. Sin embargo, la llamada de su amiga, totalmente aterrorizada y desesperada había conseguido que saltara el muro que rodeaba su colegio para reunirse con ella.

La latina llegó poco después que él, ambos llevaban sus uniformes y se abrazaron tan pronto se encontraron uno frente a otro.

– ¿Qué pasa? – El castaño preguntó mientras guiaba a su amiga hacia unos escalones que daban a una puerta. Se sentaron los dos ahí y ella se apoyó en su hombro.

– Estoy asustada, no sé qué hacer y pensé que tú podrías tener la respuesta.

– Sabes que puedes contarme lo que sea.

La morena le dio un libro y el ojiverde se quedó mirando la portada con el ceño fruncido.

"La homosexualidad, una enfermedad con cura"

– San... No creo que sea un libro que debas leer. La homosexualidad no es ninguna enfermedad y mucho menos tiene cura. – El chico comentó preocupado.

– Lo sé, de verdad. No es mío... No me gusta sacar a nadie del armario pero estoy desesperada... – Lopez suspiró antes de seguir. – Lo saqué de la habitación de Blaine.

– ¿Qué? – Smythe estaba claramente sorprendido.

– Su abuela habló conmigo... Me pidió que lo ayudara a ser él mismo... Su familia era realmente rara, estaban muy felices de que estuviera allí con él e incluso nos dejaron quedarnos a solas en su habitación... Al ver ese libro y las palabras de su abuela... Creo que su familia lo está presionando para que sea heterosexual y creo que él se está esforzando para conseguirlo y por eso está saliendo conmigo a pesar de que me tiene miedo. – Santana frunció el ceño.

– ¿Y qué te preocupa? No es como si te pudiera hacer daño, tú eres lesbiana... Tal vez sólo esté haciendo lo mismo que tú, tal vez sólo esté intentando sobrevivir en su familia hasta que se vaya a la universidad y sea totalmente libre. – Sebastian intentó razonar.

– No lo sé pero... He leído ese libro, quería saber a qué me iba a enfrentar y... Bueno, debo decir que me da miedo... Hay cosas realmente peligrosas ahí... Si Blaine ha intentado hacer algo de eso... – La morena susurró.

– ¿Qué cosas? – El castaño estaba realmente preocupado. Sabía que había muchas posibilidades de que su compañero de habitación estuviera siguiendo esas indicaciones, por mucho que dijera lo contrario para tranquilizar a su amiga.

– Habla de castigos físicos e incluso de suicidio para liberar el alma de las tentaciones del cuerpo. – La latina estaba realmente asustada y tenía motivos para ello. El estudiante de Dalton soltó el libro, como si quemara, haciendo que éste cayera en el suelo, haciendo un ruido seco.


Blaine entró a su habitación y descubrió que Sebastian estaba leyendo un libro en la cama. No le dio ninguna importancia y decidió ir al baño a quitarse el gel de su pelo y cambiarse de ropa para dormir. Como no podía ser de otra manera, volvió a cortarse con una de sus cuchillas como castigo por todos los pensamientos de ese día. Aun seguía pensando en lo que vio en la habitación y lo que era peor, empezaba a imaginarse otras escenas similares. El algunas sólo desaparecía la ropa que llevaban los dos, dejándolos totalmente desnudos. En otras, era él mismo el que sustituía a uno de los dos, en otras él se incorporaba a la escena para disfrutar de un trío con dos chicos realmente apuestos. Ninguna de esas fantasías le ayudaba en su misión de ser heterosexual y por eso clavó la cuchilla con más insistencia, intentando que doliera más.


Sebastian no pudo evitar mirar a su compañero cuando salía del baño con el pijama ya puesto. Intentó recordar cuando había sido la última vez que lo había visto desnudo y se dio cuenta de algo, jamás lo había hecho. Por las noches entraba al baño con su uniforme y salía con su pijama o ropa cómoda y por las mañanas se duchaba y salía ya con su uniforme. No había llegado a verlo siquiera en calzoncillos. Eso podía tener dos motivos, o bien su compañero era realmente tímido o tenía algo que ocultar... Tal vez unas heridas autoprovocadas como "castigo".

– Blaine... ¿Podemos hablar? – El castaño preguntó.

– Claro... ¿De qué quieres hablar? – El moreno se sentó en su cama mirando a su amigo.

– Sé que... Siempre soy un poco duro y distante con mis palabras pero... Si tienes algún problema y quieres hablar conmigo... Sabes que puedes hacerlo, ¿no? – El ojiverde analizó la reacción del otro pero no percibió nada.

– Gracias, lo tendré en cuenta... Pero ya hablé con Sam y me explicó vuestros encuentros...

– No me refiero a eso. Al final, con nuestras familias lejos, nosotros somos una familia en sí misma. Nos tenemos que apoyar los unos a los otros y... Bueno, me gustaría saber si te sientes bien en Dalton... – Smythe no sabía por qué tenía tantos problemas en tantear a su compañero.

– Estoy bien... Todos han sido muy simpáticos conmigo. – El ojimiel confesó sonriente.

– Está bien pero... ¿Hablarás conmigo si algo te molesta? Ya sea sobre Dalton, sobre tu familia, alguna creencia o ideología que choque con las normas de tolerancia y aceptación de la academia. – Sebastian se alegró por haber sido capaz de encontrar el camino hacia el punto que él quería tratar.

– Bueno... Debo confesar que es la primera vez que tengo compañeros gays. – El castaño miró al otro, no podía creer que sus palabras pudieran hacer que Anderson confesara su condición. – Creo que tengo problemas para comportarme de manera normal con vosotros... Y no quiero meter la pata, sois muy amables y generosos y yo... No quiero haceros daño o molestaros con algún comentario o gesto inapropiado.

La decepción que sintió el ojiverde fue inmensa y casi gritó a Blaine que sabía su secreto. Sin embargo, haizo un gran esfuerzo por mantener la compostura y no mostrar su molestia.

– Sólo... Sé tú mismo, no pienses en nosotros como gays y... Todo saldrá bien...

– Lo tendré en cuenta.

El moreno se sentía feliz por haber conseguido romper la barrera que había entre su compañero y él, pero desconocía la intención "oculta" del otro. Sentía que Dalton se había convertido en su hogar y era feliz de poder haber encontrado un lugar en el que, tal vez, pudiera ser feliz.

A Whole New World (Fic Seblaine - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora