N/A: Muchas gracias a todos por leer y comentar... Voy cerrando el final de esta historia, que está muy cerca, aunque creo que vamos a tener más de 35 capítulos, ya veremos... De momento, me dejo llevar...
CAPÍTULO 32: LA FIESTA
Blaine entró realmente enfadado a su habitación. Su conversación con Sebastian lo había dejado mal y necesitaba algo de paz, que desde luego no iba a encontrar allí debido a que Nick y Jeff estaban allí. Los dos lo miraron extrañados y el recién llegado supo que no tendría otra alternativa que contarles lo que acababa de pasar.
– Y sigue sin pedirme perdón... ¿Tan difícil es? Dice que quiere volver pero no es capaz de reconocer que ha sido su culpa y que debió decirme la verdad. – El moreno suspiró dolido y cansado.
– Estoy convencido de que todo llegará. – Duval comentó, dispuesto a mantener una conversación con su amigo para que reaccionara. Sin embargo, Anderson adivinó sus intenciones.
– No hables con él. Si me pide perdón, quiero que sea porque él lo siente, no porque alguien se lo diga.
La pareja decidió abrazar a su amigo porque era la única manera de consolarlo. El rubio miró a su novio, era el momento de poner en marcha el plan.
– ¡Fiesta en mi casa! El sábado por la noche. Mis padres se van de fin de semana y vamos a aprovechar. Mi hermano nos comprará el alcohol y yo conseguiré la comida y colchones para que durmamos todos. – Thad anunció durante la hora de la cena y todos los Warblers celebraron la noticia. Todos menos Blaine...
– No creo que pueda ir. Yo... – Anderson intentó encontrar una excusa pero el anfitrión no le dejó.
– Después de todo lo que has pasado, tú más que nadie necesita una distracción. Ven, diviértete, emborráchate y olvídate de todo.
– Thad tiene razón. Es una fiesta con amigos. Yo quiero que vayas. – Sam sorprendió a todos haciendo un puchero mientras se acercaba a su amigo para apoyar su cabeza en su hombro.
– ¡Vale! Iré. – Blaine no pudo decir otra cosa.
Cuando Sam, Ryder, Nick, Jeff y Blaine entraron en la casa de Thad, el moreno se sorprendió porque nunca había estado en una fiesta. La música estaba a todo volumen, había comida y bebida en la cocina y muchos Warblers ya estaban ahí cuando llegaron.
Fuera sólo había cuatro coches ya que habían decidido compartir vehículos. Por eso, salvo el ruido que provenía del interior, no había nada que indicara lo que allí pasaba. Habían intentado ser discretos y como hacía frío en el exterior, todos estaban dentro. Las cortinas estaban puestas de tal manera que no se veía lo que ocurría allí y habían evitado que los vieran llevar las cosas.
– ¿Vamos a por unas bebidas? – Lynn propuso.
– Sí... ¿Tú que vas a beber? – Evans le preguntó a su mejor amigo.
– No lo sé, nunca he bebido alcohol... Salvo champán en la boda del hermano de Santana... – Anderson confesó.
– Yo tomo Ron-Cola. – Ryder comentó dispuesto a darle ideas a su amigo.
– Yo también. – Los otros tres confirmaron, dejando a Blaine con sólo una opción.
– Supongo que yo también beberé Ron-Cola.
Cuando Blaine le dio el primer trago a su bebida, notó el sabor amargo del alcohol y esa sensación de ardor que bajaba por su garganta. Había visto que sus amigos habían sido generosos con la cantidad de ron que servían y era evidente que se iba a notar el sabor.
– Vamos a bailar. – Sam agarró la mano de su amigo y se dirigieron a la improvisada pista de baile, que era el salón, que habían apartado los muebles para dejar espacio para que se divirtieran. Los dos amigos comenzaron a moverse mientras los demás no prestaban atención. Sólo Sebastian y Kurt estaban interesados en los movimientos de Anderson.
Cuando Blaine terminó la tercera copa, estaba tan borracho que no sabía muy bien lo que hacía. Para su fortuna, no era el único. Sólo Sebastian y Kurt se mantenían con los cinco sentidos alerta. El primero no quería perder detalle de lo que pudiera hacer su exnovio en ese estado y el segundo tenía que poner en marcha el plan de Nick y Jeff.
– ¡El juego de la botella! – Thad gritó. Él conocía el plan y sabía que tenía qué hacer. Le habían confiado dos tareas, una era organizar la fiesta y la otra era proponer ese juego.
