CAPÍTULO 24: ADIÓS

398 36 14
                                    

CAPÍTULO 24: ADIÓS

Blaine estaba muy feliz. Ganar los Regionales, que los padres de Sebastian lo apoyaran, tener tantos amigos que lo aceptaban tal como era y todos los avances que hacía gracias al especialista que los Smythe habían conseguido hacían que él encontrara su lugar en el mundo.

Había mejorado tanto que incluso había aumentado la intimidad en su relación. Esa misma mañana se había atrevido a avanzar algo, de manera que ambos habían masturbado por primera vez al otro. Sentir el miembro duro y excitado de su amado entre sus manos lo había enloquecido como nunca había pensado que lo haría. Desde luego que ya pensaba en cuándo podría repetir porque quería mejorar y conseguir satisfacer aun más a su novio.

Además, estaba tan decidido en vivir su nueva vida que iba a intentar tener un solo en los Nacionales de los Warblers. Su pareja lo apoyaba y estaba dispuesto a compartir el protagonismo, de manera que cada uno cantara una canción y luego un dúo de ellos dos. Todo estaba preparado, sólo faltaba comunicárselo a los Warblers esa tarde y elegir las canciones para la competición.

– ¡Tengo la novia perfecta para Sam! – Jeff se acercó al moreno y entrelazó sus brazos para caminar juntos. – Ayer Nick y yo fuimos a una cafetería porque mi prima estaba aquí. Tiene una amiga en Westerville y la conocí ayer. Al parecer, va al instituto público y es preciosa. Pelirroja, con pecas en las mejillas, ojos azules... ¡Un sueño! Además le encantan los cómics y las películas de fantasía... Es una versión con tetas y pelirroja de Sam.

– Suena perfecta... ¿Necesitas que te ayude para presentarlos? – El ojimiel se ofreció porque quería que él también fuera feliz. Tanto fracaso amoroso no era bueno para su autoestima.

– Nah, tengo eso cubierto... Sólo necesito que te asegures de que Sam llegue soltero a ese momento... No me gustaría que Mercedes o Rachel pusieran en peligro una relación real para él... Y dado que tú te has convertido en su mejor amigo, no tengo dudas de que a ti te escuchará.

Anderson iba a responder pero notó un posesivo brazo sobre sus hombros, que lo alejaba de su amigo hasta que se encontró con el cuerpo de esa persona. No necesitaba el olor de la colonia o ese aroma inconfundible y que no tenía comparación, sabía que era su amado.

– Agradecería que no acapares a mi novio. – Sebastian comentó con una sonrisa.

– Tranquilo, ya le dije lo que tenía que decir. – El rubio le guiñó el ojo a su amigo antes de marcharse para buscar a su pareja.

– ¿Qué quería? – El castaño preguntó antes de besar al otro. Blaine se perdió en ese beso, olvidándose de todo lo que no fuera la boca del otro. Esos labios serían su perdición, de eso estaba seguro. Cuando se separaron, el más alto se quedó mirándolo esperando respuestas pero como no las obtenía, decidió hablar. – No has respondido... ¿Qué quería?

– ¡Ah! Ayuda para juntar a Sam con una chica... – Las mejillas del joven se pusieron de un rojo intenso, quiso evitar mirarlo a los ojos por la vergüenza y eso hizo que viera el reloj que colgaba de la pared. – Tengo que ir a clase. – El moreno comentó haciendo un puchero que consiguió que el otro deseara abrazarlo y no soltarlo nunca.

– Te acompaño. Así puedo estar más tiempo contigo. – El ojiverde comentó.

– Llegarás tarde a tu clase. – El más bajo susurró, como si realmente no quisiera que el otro se enterara.

– No importa.

La pareja caminó de la mano hasta la puerta del aula de ciencias, que estaba cerca de la entrada principal. Los dos se sonreían totalmente enamorados, con sus manos entrelazadas y balanceándose entre ellos mientras comentaban cosas sin importancia. Eran felices y eso se reflejaba. Ya no despertaban el interés de sus compañeros, que pasaban a su lado sin darle mayor importancia a la escena. No era nada raro verlos así.

Llegaron a la puerta de la clase de Anderson y se despidieron con un largo beso en los labios que fue interrumpido.

– ¡Blaine! – El aludido se separó de su pareja rápidamente, totalmente asustado y se giró para ver al hombre que lo había llamado.

– ¿Papá? – Sebastian se tensó cuando escuchó a su amado y se dio cuenta de lo difícil de la situación.

– ¿Qué te crees que estás haciendo? ¡Se supone que vienes aquí para dejar de ser el monstruo en el que te estabas convirtiendo! ¡Y te encuentro aquí haciendo esa abominación con ese...! – El señor Anderson reflejaba el asco que sentía en ese momento al ver a su hijo besándose con otro joven.

– ¡Papá! Yo soy así... No me puedes cambiar, es lo que soy... – El menor intentó explicar pero sintió la mano de su progenitor impactar con fuerza en su mejilla.

El castaño reaccionó al ser consciente de lo que estaba pasando y se interpuso entre los dos Anderson, protegiendo a su novio con su propio cuerpo por si volvía a intentar agredirlo.

– No voy a permitir que lo dañe. Si tan sólo intentara entenderlo... – El ojiverde hacía su mayor esfuerzo por evitar que la rabia que sentía fuera lo que lo dominara.

– Apártate de mi hijo. – El mayor gritó. – No quiero que te acerques a él, vas a empeorar su situación.

– ¿Qué está pasando aquí? – El director llegó avisado por varios alumnos de lo que estaba sucediendo. Tras él iban Sam, Nick, Jeff y Ryder, que habían escuchado como un alumno de segundo curso había dicho que un adulto había golpeado a un Warbler.

– Tú... ¡Tú eres el culpable de todo! Me dijiste que podía dejar a Blaine aquí, que no tenía que preocuparme, que le enseñaríais el buen camino y me lo encuentro besándose con otro chico... ¡Con otro chico! – El señor Anderson estaba colérico, gesticulando fuertemente y mostrándose amenazador con el director. James no podía creer que el encargado de vigilar a su hijo hubiera pasado por alto ese comportamiento.

– Yo siempre he hecho lo mejor para Blaine y no hay nada de malo en que experimente su primer amor. – El señor Bryan comentó tranquilo.

– Estáis todos locos. – El padre de Blaine se acercó a los menores y apartó a Sebastian para agarrar a su hijo del brazo. – Nos vamos de aquí.

– ¡No! Papá, por favor... Quiero quedarme... No me obligues... Si pudieras intentar comprenderme... – El menor intentaba convencer a su padre.

– ¡Suéltelo! – Sebastian intentó rescatar a su novio pero el director lo sujetó.

– Es su padre, no podemos hacer nada para ayudarlo... Al menos por ahora. – El señor Bryan comentó y pronto notó que Sam y Nick acudían a ayudarlo.

– ¡Le ha pegado! ¡Eso es maltrato! – Smythe intentaba soltarse. – Mi padre se encargará de todo y...

– No tenemos pruebas y vuestra declaración no es suficiente. Pero no quedará así, hablaremos con tu padre y encontraremos una solución. Blaine será libre y volveréis a estar juntos... De eso estoy seguro. Sólo tienes que ser paciente.

– ¡Te amo! – El ojimiel gritó a su novio desde la salida a modo de despedida, mientras era arrastrado al exterior por su padre.

El castaño se volvió para abrazarse al mejor amigo de su novio, esa persona que lo quería casi tanto como él. El rubio lo acogió en sus brazos y le permitió llorar todo lo que quiso. Era un momento difícil para ambos pero sabía que el que peor lo iba a pasar era él. Un sólo segundo había cambiado sus vidas para siempre.

A Whole New World (Fic Seblaine - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora