Extra III: el día más feliz de nuestras vidas

73 7 0
                                    

Aún no podía creer por todo lo que habían pasado para llegar a este momento. Todos los años que estuvieron juntos, los años que sufrieron siendo el único soporte para el otro, finalmente los había llevado a ese punto, en el que ya no estaban solos, un día en que podría ver a muchas personas juntas esperando acompañarlos en el día que sería el más feliz para ellos.

San lo había acompañado siempre en su proceso de crecimiento y sanación. Wooyoung creía que, después de ser un niño desvalido que tuvo que soportar miles de abusos por parte de su medio hermano mayor, de ser usado y odiado, nunca podría tener un final feliz. Incluso si él mismo amaba a su hermano de algún modo, nunca podría recibir algo más que un trato tóxico y condicionado de su parte.

Así que creyó que terminaría solo, o que quizás moriría mientras corría en una carrera. En otros de sus escenarios imaginarios, se vio a sí mismo siendo asesinado después de que fuera capturado por la policía. En sus sueños hombres leales a un cuartel enemigo al de su hermano, lo asesinaban para darle una lección después de que lo violaran hasta que ya no pudiera siquiera sentir su cuerpo.

Pero por fortuna, un día, de la nada, conoció al hombre que le regaló la sonrisa más bella que alguna vez conoció y que, instantáneamente, lo obligó a caer flechado por él. Incluso si en esa oportunidad no pudo saber más de él que su nombre, lo siguió repitiendo y viendo todos los días mientras descansaba sobre su cama mirando el techo.

"Choi San".

Apenas pensaba en ese nombre siendo pronunciado por el muchacho de facciones felinas y afiladas, que le sonrió mostrándole un par de adorables hoyuelos, con una voz que fue simplemente una melodía sublime para sus oídos, sonreía y comenzaba a chillar y revolcarse en su cama como si aún fuera un chico de quince años de edad.

No obstante, pensó que nunca más podría volverlo a ver, porque en la vida, nunca podría tener tanta suerte como para que su destino se uniera al del muchacho de sonrisa perfecta.

Hasta el día en que la ira lo consumió después de que pasara un mal rato por culpa de un competidor y de su propio hermano mayor. Ese día, tropezó mientras pateaba la banca de un parque, y fue socorrido por nada más y nada menos que el hombre que vivía en su mente día a día.

Choi San.

Y desde esa noche, la suerte de su vida cambió completamente, y diez años después, cuando creyó que las cosas saldrían terriblemente mal cuando hizo enojar a su hermano mayor en una discusión que tenía que ver con Chungha, nuevamente la suerte le sonrió porque, repentinamente, HongJoong rompió en llanto y le explicó la rabia y el odio que sentía para con él, y la profunda envidia que invadía su ser cuando lo veía tan feliz con San.

Cuando lo veía teniendo la posibilidad de ser amado y de amar, algo que él nunca tendría.

Pero fue en ese momento, en que Wooyoung le confesó que, a pesar de todo el daño, de todos los años de tortura, lo amaba, lo amaba porque era su hermano mayor, lo amaba porque muy en el fondo, HongJoong sentía compasión y amor.

Y fue así, como HongJoong lo rodeó con los brazos, abrazándolo con amor, el dolor siendo claro, pues le pidió perdón mientras el llanto sobrepasaba su propia voz.

Y así, un año después, con veintinueve de edad, Wooyoung sonrió mirándose en el espejo, extremadamente feliz.

Arreglaba su traje con nerviosismo, y trataba de acomodarse el cabello una y otra vez, a pesar de que la maquillista y el estilista lo habían dejado completamente impecable. Pero no podían culparlo, ese sería el día más importante y más feliz de toda su vida, porque finalmente, podría unirse a San mediante el matrimonio, mediante un papel que decía que los dos eran el uno para el otro y podrían compartir su vida hasta el día en que la muerte los separe.

Obsesión ; seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora