CAPÍTULO 19: LA BODA

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CAPÍTULO 19: LA BODA

Santana llegó a Dalton con su uniforme de Crawford. Varios chicos silbaban a su paso y ella estaba encantada con las miradas que todos le dirigían. Le gustaba ser el centro de atención y estaba segura de que todos los alumnos heterosexuales de Dalton deseaban estar con ella. Por eso caminaba con sensualidad, dejando que su larga melena morena ondeara por sus movimientos. Le encantaba provocar y un internado sólo para chicos era un paraíso para ella.

Por mucho que le gustaran las miradas que le dedicaran, el motivo por el que había acudido a la academia para varones era muy diferente. Necesitaba hablar con Blaine y esperaba encontrarlo pronto. Era muy importante, al menos para ella, porque quería pedirle un gran favor. Uno que supondría una gran prueba a su pacto y tal vez a su amistad.

La chica se asomó a la sala de los Warblers y pudo ver a varios de los miembros del club Glee pasando tiempo juntos. No pudo evitar sonreír cuando vio a Sebastian acariciando tiernamente la mano de su novio mientras hablaban con Ryder y Trent. No tuvo que esforzarse mucho para notar la felicidad que la recién estrenada pareja sentía, reflejada en sus ojos, su sonrisa...

Sabía que nunca había visto a Anderson así y creía que tampoco había visto a Smythe tan relajado. Le dolía interrumpir el momento, se ponía en el lugar de ellos y sabía como se sentiría ella si le interrumpieran cuando estaba pasando tiempo como ese con Brittany. Sin embargo, era muy importante que hablara con el ojimiel cuanto antes, tenían que llegar a un acuerdo.

– Blaine. ¿Puedes venir un momento? – Santana preguntó y pronto se dio cuenta de las miradas sorprendidas de todos. Sabía que nadie se esperaba esa amabilidad y respeto, todos esperaban que fuera borde y ruda, como siempre. Sin embargo, el joven era su debilidad porque se sentía tan identificada con él. Además, su bondad y dulzura eran altamente contagiosas... Sólo había que observar el cambio en Sebastian para darse cuenta.

– Claro. – El ojimiel se levantó y caminó hacia su amiga. Los dos se dirigieron hacia un aula vacía y ella cerró la puerta cuando ambos estuvieron dentro.

– Mi hermano se casa y todos esperan que vaya acompañada. Me han dicho que lleve a alguien a la ceremonia y la comida y que luego invite a dos amigos más a la fiesta. He pensado que tú puedes ser mi acompañante y Britt y Seb pueden ir después a la fiesta. Así sería como confirmar nuestra relación frente a mis padres y a la vez podemos pasar tiempo los cuatro en la fiesta. ¿Te parece bien? – La latina propuso con una sonrisa.

– Claro. Bueno... No puedo hablar por Britt y Seb pero yo iré como tu novio. Ese es nuestro acuerdo y tú ya me ayudaste con mis padres. Ellos están contentos porque he encontrado una chica de la que me he "enamorado" y creen que me he curado. Sólo espero poder ayudarte lo mismo que me has ayudado tú a mí. – Anderson explicó.

– ¿Curado? Blaine... Eres una gran persona... Me gustas para Seb, él necesita a alguien como tú. No te rindas con él, ¿vale? Necesitará que seas constante y... ¡No lo dudes! ¡No estás enfermo! – Lopez quiso asegurarse de que su amigo no sufría por lo poco acostumbrado que estaba a tener una relación.

– Todavía me cuesta asimilar que no es una enfermedad... Y espero que Seb no se canse de mí. – El chico bajó la mirada, avergonzado por sus inseguridades y su dificultad para aceptarse a sí mismo.

– Jamás lo hará, dudo mucho que exista alguien que no pueda sentirse atrapado por tu dulzura. ¡Incluso yo he caído en tus redes! Tienes más poder del que crees y eres aun más peligroso porque no sabes que lo tienes y lo utilizas a todas horas y no sólo cuando te interesa. – Ella informó con una sonrisa.

– Yo... ¿Qué? – El ojimiel frunció el ceño, no entendía a qué se refería su amiga.

– Algún día entenderás que puedes conseguir lo que te propongas con tan sólo una mirada de perrito abandonado en una fría noche de lluvia. Hasta entonces, tendremos que aprender a vivir con esa mirada de inocente seductor que tienes siempre.

– ¿Qué mirada? – Anderson preguntó confundido.

– Yo la llamo, la mirada de Blaine Warbler. Te paso a recoger el sábado a las once de la mañana. Lleva traje y corbata, seguro que hasta a mí me dan ganas de volverme heterosexual. – Santana no dijo nada más, se volvió y salió del aula dejando a su amigo solo con sus pensamientos.

La boda había sido hermosa. La novia, Rosa, estaba preciosa con su vestido blanco que realzaba el moreno natural de su piel. El novio, Pedro, no podía disimular su felicidad al verse convertido en el marido del amor de su vida. Santana era una de las dos damas de honor y lucía con elegancia el vestido color burdeos con un lazo blanco en la cintura que la protagonista de la ceremonia había elegido. Todo era hermoso y armonioso, al gusto de los dos recién casados. Una boda donde el protagonista era el amor.

La fiesta llevaba veinte minutos cuando Brittany y Sebastian llegaron. La joven llevaba un vestido azul que resaltaba el color de sus ojos. Los cuatro estuvieron divirtiéndose, intentando disimular sus verdaderos sentimientos. Todos en la fiesta pensaban que Blaine y Santana estaban saliendo y que los otros dos sólo eran sus mejores amigos y pretendían que siguiera siendo así.

Después de varios minutos, el moreno se separó del grupo para ir al lavabo a refrescarse un poco. El champán empezaba a darle calor y pensaba que si seguía bebiendo terminaría borracho. Eso no era algo que le apeteciera, menos delante de la familia Lopez.

Estaba a punto de llegar a su destino cuando el novio le interrumpió el paso. Lo miraba de manera seria y el menor se sintió intimidado.

– Sígueme. – El latino ordenó antes de comenzar a caminar hacia un lugar en el que no había invitados... Bueno, salvo los padres del joven.

– Vamos a ser sinceros porque es lo mejor. Estarás acostumbrado a la personalidad de Santana, así que no creemos que tengas problemas con eso. No queríamos que vinieras a la boda. – La señora Lopez fue rotunda.

– ¿Qué? – El menor se quedó sin palabras.

– Tú no eres la persona adecuada para salir con Santana y habríamos preferido que no vinieras a la boda. – El padre de su "novia" explicó, siguiendo la línea de su esposa.

Anderson no sabía qué hacer ni decir, él sólo intentaba ayudar a una amiga pero parecía que la había metido en problemas... ¿Por qué la familia de la joven no querían que él estuviera con Santana? ¿Qué era lo que no les gustaba de él? Una cosa estaba clara, eso no ayudaba en nada a mejorar su autoestima.

A Whole New World (Fic Seblaine - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora