14.

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Capítulo 14. Ryogi. 


Mei miró con desaprobación la nueva herramienta de Katasuke. —Dije sólo la edición limitada, no quiero tus juguetitos—. Dijo apartando su mano con la herramienta ninja. De pronto sintió varios chakras desconocidos, y rápidamente protegió a Katasuke al ver el grupo de los ladrones. 

—Al fin lo encontramos.

—Katasuke, corre, su objetivo real son los datos del ninjutsu—. Dijo mirando al líder. 

—Vaya, al fin hay alguien inteligente. 

—Bueno, veremos cuánto pueden soportar—. Dijo con una sonrisa. Su mirada se detuvo en el más pequeño de los enmascarados borrando su sonrisa, reconoció el chakra al instante. —Tú eres...

—¡Estilo de hielo: mangehyo!—. Dijo Ryogi aprovechando su desconcierto y escapando con las herramientas. 

—Maldición—. Dijo molesta al notar que habían escapado, miró a Katasuke. —Iré tras ellos—. Le informó para aparecer fuera del edificio. 

Mei espero unos segundos para aparecer junto a los chicos. —¿Sabías que Ryogi era uno de ellos? —. Le preguntó enarcando sus cejas. Shikadai desvió la mirada. —¿Por qué ocultaste algo así? Pudimos atraparlo...

—Es mi amigo, quería estar seguro... 

Mei chasqueó la lengua. —Como sea. 

Chouchou les detuvo el paso apareciendo frente a ellos golpeando el suelo. Impidiéndoles el paso. —¡Están atrapados, ladrones asquerosos! Es inútil que escapen, la ciencia del señor Katasuke siempre los encontrará. 

—¿Qué?

—jefe, en su espalda—. El hombre le quito el rastreador para luego romperlo. 

—Usamos la manifestación para atraer su atención, preparamos un plan que no requería chakra, pero nos descubrió la ciencia. 

—¡Solo entréganos la herramienta! —. Boruto atacó al hombre, pero uno de sus subordinados esquivo todos sus ataques.  

— jefe, nos ocuparemos para que usted huya. 

—Bien, tu ven conmigo. 

—¡Mei, andando! —. Shikadai le llamó y ella lo siguió para seguir al jefe junto a Boruto. 

Estaban corriendo, Mei calculó la distancia y chasqueó la lengua, aún se encontraban algo lejos. —¿No vamos en dirección al tren? —. Le preguntó a Shikadai. Estos saltaron hacia él, y aceleraron el paso. Mei apareció en la cubierta, y extendió su mano hacia Boruto. —Apresúrate, niño—. Se quejó. Ayudó a subir a ambos. 

—Ahora que subimos al tren, iremos directo a la frontera. Ya nadie puede detenernos. 

—¿Ah, sí? yo no estaría tan seguro. 

—Jaque mate. ¡Ryogi, ya basta, abre los ojos!

—Cuánta terquedad, en serio. 

— ¿Tú le metiste esas ideas absurdas en la cabeza?

—¿Por qué son absurdas? Ustedes los privilegiados, ¿alguna vez pensaron en los hambrientos? La realidad no es color de rosa. Si no lo entienden, desistan. Sean obedientes, y váyanse a casa. 

—Vaya discurso, ¿acaso nos crees tontos? ¡Estás hecho de puras mentiras! —. Boruto le lanzó los kunais, y la chica miró con preocupación al pelirrojo. 

Mei Uchiha. | Shikadai Nara. EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora