Ventidue: Decisioni

115 11 1
                                    

─── ۪۫ ·  ·  ·  · ⸙͎ ·  ·  ·  · ───

"Capítulo Veintidós"

↷ ⁞ Decisiones     

─── ۪۫ ·  ·  ·  · ⸙͎ ·  ·  ·  · ───

Yeosang estaba en su departamento con los ojos cerrados, recostado sobre las piernas de Jongho, quien le acariciaba suavemente el cabello mientras disfrutaba de admirar sus facciones, tratando de ser paciente y esperar sin insistir a que el muchacho le dijera la razón por la que se sentía tan acomplejado, y por qué buscaba caricias como si se tratara de un gatito.

Yeosang lo había llamado hace una hora, pidiéndole que fuera a verlo, y al llegar, lo primero que hizo el muchacho fue llevarlo hasta su habitación. Hizo a Jongho recostarse en la cama y lo abrazó, agarrándose fuertemente de su cuerpo y restregando su rostro en su pecho de vez en cuando, pidiendo que lo mimara sin decir nada. Jongho cumplió sin rechistar, y disfrutó de sostenerlo con cuidado y amor, a pesar de sentirse muy intrigado y preocupado por el estado de su novio.

Después de un rato, habían cambiado de posición a la que estaban en ese momento, hasta que, de pronto, Yeosang suspiró y se soltó de Jongho, quien se sentó mejor en la cama y lo miró esperando a que dijera algo. A pesar de que su rostro se encontraba prácticamente impasible, esto se debía únicamente a que tenía práctica en ocultar sus emociones. Sin embargo, Yeosang lo conocía bien, y él mismo era un experto en mantener un rostro indiferente, por ello, notó que los ojos de Jongho delataban el creciente nerviosismo y la profunda preocupación.

—Soy una mala persona, ¿no? —murmuró Yeosang. Jongho arrugó un poco el entrecejo y sus cejas se juntaron. A pesar de que él deseaba negar férreamente, no podía hacerlo, porque, según las normas legales y sociales, aquellos que asesinaban a otros, eran malas personas.

Yeosang rió con desgano y miró a un punto fijo.

—Soy una mala persona —aseveró con voz grave, y miró la punta de sus dedos —. Mis manos están manchadas de tinta carmín, mis uñas sucias por la sangre seca, entonces, Jongho hyung, ¿por qué?

Jongho se acercó a Yeosang lo suficiente como para tomar sus finas manos entre las suyas, y acariciar sus dedos temblorosos.

—¿Por qué, qué? —susurró Jongho suavemente, invitándolo a continuar.

—¿Por qué estoy dispuesto a poner en riesgo mi vida y libertad por alguien más? —cuestionó afligido, y levantó la cabeza para mirar los ojos oscuros de su pareja —. ¿Por qué creo poder hacerlo por alguien más aparte de ti, Jongho? ¿Por qué me preocupa tanto su bienestar y que sea liberado de esta injusticia?

Yeosang se veía honestamente afligido, confundido, y se notaba que estaba teniendo un tremendo dilema interno. Fue en ese momento, en que Jongho se dio cuenta de que Yeosang no era consciente de lo mucho que ponía a las demás personas por sobre sí, de lo amable que llegaba a ser, y de lo sensible que era su verdadera naturaleza. Yeosang se veía a sí mismo como un monstruo.

La forma en la que el dolor inundó los ojos de Yeosang fue una más de las muchas confirmaciones para que Jongho estuviera seguro de ello.

Era doloroso para Kang Yeosang darse cuenta de que su corazón no estaba podrido, era horroroso para él sentir compasión y lástima, porque no estaba hecho para que fuera capaz de sentir aquellas emociones.

—Yeosang —llamó Jongho, y acunó el rostro de su novio entre sus manos. Ante el suave toque, Yeosang cerró los ojos y se permitió relajarse ante el cálido tacto, áspero, pero reconfortante. Los ojos de ambos conectaron, y el menor quedó perplejo al ver la dulce sonrisa que se dibujó en los labios de Jongho —. ¿Soy una mala persona?

Obsesión ; seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora