Mei Uchiha. | Shikadai Nara. EN EDICIÓN.

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Capítulo 21. Cueva Ryuchi. 

Su primera parada sería en la Cueva Ryuchi. Debían tener una conversación con el sabio de la serpiente blanca siendo el único que podía analizar la serpiente que había dejado Mitsuki. Sin embargo, habían caminado tanto que ya se encontraban con hambre. Se dieron cuenta que solo habían estado dando vueltas, pero de todas formas siguieron. Había unas luces a lo lejos que no dudaron en acercarse. 

Un enorme templo abrió sus puertas frente a ellos. Una mujer apareció vestida de blanco indicando que los estaban esperando. La mujer llamada Tagorihime indicó que buscaría al sabio que se encontraba al fondo de la cueva y que podían comer lo que quisieran. 

Chouchou e Inojin corrieron a servirse. No había nadie que pudiese detenerlos, sin embargo, a pesar de que no había nada sospechoso. Mei lo pensó con cabeza fría. Era un templo que apareció de la nada, una mujer les mostraba comida, decían que era muy peligroso y que no cualquiera encontraba la cueva. Era un gran sabio que debía tener un inmenso poder que no conocían, y en lugar de pelear por no dejarles pasar, les ofrecía comida. Una prueba.

Apareció frente a ellos obligando a soltar los platos al tiempo que todos gritaban su nombre. La mujer miraba enojada a la pelinegra. —Podrían haber comido sin pensar—. Dijo aquella mujer. Apagando las luces. La comida comenzó a desaparecer. Al parecer, habían pasado la primera prueba, por lo que la mujer convertida en un monstruo no podía comerlos. Ya que las pruebas estaban hechas para aquellos que querían ver al Sabio. La mujer desapareció entre la neblina que se había formado. 

De pronto, Boruto comenzó a alejarse en busca del sabio por sí solo, perdiéndolo así de vista. 

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Boruto pasó la segunda prueba que consistía de un rompecabezas en una roca, se tomó unos minutos en el último cuadro, donde se podían apreciar dos cristales en un zigzag, debido a que no había una piedra que tuviese esa forma, rompió una de ellas, consiguiendo así que la última pieza se adaptara en dos pedazos y burlando a la segunda mujer que había aparecido. Indicando que había pasado la prueba debido a que había cambiado su forma de pensar. Alegando que lo que tenemos frente a nosotros no lo es todo, es una simple percepción. Ya que había muchas cosas que no se podría ver sin cambiar su perspectiva. 

La tercera prueba una tercera mujer mordió su cuello dejándolo débil y provocando que su cuerpo comenzase a arder por dentro debido al veneno. La tercera prueba se trató de ilusiones, cada uno de sus compañeros habían aparecido para cuestionar su lealtad hacia Mitsuki, indicándole así que no pensaba en sus amigos más que en el chico. Sin embargo, Boruto mantuvo su promesa. Sabía que lo que intentaba hacer no era fácil, pero, aun así, su impulso de querer salvar a Mitsuki era más grande que verdaderamente tener el poder del sabio. Completando así la tercera prueba. 

Apareció nuevamente frente a la cueva ryuchi, sólo que esta vez, no era tan llamativa. Boruto corrió hasta el templo nuevamente, consiguiendo así sus amigos tendidos en el suelo. Estos despertaron poco a poco. Al estar todos conscientes, corrieron hasta donde se encontraba el sabio subiendo las escaleras. 

Boruto le mostró la serpiente luego de presentarse. Indicándole el favor de analizarla. Luego de insistirle, el sabio indicó analizarla con la condición de buscar la escama gekirin de Galaga, una serpiente gigante que le molestaba. Galaga se encontraba en el nido de las serpientes gigantes más violentas de la cueva. 

Caminaron buscando la ubicación de Galaga, hasta que encontraron un bosque totalmente destrozado por la serpiente que se encontraba tuerta debido a una guerra donde perdió un ojo. Desde entonces destrozaba todo según el sabio. Encontraron una serpiente convertida en piedra, mientras que Chouchou chocaba con un muro color rojo. El muro enorme comenzó a moverse, hasta que un ojo quedó frente a ellos. Galaga los observó hasta que comenzó a atacarlos. Shikadai intentó utilizar la atadura de sombras, pero fue imposible debido a la enorme serpiente.