CAPÍTULO 2: THE WARBLERS

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CAPÍTULO 2: THE WARBLERS

Blaine subió a la zona de dormitorios de Dalton junto al director. El señor Bryan les había dicho a sus padres que esa zona sólo era para estudiantes y profesores y no iba a hacer una excepción. Realmente sí permitía a los padres visitar las habitaciones durante el primer día pero haría una excepción. Los señores Anderson no le habían agradado nada, por eso había hecho todo lo posible para que Blaine se quedara en Dalton. Necesitaba aprender cosas que no se enseñaban en la escuela.

El director había elegido cuidadosamente al compañero del joven. Sabía que era un riesgo, que el elegido a veces era un poco... Difícil de tratar. Sin embargo, sabía que no había nadie mejor que él para abrirle los ojos al adolescente que le acompañaba para mostrarle todo un mundo nuevo, uno en el que ser él mismo no era algo malo, que podía ser quién él quisiera.

Llamó a una puerta en la que un cartel indicaba que era la número 104. No obtuvo respuesta, por lo que abrió con la llave que le entregaría al menor. No había nadie allí, la cama estaba sin hacer, había ropa por el suelo y todo estaba desordenado.

– Tendré unas palabras con Sebastian respecto a ésto... – El director murmuró. Llamaba a sus alumnos por su nombre porque a muchos de ellos los conocía mejor que sus propios padres. Allí había hijos de personas muy influyentes que los dejaban allí para no tener que ocuparse de ellos durante diez meses al año. Algunos incluso pasaban las navidades allí. Pertenecer a una familia adinerada no significaba que esos chicos tuvieran todo. Muchos tenían problemas, la mayoría relacionadas con el abandono de sus padres, que apenas pasaban tiempo con ellos. Por eso allí más que amigos, conseguían una familia. Esperaba que Blaine también encontrara allí a una familia que le mostrara que la homosexualidad no era algo malo.

La especialidad del lugar en ayudar a chicos con problemas era lo que había conseguido que el ojimiel acabara allí. Sus padres confiaban en que esa importante institución ayudara al chico a encontrar el buen camino.

El menor comenzó a colocar sus cosas en el lado de la habitación que estaba libre. El adulto observaba su comportamiento atentamente. Era consciente de que la adaptación sería difícil para él pero no podía hacer nada.

Unas risas precedieron a la entrada de dos chicos en la habitación. Los dos eran altos, uno de ellos era rubio y el otro castaño. Los dos se quedaron en la puerta, mirando con sorpresa la situación. Acababan de subir de desayunar en el comedor.

– Sebastian, Jeffrey... Os presento a Blaine Anderson, es nuevo en Dalton y ésta será su habitación. – Bryan comentó.

– Yo no comparto habitación. – Smythe mostró su enfado mientras iba a su lado de la cama. Sterling se quedó donde estaba, incapaz de decir nada.

– No es algo que puedas elegir. – El director anunció. – Quiero que los dos ayudéis a Blaine a conocer Dalton, indicarle donde están sus clases, hablarle de los clubes, las actividades que podéis hacer... Y por cierto, señor Smythe... No ha habido ningún terremoto que justifique este desorden.

El adulto se marchó dejando a los jóvenes allí. Sebastian terminó de dejar sus cosas en lugares más discretos, aunque no estaba ordenado. Jeff sonreía divertido ante la escena. Cualquier cosa que hiciera que su mejor amigo enloqueciera era algo agradable.

– ¿Cuál es tu primera clase? – El rubio preguntó cuando Anderson terminó de prepararse.

– Literatura. – Respondió el moreno mirando el horario que le había dado el director.

– Genial. En esa clase coincides con Sam. Lo iré a buscar para que te acompañe. – Sterling salió en busca del nombrado y los otros dos se quedaron solos. No hubo ninguna palabra entre ellos hasta que regresó el joven con otro chico rubio muy alto.

– Blaine, supongo... Soy Sam... ¿Estás listo para ir a clase? – Evans extendió su mano para saludarlo.

– Sí... Claro... – El moreno estrechó su mano y los dos salieron hacia su aula.

– ¿Algo que quieras saber sobre Dalton? – El rubio preguntó cuando se quedaron solos.

– Ahora no se me ocurre nada. – El ojimiel se encogió de hombros. La situación era extraña y no sabía qué preguntar.

– ¿Sabes cantar? – El más alto preguntó ilusionado.

– ¿Qué? – El nuevo estudiante miró al otro extrañado.

– Los Warblers siempre estamos buscando nuevos miembros. Cualquiera que tenga talento para cantar y bailar es bienvenido... ¿Te apetece hacer una audición? – Evans quiso saber. El más bajo lo pensó un momento. Su padre le había quitado las clases de canto y piano porque decía que eso no ayudaba a que fuera un hombre.

– No sé cantar... Lo siento... – Anderson se sintió mal por mentir pero no podía permitirse hacer cosas que lo alejaran de Dalton, quería estar en un instituto por más de unos meses.

– Bueno, seguro que encontramos algo para ti... ¿Algún deporte? – Sam intentaba conocer mejor a su nuevo compañero y además encontrarle algo que hacer.

– Boxeo.

– ¡Genial! Sebastian es el capitán del equipo de boxeo de Dalton, es el mejor. Yo me encargaré de que te deje hacer una prueba. Seb es un poco frío al principio pero es un buen amigo. Ten un poco de paciencia con él, la convivencia no será fácil pero seguro que os lleváis bien.

Llegaron a clase y el rubio le presentó a David y Trent. Ellos también eran Warblers y se mostraron muy amables. El primer día fue muy bueno. En todas sus clases coincidía con uno de los miembros del Glee Club de Dalton y ellos se presentaban y se encargaban de que no se sintiera sólo en ningún momento. Eso era algo nuevo para Blaine, que nunca se había sentido tan bienvenido en ningún lugar y eso que había estado en muchos institutos. No notaba miradas sobre él, no percibía que hablaran de él a sus espaldas. Era como si fuera lo más normal que alguien llegara en mitad del curso. Algo le decía que Dalton era diferente...

A Whole New World (Fic Seblaine - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora