25.

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Capítulo 25. Ino-Shika-Chou-Mei. 

 

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Estaban atados de las manos por las sogas, detrás suyo los desechos traían a un malherido Akatsuchi y llevaban en sus brazos al anciano. —Maldición, así no puedo usar ninguna técnica—. Murmuró Boruto. 

—Lo siento, es culpa mía—. Inojin bajó la mirada. 

—¡Viejo Ounoki! ¿Qué vas a hacer luego de que nos encierren?

—Nada. Simplemente los retendré hasta que complete mi plan. 

Kirara se giró. —Exacto. No me gustan los niños ruidosos.

—Si no lidiamos con los creados, no podremos detener a Ounoki—. Murmuró Boruto. 

—Ya se ve la ciudad—. Indicó Ounoki. —No los trataremos mal. Guarden silencio y... —. Su expresión paso a una sorprendida. La aldea se encontraba solitaria, con armas en el suelo dando indicios de una batalla que no salió bien. —¿Qué...? 

—¿Qué pasa aquí? No hay nadie.

—¿Qué significa esto, Kirara?

—Será mejor que se lo pregunte al señor Kuu. 

Caminaron hasta la mansión Tsuchikage donde era custodiada por numerosos desechos que se abrieron paso para que Kuu caminara hasta donde se encontraban. Este se arrodilló apenas vio al tercer tsuchikage. —Bienvenido, maestro. Pese a los impedimentos, el plan sigue en marcha. La creación de más Desechos avanza favorablemente. Solucionamos los problemas que...

Ounoki lo interrumpió. —¿Y por qué no hay nadie en la ciudad? ¿Por qué los desechos caminan por ella? Kuu, ¿en qué estás pensando?

—La situación cambió mientras no estaba. Actualmente la Roca está bajo nuestro control. 

—¿Bajo su control? Los desechos solo se iban a usar en caso extremo. ¿Qué necesidad había de invadir la aldea?

—Las cortas vidas que nos concedió están a punto de terminar. 

—No puede ser. Aún deberían tener tiempo. 

—Pero ya tenemos una solución. Atrapamos a los humanos que nos darán un corazón.

Mei chasqueó la lengua. —Ounoki, no me parece que hayan sido creados para proteger a la paz. Va en contra de sus propios principios, son personas inocentes, quiso salvarlas para no tener más sacrificios de más vidas jóvenes. 

—Jamás lo permitiré—. Dijo a Kuu sorprendiéndolos a todos. —Planeé esto para que no se pierdan más vidas jóvenes. Lo que quieres hacer va en contra de mi idea. 

—Pero nos necesita para llevarlo a cabo—. Kuu se quitó el guante mostrando su mano cicatrizada. —Y no tenemos tiempo. 

Ounoki se sorprendió. —Buscaré otra forma. Liberen de inmediato a todos los que atraparon. No puedes seguir al mando. No insistas. 

Mei Uchiha. | Shikadai Nara. EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora