5.

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Capítulo 5

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Capítulo 5. Sasuke y Mei.

Luego de descender del Susanoo, Naruto y Chouchou se lanzaron a la batalla contra los clones de Shin, mientras que los Uchiha se dirigían hacia la kunoichi pelirosa. En un momento crucial, Sasuke utilizó el Amaterasu para desviar un kunai que amenazaba a Sarada, quien lo miraba con asombro.

—¿Qué pasa? —, preguntó Sasuke al notar su inmovilidad. —Vamos—, instó.

Sakura, por su parte, se encontraba en un lago de sangre, con cuchillas incrustadas en su brazo. —Está herida—, murmuró Mei a Sasuke, quien, tras atacar al hombre con el Susanoo, hizo desaparecer las cuchillas del brazo de su esposa.

—Gracias, cariño—, respondió Sakura.

El hombre herido se arrastró hacia ellos. —No puedes moverte en tu estado—, dijo Sasuke, sacando su katana. —Te interrogaremos en la Aldea de la Hoja—, declaró. Sin embargo, uno de los niños clones se interpuso frente al hombre. —Hazte a un lado, no es de tu incumbencia—, ordenó.

—No lo haré, protejo a mi padre—, replicó el niño.

—No soy tan compasivo como Naruto—, advirtió el hombre.

—¡No lo hagas! —, gritó Sarada al tiempo que Mei aparecía detrás de su padre para evitar que el hombre, quien había apuñalado a su hijo en el pecho para llegar a ella, cumpliera su objetivo.

Sin embargo, el hombre también predijo su movimiento y una de las cuchillas hirió a Mei en el pecho, al igual que a Sasuke, quien se acercó a su hija mayor y eliminó las cuchillas con el Amaterasu mientras el hombre reía.

—Ninja comprometedora, pero aún eres débil—, se burló. —Te limitan tonterías como los sentimientos. Por eso terminas así. Son una vergüenza para el clan Uchiha. Le daré nueva vida a la voluntad de Itachi, reviviré Akatsuki...

Mei reapareció frente a él con una sonrisa y lo golpeó en el rostro repetidamente, alejándolo varios metros. —Ya comienzas a aburrirme—, dijo. —¿Crees que una herida va a dejarme inmóvil?

El hombre comenzó a ser arrastrado mientras Sasuke se ponía de pie. —Estás acabado, Shin—, declaró Sasuke.

Los niños se acercaron, pero el hombre los detuvo. —Todavía no. Ustedes... adelante—, ordenó. Los niños lo apuñalaron con sus kunais, sorprendiendo a todos, incluso al Shin original. —¿Qué? —, exclamó.

—Suficiente—, dijeron los niños. —Eliminamos un trozo de carne que no vale para nada. Eso es lo que nos enseñaste.

— Pero... ¡yo soy el original! —, protestó Shin.

—Tu poder ocular es débil—, respondieron los niños. —Ahora seremos nosotros quienes evolucionaremos. Es lo más lógico.

—¿No es la evolución que buscabas? —, cuestiona Sakura.

Mei Uchiha. | Shikadai Nara. EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora