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"Capítulo Once"
↷ ⁞ El Mayordomo
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Soobin sentía que todo el cuerpo le dolía. No parecía ser capaz de mover ni un solo músculo sin que un intenso dolor le recorriera desde la punta del dedo pulgar hasta la cabeza. No obstante, en ese momento de consciencia, las escenas de aquella noche pasaron por su mente. Se alertó, y se movió en la cama, adrenalina y temor recorriendo su espina dorsal. Fue capaz de ignorar el dolor que próximamente lo haría ahogar un grito.
Todo estaba oscuro, tenía los ojos cerrados. Sus párpados pesaban terriblemente, a pesar de sentir un enorme deseo por abrirlos, éstos parecían negarse a su rogativa. Al momento en que un poco de luz pasaba por su vista, sus pestañas temblaban y sus párpados se apretaban violentamente.
Fue cuestión de minutos para que finalmente pudiera abrir los ojos con lentitud.
Sus párpados temblaban un poco, y la luz era tan insoportable, que lagrimeó solo por obligarse a mantener los ojos abiertos. Parecía ser medio día por la fuerza con la que los rayos del sol pasaban a través de las cortinas blancas.
Estaba en una habitación de hospital.
En su mano tenía una inyección de intravenosa, y a su lado había una máquina blanca y cuadrada que parecía tomar sus signos vitales. Hizo una mueca sintiéndose incómodo, quizás por la vista a los cables que lo conectaban a esa máquina, o por las agujas.
Pero esa incomodidad no era nada comparada al miedo que podía reflejarse en sus ojos oscuros. Si él estaba en el hospital, ¿Seonghwa lo estaría también? Se aferraba a la idea de que así sería.
Quería preguntar, sentía la necesidad de hacerlo, pero no tenía idea de qué hacer para llamar la atención de alguien para que le diese alguna información.
Cuando intentó sentarse correctamente, quiso soltar un grito. Sus ojos se cristalizaron y puso todos sus esfuerzos en no ponerse a llorar ahí mismo, abrumado por el dolor que recorría su cuerpo. ¿No le podrían dar morfina o algo para apaciguarlo?
Estaba claro que no podía levantarse de ahí, tan solo al sentarse se sintió morir.
Diez minutos después, afortunadamente, una enfermera entró en su habitación, y al verlo despierto y con una expresión de dolor, se apresuró, primero, a revisar que todo estuviera bien con la intravenosa y con los signos vitales, y segundo, a inyectarle un calmante. Ella no le dijo nada, pues estaba claro que Soobin no tenía ganas de procesar algo para preguntarle, sus labios sangraban un poco, posiblemente porque se los estaba mordisqueando demasiado fuerte.
—El dolor debería disminuir un poco en algunos minutos, ¿sí? Eres un muchacho muy fuerte... —dijo la mujer mientras se dirigía a la puerta, lo miró, y estaba claro que ella sentía un poco de lástima —. Iré a avisarle a tu familia que estás despierto.
Soobin no pensó demasiado en sus palabras, simplemente se sintió extrañado cuando mencionó a su familia, después de todo, sus padres habían muerto meses atrás, y aparte de ellos, no tenía realmente a nadie con quien emparejarse sanguineamente.
—¡Soobin-ah! —exclamó Irene, deteniéndose en la puerta de su habitación, sus ojos estaban llorosos y algo rojos.
El muchacho se sorprendió al verla, pero de algún modo, debió haberlo supuesto. ¿Quién más podría denominarse a sí misma como su familia, a parte de Irene o alguno de los otros empleados?
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Obsesión ; seongjoong
FanfictionSus manos eran cálidas y amables. Sus ojos eran como un par de estrellas. Su sonrisa era la más sincera que alguna vez recibió. Y su voz... su voz era la más hermosa y suave que alguna vez escuchó. Y él quería todo eso solo para sí. Quería que fue...