– Todos somos chicos. – Adam se quedó alucinado. No era que le molestara que sus amigos a su alrededor quisieran experimentar. Lo que le preocupaba era que le tocara besar a Sebastian o que Kurt besara a Blaine. Él nunca había querido romper la relación de Anderson y Smythe y sabía que Hummel tampoco. Los dos se habían visto en una guerra en la que ellos no habían querido participar. La primera vez que se vio en una situación íntima con el castaño, él no sabía que había una persona a la que podía dañar y después... Simplemente pensó que daba igual si era una vez o cien, pero que tal vez no era lo mismo una persona que varias. Y sabía que el líder de los Warblers buscaría a otros para saciar sus instintos. En el fondo, sabía que necesitaba un consuelo y ese fue su papel.
Finalmente, todos quisieron jugar, por lo que no hubo ningún problema. Es cierto que Blaine en principio no quería pero Sam lo tentó con la probabilidad de que les tocara besarse y cedió. Por eso estaban todos sentados en un círculo alrededor de una botella. El juego empezó muy animado, con Ryder besando a Sam, Thad besando a Nick o Jeff besando a Kurt. Sin embargo, cuando fue el turno de Sebastian, todos contuvieron la respiración. Había dos opciones que podrían ser conflictivas, por suerte la botella pasó por frente de Adam con algo de velocidad, indicando que a él no le tocaría besar al líder de los Warblers. Cuando llegó a Sam tenía muy poca fuerza y el rubio rezaba para que se detuviera frente a él porque el que estaba a su lado era...
Ninguno lo podía creer, miraban la botella como si estuviera encantada. Sterling tenía que contenerse para no saltar a celebrarlo. Era una de las dos combinaciones que había deseado. Por eso había arriesgado tanto, consciente de que todo podría derrumbarse si se daba un beso entre Sebastian y Adam.
Anderson miró los ojos verdes del otro, sabiendo que sólo era un beso y a la vez era mucho más. Su corazón latía con fuerza, consciente de lo que estaba por venir y sabiendo que lo deseaba con locura. No lo pensó, el alcohol no le dejaba razonar, y simplemente se acercó y besó a su exnovio como si ese fuera su último beso, como si fuera una despedida, con pasión, con deseo, con rabia, con fuerza, con tristeza, con melancolía... Muchos sentimientos y ninguno era el adecuado para ese momento.
Cuando Blaine se separó de él, Smythe sintió como si le arrancaran el alma. Había soñado tanto con volver a besar a Blaine desde que terminaron su relación que había perdido la cuenta, pero nunca lo imaginó así. Dolía mucho pensar que todo era parte de un juego y no de una nueva oportunidad para ellos, pero no iba a mostrar debilidad frente a sus amigos, ni siquiera cuando éstos estaban tan borrachos que probablemente al día siguiente no recordarían nada.
Además, para mayor tortura de Sebastian, cuando Anderson giró la botella, ésta se detuvo señalando a Kurt. Jeff estaba que gritaría de placer... ¡Celos! Eso era exactamente lo que deseaba y en el mejor orden posible, primero mostrarle lo que tenía y después mostrarle la posibilidad de perderlo. Si el líder de los Warblers no reaccionaba con eso, no sabía con qué podría hacerlo.
Hummel, fiel al plan que le había contado Sterling, hizo que el beso fuera más largo de lo habitual. Blaine no lo notaba debido a que había bebido demasiado pero Smythe sí se dio cuenta puesto que sólo tomaba refrescos esa noche. Todo estaba saliendo mejor de lo esperado.
– ¡Creo que deberíamos acabar ya con el juego! – Adam pidió, temeroso de lo que podría pasar. Para él la botella estaba trucada y buscaba las peores combinaciones, dañando a muchas personas por el camino.
– Una gran idea... ¿Y si jugamos al "Yo nunca, nunca..."? – Nick propuso, el plan ya se había realizado, nada más podían hacer en ese momento y sólo podían salir perjudicados.
Blaine se dirigió a la cocina para ponerse otra copa, el juego lo había descentrado demasiado. Lo que no podía adivinar, era lo que pasaría esa noche. Nadie lo hubiera adivinado...
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A Whole New World (Fic Seblaine - boyxboy)
FanfictionBlaine está perdido, no se siente bien consigo mismo y considera que debe cambiar. Sin embargo, cuando llegue a Dalton aprenderá que ser tú mismo es lo único que puede hacerte feliz.