CAPÍTULO 25: ESPÉRAME

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CAPÍTULO 25: ESPÉRAME

Sebastian estaba totalmente deprimido, llevaba dos días sin saber absolutamente nada de su novio y eso le preocupaba. Santana había intentado contactar con los Anderson pero lo único que había conseguido eran insultos y amenazas. Sam se había pegado a su amigo con la intención de conocer cuanto antes cualquier noticia que pudieran tener, al final era su mejor amigo el que había "desaparecido". Los demás intentaban mostrarse optimistas por el bien de las tres personas más afectadas por lo sucedido, aunque realmente nadie confiaba en un final feliz para nadie.

Como esos días, el castaño bajó a desayunar de manera automática. Su cuerpo se dirigía a cumplir con sus obligaciones (al menos físicamente, su mente no estaba centrada y era inútil en esos momentos). Todo parecía que sería igual que siempre, pero entonces escuchó un grito.

– ¡Tú! ¿Donde está mi hijo? – Las manos del señor Anderson agarraron con fuerza la chaqueta del menor y lo empujó contra la pared. El joven no sabía qué hacer o decir.

– ¿De qué está hablando? ¡Usted se lo llevó! – Jeff se apresuró a ayudar a su amigo e intentaba que el mayor lo soltara, aunque no tenía éxito.

– Se ha escapado... Pero eso vosotros ya lo sabéis, ¿verdad? Está con vosotros, tengo Dalton vigilado y lo han visto por aquí... ¡Sé que lo estáis escondiendo! Y lo voy a probar y os voy a demandar por secuestro porque es menor y... – El padre de Blaine seguía hablando pero fue interrumpido.

– No está aquí, puede registrar toda la academia y no lo encontrará. Lo que sí puedo decirle es que si le hace daño al señor Smythe tendrá problemas. El padre del joven es el hijo del Fiscal General del Estado y le garantizo que no quiere que se enfade. – El director Bryan intervino.

– Esto no quedará así. – El señor Anderson amenazó.

– Ya veremos.

Cuando el hombre salió de Dalton, Sebastian se volvió para correr hasta su habitación. Blaine había conseguido huir y lo habían visto cerca de allí, lo que significaba que podía estar allí... Tal vez en su habitación...

Sin embargo, el castaño se sintió decepcionado cuando vio que allí no estaba. Dejó que una lágrima cayera por su mejilla sin molestarse en limpiarla. Durante unos segundos había albergado una esperanza de verlo. Se dio la vuelta para marcharse cuando percibió algo. Sobre el escritorio de su novio, había algo que él no había dejado allí. Se acercó y sonrió al ver una rosa roja y una carta, no necesitaba que nadie le dijera quién las había dejado allí. Olió la flor con cuidado, como si temiera que sus pétalos fueran a caer ante el menor movimiento y se tumbó en la cama en la que normalmente dormía el chico de ojos color avellana que le había robado el corazón y se lo había llevado con él cuando se alejó empujado por su padre.

Smythe abrió el sobre y pronto reconoció la letra de su amado, haciendo que todo a su alrededor pareciera más cálido y con más color que unos minutos antes. Ese era el efecto que el joven Anderson tenía en él.

Mi amado Sebastian,

Siento tanto evitar encontrarme contigo y dejarte esta carta, pero sé que si te veo una vez más, no podré alejarme de nuevo. Me han ayudado a escapar y me han encontrado un lugar seguro para estar hasta que cumpla los 18 años. Son sólo unos meses, pero no pueden encontrarme porque me obligarán a volver a casa. No puedo decirte donde estoy, no quiero arriesgarme a que esta carta llegue a otras manos... Además, algo me dice que mi padre te tendrá vigilado y sé que si sabes donde estoy, vendrás a verme.

Ha sido una decisión mía, no podía soportar estar con mi familia ni un segundo más. Alguien me ha enseñado que ser gay no es algo malo y que no puedo pretender ser alguien que no soy, me ha enseñado que puedo ser feliz y que no soy un monstruo... Todo te lo debo a ti y voy a luchar porque podamos estar juntos... Aunque eso signifique que vamos a estar un tiempo separados.

Me gustaría estar a tu lado, desearía poder abrazarte y besarte, pero tendremos que esperar... Ojalá pudiera decirte que cuando cumpla los dieciocho volveré a tu lado, pero no estoy seguro del todo. Dependo mucho de la ayuda de las dos personas que me facilitaron la huida para volver y no quiero arriesgar que los descubran, ninguno se merece ser repudiado y no quiero traicionarlos.

Eres lo mejor que me ha pasado en la vida y voy a luchar por ti y por nosotros... Pero sobretodo, sé que te alegrará saber que voy a luchar por mí. Me has enseñado que tengo que mirar por mí y eso voy a hacer. No voy a dejar que nadie me manipule o intente modelarme a su gusto, sé quién soy y sé lo que quiero.

Y ahora viene lo más difícil... Quiero pedirte que me esperes. Sé que son ocho meses y sé que todo es más complicado de lo que parece pero te amo y quiero estar contigo. No quiero que nuestra relación se rompa, no quiero pensar en un futuro sin ti. Sé que es mucho pedir pero necesito pensar que vas a amarme hasta que volvamos a vernos... Y mucho más.

Te amo, no lo olvides nunca.

Besos

Sebastian leyó la carta tres veces, esperando encontrar un matiz, una frase que no había entendido las veces anteriores. Saber que su novio ya no estaba bajo la presión de su padre era de gran ayuda. Sólo quedaba tener paciencia, sabía que podría estar junto a su amado y que podrían ser felices, esperaba tener paciencia.

***

Blaine llegó a su refugio junto a Cooper, su hermano. El mayor lo había acompañado para ayudarle a ponerse en contacto con Sebastian para que estuviera tranquilo. Casi se encuentran con su padre y el menor había visto de lejos a su novio, pero había podido resistirse a sus deseos y volver a su refugio, donde podía estar seguro.

Los dos hermanos se sentaron en el sofá y el más alto rodeo al menor con sus brazos.

– Todo estará bien, Squirrel. Todo estará bien... – El ojiazul susurró mientras dejaba un beso en la frente de su hermano, intentando tomar el papel que su padre se había negado a asumir. El más joven rompió a llorar por el miedo a perderlo todo por culpa de la homofobia de sus padres.

– Ojalá me espere. – Blaine susurró.

– Claro que lo hará, nadie puede resistirse al encanto de los Anderson. – Cooper lo animó y los dos rieron. Por fin habían podido recuperar su relación. El mayor no sabía los problemas que el otro estaba teniendo por su condición sexual, se había mudado a Los Angeles hacía mucho tiempo y el menor no había podido contarle su historia pero su abuela lo había llamado preocupada. El actor no lo había dudado y había dejado toro para ayudar a su hermano, al que amaba más que a nada en el mundo, aunque a veces no lo pareciera. Deseaba con todo el corazón que Sebastian realmente esperara a su hermano.

A Whole New World (Fic Seblaine - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora