24.

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Capítulo 24. Aliados. 

 

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Akatsuchi abrió las puertas luego de indicarle al tercer tsuchikage que había traído invitados. Boruto se acercó para hablar con el anciano con una sonrisa. —Vinimos a pedirte ayuda. Nosotros solos no podemos solucionarlo. Dijiste que viniéramos cuando quisiéramos, ¿no?

—Sí, eso dice...pero no pensé que vendrían hasta tan lejos. 

—Sí, fue difícil llegar hasta aquí. 

—Me lo imagino. Pero supongo que era de esperar del hijo de Naruto. Sarada también vino. Oh, y Mei también, me alegro de verlas. Estarán cansados, hoy pueden descansar en mi casa. Akatsuchi, haz que se pongan cómodos. 

—No tenemos tiempo para descansar, viejo. ¿Te acuerdas de Mitsuki? Dejó la aldea para seguir a unos shinobi de la Roca. Vinimos a llevarlo de regreso a casa. Mitsuki está en el país de la tierra, por eso vinimos a pedirte ayuda. 

El anciano se giró dándole la espalda en su carrito. —Lo siento, pero no puedo ayudarlos en nada.

—¡No es verdad! Cualquier cosa que sepas...

El anciano le interrumpió. —Akatsuchi, no necesitas preocuparte por mí. Acompaña a estos niños hasta Konoha. 

—¿Qué pasó? Antes dijo que se pusieran cómodos. 

—¿Qué ocurre?

—Yo también se lo pido. No hay duda de que en la aldea sucede algo. Por favor, ayude a Boruto. 

—No. Regresen a Konoha—. Se alejó en su carrito, al tiempo que unos Desechos aparecían desde el suelo. 

—Boruto, Akatsuchi, son peligrosos. Protegeremos al Ounoki-sama—. Ordenó Mei. De pronto, un hombre dejó de levitar para comenzar a acercarse al anciano. 

—¡A su espalda, señor Ounoki!

El hombre se agachó apenas llegó al lado del anciano. —Maestro... Padre... El experimento está listo. Denos sus órdenes. 

—¿Qué significa esto, viejo? ¡Viejo! —. De pronto, el hombre que se encontraba junto al anciano inmovilizó a Boruto. 

—Cuida tus palabras, mocoso. 

—¿Ese señor no era nuestro aliado? —. Preguntó Chouchou a Shikadai. 

—Al parecer, no. 

Akatsuchi dio un paso. —No recurra a la violencia. 

—Akatsuchi, no te metas. Lo hago por su bien. Lo hago todo por la paz. 

—Entonces, usted sabe dónde se encuentra Mitsuki—. Dijo la pelinegra con una ceja alzada. 

—Escuché lo sucedido. Secuestraron a un genin de Konoha, y atacaron a los shinobi que fueron tras él, niños incluidos. ¿Fue todo por orden suya? Además, esas cosas... Y kurotsuchi desapareció. ¿Qué significa esto? ¿Por qué no dice nada?

Mei Uchiha. | Shikadai Nara. EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora