Quindici: Messa in Scena

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"Capítulo Quince"

↷ ⁞ Puesta en escena  

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Fue una sorpresa para todos los guardias que Wooyoung se apareciera tan temprano ese día. Parecía igual de incómodo que siempre al estar ahí, sin embargo, también se veía dispuesto a quedarse por un par de horas. El día anterior Wooyoung ya se había paseado por la mansión, por lo que era sencillamente extraño que quisiera volver para saludar a su medio hermano mayor, o lo que fuera.

Lo único que podría explicar su presencia, era que le hubiese pasado algo a San, pero no debía ser el caso, pues si lo fuera, algún indicio se habría presentado con anterioridad.

Además, tampoco era una posibilidad que quisiera algo para sí mismo. Si ese fuera el caso, quien se aparecería por allí sería San, pues era la única persona que se preocupaba por su salud o alguna necesidad que tuviera.

Por lo tanto, los guardaespaldas llegaron a una única conclusión; estaba allí por el jefe, HongJoong. ¿Acaso estarían en buenos términos? ¿Les bajó un repentino brote de amor? ¿Qué estaba pasando?

Las únicas personas que conocían las verdaderas razones para que Wooyoung se encontrara ese día allí, caminando por los pasillos de la mansión, eran Yuta y Jaehyun, además de San, quién lo estaría esperando en su hogar ansiosamente, asustado de que algo pudiera salir mal.

La verdad era que, la noche anterior, cuando Wooyoung le contó el plan de Jaehyun a San mientras se mantenía sentado a horcajadas sobre él, San había mostrado un sinfín de reclamos a lo que estaba a punto de hacer.

Involucrarse de ese modo en algo que podía salir tan mal, no le correspondía. San le alegó que él mismo tenía más que ver con el niño Park que él, Wooyoung tuvo que esforzarse mucho para que este aceptara dejarlo ir.

Sus esfuerzos consistieron en palabras dulces, besos castos y otros fogosos, además de un controlado movimiento de caderas que enloqueció a San hasta que dio su brazo a torcer. Accedió a dejarlo ir y participar en el plan, siempre y cuando pudiera ayudarlo. También, le hizo prometer a Wooyoung que se retiraría y desvincularía de todo si es que las cosas comenzaban a salir mal.

Wooyoung aceptó complacido. Lo suficiente como para terminar atendiendo el desastre que había causado en la entrepierna de su pareja.

Wooyoung caminó radiantemente por los pasillos de la mansión, hasta que finalmente se detuvo frente a la oficina de HongJoong, donde suponía debía de estar el mayor. Le envió un mensaje a San, y después de que riera por la respuesta que el bonito chico rubio le mandó con tal de animarlo, fue capaz de tocar la puerta con suaves golpecitos.

Respiró hondo después de hacerlo, y sintió que se orinaría encima si no le daban el permiso necesario para entrar a la habitación en los próximos minutos.

Yuta le abrió la puerta y Wooyoung sintió todos los músculos de su cuerpo relajarse al ver el rostro del hombre que, en otras circunstancias, habría deseado patear. Yuta lo miró de arriba abajo y asintió disimuladamente con la cabeza antes de dejarlo entrar en la habitación. Wooyoung tuvo que tragarse un suspiro de alivio.

Se adentró en la oficina de su hermano mayor, y tragó saliva en seco al ver que Taeyong se veía deprimido y un poco tenso. El hombre miraba el suelo, y sus facciones, si bien se veían impecables y bellas, delataban tristeza, y su porte comúnmente estoico parecía haber sido barrido como las hojas de otoño. Tayong se veía incapaz de sepultar y olvidar, para aparentar frente a su jefe, el futuro próximo del que estaba completa y absolutamente consciente.

Obsesión ; seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora