Ventiuno: Tracce

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"Capítulo Veintiuno"

 ↷ ⁞ Huellas   

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La estación de investigación nunca se había visto tan movilizada. El jefe no había dejado descansar a los operadores, no podía hacerlo, no cuando se trataba de algo tan importante. No dejarían de moverse hasta encontrar al heredero de las corporaciones Park.

La fiscal Lalisa Monobal no descansaría hasta que el caso pueda ser cerrado, y por ello, al jefe de la investigación no le queda de otra más que movilizarse él y a los demás con el mayor empeño posible. No solo se trataba de un asunto de suma importancia a nivel nacional por la relevancia política y económica que presentaba el ejecutivo Park Yong Hwan, sino que había motivaciones personales para que la mujer no descansara y no fuera capaz de permanecer en paz. No era la única que se encontraba en la misma situación.

Más de un funcionario tenía deudas o conexiones con la familia, por lo que no podían solo quedarse de brazos cruzados. Ya fuera porque hubiera cariño, tratos, arrepentimientos o miedo de por medio.

El caso de Lalisa era bastante particular. Ella, durante sus años de juventud, fue amiga cercana de la madre del muchacho desaparecido, Sunmi. Cuando eran pequeñas habían hecho planes de vivir un futuro juntas, como amigas, hasta el día en que sus caminos se separaran. Lalisa sonrió cuando, mientras revisaba unos papeles con una expresión severa, recordó que, cuando tan solo tenían quince años de edad, ella y Sunmi se prometieron la una a la otra casarse si es que cuando fueran mayores no hubieran encontrado a nadie con quien compartir la vida, simplemente porque nadie amaría a la otra más de lo que lo hacían mutuamente.

Era una tontería, el matrimonio para personas homosexuales ni siquiera era legal en Corea aún. Ni siquiera en el país natal de Lalisa, Tailandia, lo era.

La mujer cerró fuertemente la carpeta que ya había releído cientos de veces, y salió de su oficina con pasos fuertes, manteniendo una expresión intimidante, sus ojos mostraban una mirada profunda y demandante, el detective que buscaba agua cerca de su oficina se exaltó al verla y sintió la necesidad de bajar la cabeza lo más posible después de saludarla con respeto. Por supuesto, así lo hizo.

Lalisa no le dio una segunda mirada y siguió su camino, con la carpeta en mano.

Sunmi y ella poco a poco se separaron hasta que su amistad quedó en el olvido para la esposa del Park más influyente del país. Fue de forma gradual, pero extremadamente dolorosa. Lalisa era una mujer abiertamente homosexual, y no le importaba serlo, pero pareció ser que a Sunmi ese hecho comenzó a molestarle, y si era sincera, sabía la razón. Estaban en último año de colegio cuando la madre de Sunmi golpeó brutalmente a su hija cuando ésta hizo el comentario de casarse con Lalisa si es que no encontraba pareja, también, cometió el error de confesar que otra de las chicas de su salón, Hyuna, era extremadamente bonita. Desde ese día, la relación entre Lalisa y Sunmi fue haciéndose cada vez más distante.

Aún así, Lalisa allí estuvo el día en que Sunmi se casó, sintiendo una felicidad artificial, con Park Yong Hwan, así como también lo estuvo para los primeros cumpleaños de Seonghwa y una que otra navidad. Sin embargo, lo estuvo porque Yong Hwan le insistió a Sunmi que siguiera en contacto con la que era su mejor amiga. Le agradecía al hombre por eso, pero simplemente no podía seguir fingiendo que no se daba cuenta del cambio de su amiga y de cómo parecía dejar de importarle su propio hijo solo por sus negocios de alta sociedad.

Obsesión ; seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora